Da un poco de miedo que un país como Estados Unidos, que ingresó a la gloria democrática con su independencia, lanzó dos ataques atómicos contra la población civil en Japón, invadió Irak, acompañando aquella invasión de una política tan torpe en Oriente Medio que ha dado
como resultado el alumbramiento del Estado Islámico, en un proceso tan raro como sus intervenciones en América Latina en la época de Kissinger, que sembraron de dictaduras el continente, ¿o se dice subcontinente?, un país cuya lista de presidentes depuestos por la vía del asesinato no es de las menos numerosas, declare ahora la emergencia nacional en otro país con el que no tiene vínculos territoriales legales.
Uno no niega que Venezuela se encuentre en una situación de emergencia, pero es mas bien social, si hacemos caso a las imágenes de los venezolanos que intentan satisfacer el menor de los derechos humanos, limpiarse el culo con papel higiénico, ausente de los estantes de los mercados.
Para mi es un misterio en qué medida ese desabastecimiento que incluye muchos otros productos necesarios se debe a la brutal caída
del precio del petróleo, del que Venezuela es monocultivador, o se trata de un boicot oportunista de las oligarquías que gobernaron hasta que
Chávez, un militar, no se olvide, las echó del poder para después morirse.
Al parecer, Venezuela es el cuarto proveedor de petróleo de los Estados unidos, condición que no va a alterar la declaración de emergencia nacional, por lo que ese pomposo edicto va dirigido a que caiga Maduro, quien, al parecer, ya está maduro para caer.
No creo que se le vaya a echar de menos, salvo que los conspiradores, que sin duda los hay, coloquen a otro aún peor, lo que no parece imposible, dada la experiencia
histórica de gobiernos oligarcas en este país, y en otros, claro.
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Es una paradoja que quienes acompañan ahora los destinos de Estados Unidos desde puestos políticos de máxima reponsabiidad, sientan que gobiernan un país tan poderoso como para decretar la energencia nacional en otro país con el que no tienen vínculos territoriales legales,
sin caer en la cuenta de que su propio país, si atendemos al volúmen de su deuda, es el país mas dependiente del mundo, que un movimiento
financiero a miles de kilómetros dejaría en bancarrota.
Quizás son conscientes de que el tamaño de su deuda es tan monstruoso, que arrastraría a los acreedores y esa es un arma de disuasión poderosa.
No se si la situación de Venezuela es tan lamentable como nos la presentan, quizás sí, desde luego, meter en la cárcel a los opositores
no parece que vaya a mejorarla, pero, en mi opinión, si hay algún poder legitimado para intervenir, con ánimo de mejorar esa situación,
son los propios países latinoamericanos.
Ya están tardando en reunirse para encontrar una solución justa al problema, antes de que los
cañones del tío Sam, en forma de intervenciones oscuras, poco transparentes, vuelvan a meter la pata, como la han metido tantas veces, pues,
hacer salir a Maduro para que entren las oligarquías de siempre, puede que resuelva la emergencia nacional, pero no resolverá la social.
En fin. Emergencia Nacional.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10 03 15.
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