martes, 20 de enero de 2015

BITÁCORA

¿Que es una Bitácora?. La memoria de mis lecturas juveniles recuerda la expresión Cuaderno de Bitácora, una especie de diario de a bordo donde el capitán del buque tenía anotado el plan y las incidencias de su singladura.

Al documentarme para iniciar esta entrada, observo que la Bitácora era el armario donde el capitán guardaba ese cuaderno, también que ahora, en la era digital, se dá ese nombre, Bitácora, a la webblog donde los cibernautas anotan y publican las incidencias de sus propias singladuras digitales, o las de otros, de modo que unas bitácoras son mas autobiográficas que otras.

Hoy he bajado al Maravillas y, como he encontrado pocas cosas en la prensa, aunque luego me referiré a ellas,  me apetece empezar con cosas autobiográficas, mas o menos íntimas, antes que cometer la osadía de tratar de entender y contar lo que acontece por el mundo, porque un cliente poco habitual del Maravillas, ya lo ha hecho por mi, en voz alta, durante un buen rato y me ha quitado las ganas de meterme a analista de las noticias de prensa.
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Esta mañana he ido al banco, con el tiempo justo antes de que cumpliera la hora en que dejan de admitir ingresos por ventanilla, porque me he levantado mas tarde que de costumbre. Anoche estuvimos retozando en la cama, mi mujer y yo, y claro, eso dá luego una pereza...

No crean, hace algún tiempo que mi mujer y yo dormimos en habitaciones separadas. Lo propuso ella. --Mira, yo me voy al cuarto del pasillo y tu te quedas aquí. Sin embargo, como no hubo ninguna razón hostil para ese cambio de hábitos, sino que se debió a que a mi mujer le cuesta conciliar el sueño, sobre todo por culpa de mi respiración ruidosa después de haber consumido 30.000 paquetes de tabaco a lo largo de mi vida, cuando le sugiero, como anoche, --Hace mucho frío para dormir solo, ¿Porqué no vienes a mi cama?, ella acepta con toda naturalidad volver, por una noche, al hábito de dormir juntos. 

Total, que cuando he llegado a la Caixa, para ingresar la derrama extra de la comunidad que tenemos convenida para las obras de rehabilitación del edificio donde vivimos, me faltaban cien pavos para cubrir los dos meses de cuotas atrasadas que debemos. 

Entonces, he pensado, no me da tiempo de ir al BBVA a por la pela, porque  aquí son muy estrictos con los horarios de caja, así que he salido al vestíbulo de la Caixa y he sacado del cajero, con mi tarjeta del BBVA, la cifra que necesitaba, y ya de paso, lo que mi mujer llama la limosna semanal.

En resúmen, esta brillante idea me va a costar 4,80 Euros en concepto de comisiones, por usar el cajero de una oficina, en vez de otra. Si pueden evitarlo ustedes, eviténlo, sale muy caro, aunque no consigo entender porqué. 

Cumplido ese trámite, me he acercado al Maravillas, a leer la prensa, mientras tomaba un té con limón. He debido esperar un buen rato, porque la prensa estaba en manos de otro cliente. Mientras esperaba, un cliente que no es habitual de ese bar, cuyo aspecto me suena por haberlo visto circular con una bici vieja por las terrazas de todos los bares de la zona, nos ha obsequiado con un monólogo, en voz inncesariamente alta, en el que ha desgranado su sabiduría sobre lo que sucede en todos y cada uno de los países del mundo, y como viven todos y cada uno de sus millones de habitantes, empleando repetidamente la muletilla, --Te lo digo yo. 

Al parecer, sus sesenta, y alguno más, años de vida, le han dado para adquirir una sabiduría de la que carecen los filósofos y premios Nóbel que nos engañan desde sus artículos de prensa, al menos el monologuista se ve que lo considera así, dada la seguridad aplastante con la que lanzaba su sonoro monólogo. 

Al final, he salido del Maravillas sin apenas leer la prensa, aunque ha habido un par de cosas que me han llamado la atención. He podido observar que algunos columnistas siguen colgados de los sucesos de París. Supongo que vivir colgado de los flecos de una noticia el mayor tiempo posible, ayuda a resolver el dilema cotidiano, ¿de que voy a escribir hoy?. 

Me interesó, además, la noticia difundida del abuso sobre dos mujeres en una iglesia, mientras se celebraba la misa. En uno de los casos, la mujer fue atraída hasta una sacristía, donde se perpetraron los abusos, que al parecer cesaron en los preliminares, cuando la mujer salió de allí al ver el cariz que tomaba la cosa. 

Me cuesta creer en la existencia de personas tan ingénuas como esta mujer, que hace caso a un extraño y se encierra con el en una sacristía. Otra cosa es que yo le sugiera a mi mujer que me acompañe en la soledad de la cama porque hace frío, y acceda, no?.

Lamento no tener nada mas interesante que contar, aunque esta tarde, en el Aula de Teatro, seguro que sucederán cosas que merecerán el esfuerzo del relato, aunque eso será, si así sucede, mañana.

En fin. Bitácora 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 20 01 15.

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