lunes, 9 de marzo de 2015

VENENO

En la página 'La flor del almendro' aludí al veneno que echan a los árboles y plantas los agricultores poco evolucionados, y a los venenos teatrales en los dramas de Shakespeare. Hoy, mientras tomo café en Ca Pepe porque estamos de cuidadores ocasionales de nuestro nieto menor, que reside en la Pedanía de el Saler, leo 'Levante', que hoy lleva mucho fútbol y publica, además, un artículo de opinión de Daniel Capó --un articulista que no es de mi devoción-- que usa, sin nombrarlo expresamente, la metáfora del veneno aplicada a la política.

 'El otro (misterio) consistirá en verificar si Ciudadanos llega a convertirse en el antídoto natural de Podemos'

De modo que Podemos, algo que ha surgido de modo natural de las bases sociales, según Capó, es un veneno, pues requiere de un antídoto. Podemos también es, según el parecer de Capó, Populismo revolucionario.

Capó se une así, desde un discurso netamente reaccionario, compatible con su buen estilo literario, a la horda que, desde que surgió este movimiento de base, se lanza a su yugular antes siquiera de que hayan gobernado.
......

Capó me parece un reaccionario moderado y elegante en las formas pero, a su lado, el Príncipe de Salinas parece un personaje progresista pues, asume que algo cambie para que todo siga igual, mientras que Capó parece ser de los que piensan que es mejor que nada cambie para que todo siga igual. 

Si alguna vez viera a Capó con algun capo de la derecha paseando en un landó, vestidos con casacas y tocados con pelucas, no me sorprendería, porque son de esos personajes que no desentonarían en los salones de la corte de Luís XV. 

En cuanto al veneno, ya dijo la medicina antigua que el veneno es la dósis. Lo que Capó atribuye a las fuerzas que mejor representan hoy, aquí, la necesidad de un cambio social, ese carácter tóxico, es un hecho que no se puede demostrar, puesto que aún no han gobernado.

Dificilmente han podido inyectar la pócima del cambio social a los electores, mientras que las élites extractivas cuya permanencia parece del gusto de Capó contra todo sentido lógico de lo social, han inyectado tal cantidad de dósis que unos diez millones de españoles aún no se han recuperado del ataque del capitalismo financiero sin reglas, ese que nos está envenenando el panorama social del siglo XXI.

Naturalmente, en situaciones especiales como la que estamos atravesando, todo el mundo es libre de ponerse junto a las víctimas, o junto a los verdugos. Capó también.

En fin. Veneno. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 09 03 15.

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