jueves, 8 de enero de 2015

NUESTRO TIEMPO

El brutal asesinato de doce personas, además de los heridos que luchan por su supervivencia, en París, nos ha horrorizado a todos. Ese horror se ha expresado, sin matices, desde las columnas de la prensa de hoy, de modo que uno se siente obligado a pensar sobre ese luctuoso suceso y a expresar lo que piensa.

Las personas brutalmente masacradas se dedicaban al humor, es decir, a reirse y hacer reir de cualquier cosa, como corresponde a nuestro tiempo, un tiempo en el que se supone que está vigente la separación de poderes, en particular, los poderes de la Religión y el Estado.

Es obvio que tal cosa no era posible en España en los siglos XV y XVI, cuando la Inquisición practicaba la tortura, el crimen de Estado, el genocidio y la expulsión masiva de los diferentes. La conclusión es evidente, nuestro tiempo no es exclusivamente nuestro, sino que nos obligan a compartirlo con la incivilidad y la barbarie, y no desde los sucesos de París, sino desde mucho antes. .......

Ya el siglo XX fue el espacio temporal donde sucedieron los atentados en las Olimpiadas de Munich, que tuvieron como fondo el conflicto de Palestina, mas étnico que religioso, aquel suceso fue el primero de otros que se han sucedido después, sin olvidar la tragedia de la Estación de Atocha, pero así como ahora las víctimas son periodistas y dibujantes dedicados al humor, cabe citar aquí la Fátua contra Salman Rushdie, por la publicación de Los Versos Satánicos, promulgada por Jomeini quien, por cierto, fue liberado por el Estado francés, permitiendo así que hundiera a Irán en las aguas coránicas que ahora lo anegan, y Rushdie no fue asesinado, pero se guardó de comparecer en la vida pública y ha vivido con protección policial durante décadas, aunque la publicación de su libro, y la Fátua de Jomeini, produjeron varios muertos, al margen de la reclusión doméstica del escritor. 

¿Que tenemos aquí? Yo diría que varios conflictos superpuestos, el palestino, territorial, entre otras cosas, el uso torticero del poder petrolífero, en la medida en que los estados ricos árabes se supone que financian, según les conviene, unas u otras de las facciones en conflicto, y, ahora,  nada menos que el Estado Islámico,  una fusión, Estado e Islámico, que se inspira, claramente, en la Edad Media, un intento loco y aberrante de vuelta al Califato de Córdoba,  un insulto a los logros culturales del Califato, para mi que solo es el ejercicio de un poder mercenario y violento, al servicio de intereses opacos.

Encima, vemos descender el precio del petróleo a su mitad, sin tener ni idea de lo que está pasando, dicen que con los tejemanejes de Arabia Saudí. Nuestro tiempo?. Será el de ellos, sean quienes fueren, que nos hacen retroceder al siglo quince, cuando la falta de respeto a los textos mas o menos sagrados implicaba prisión, tortura, ejecución, y quema en la plaza pública.

Hasta que la separación entre los poderes fácticos religiosos y los Estados no sea una realidad de alcance universal, todos seremos victimas potenciales de los locos del Estado Islámico, de la Yijad, o de la madre que parió a todos estos majaras fanáticos, aunque, claro, no se pueden desconocer los conflictos territoriales y económicos que subyacen en esta locura, Palestina, Irak, Afganistan, Siria, tan torpemente tratados por las potencias occidentales, o los países africanos que sirven de refugio a los asesinos, o las intenciones que se ocultan detrás de las variaciones extremas del precio del petróleo, hacia abajo, o hacia arriba. 

No veo movimientos en la dirección de resolver esos conflictos, o de separar de una vez la religión y el Estado. Bueno si, mi hijo el otro día comió en casa y nos dijo que su propósito para 2015 era apostatar. ¿Apostatar?, pero si tu no has ido nunca a la iglesia. Por eso, para hacer coherentes mis actitudes y los registros de la iglesia, ¿no me apuntásteis vosotros allí?.
 

En fin. Nuestro tiempo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8 01 15.

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