lunes, 5 de octubre de 2015

AIRE DE TORMENTA

Terminamos de comer, potaje. Nos sentamos un rato a ver el programa de Hurtado y su pedante sabio, mi mujer cierra los ojos y, en lugar de ver el programa echa un sueño. Ella dice que cuando duerme un poco después de comer, por las noches duerme mejor.

Me asomo a la ventana. Una nube negra se extiende por encima de las calles del barrio. Desde el balcón veo un viento de temporal que se lleva de los árboles ramos de semillas que desde aquí parecen cascabeles.

¿Vamos a comprar, ya?, le propongo a mi mujer.

Tan pronto...son las cinco, además no tengo hecha la lista...

Vamos, antes de que llueva...

Bueno, vamos a hacer la lista,

 'Leche, aceite, vino, agua, mermelada, zumos, servilletas, huevos, sobrasada, queso rayado, jamón de Teruel, bacon, queso fresco....' falta algo?

Si quieres hacer el aperitivo ese que probamos en el Tossal, con calabacín, te falta el sucedáneo de caviar.

Ah sí, es verdad.

Bueno, coge el carro y nos vamos, ya que tienes tanta prisa.

Entramos en Mercadona, donde el ambiente era de pleno verano, es decir que el aire acondicionado, el frío, estaba a toda mecha. A esa hora no había mucha gente en las cajas, de modo que hicimos la compra tranquilamente y, sin mayores esperas, regresamos a casa.

Por el camino pude observar una nube negra extendida por encima de las calles del barrio y un viento violento que arrancaba de los árboles ramos de semillas con aire de cascabeles. Sin embargo, llegamos a casa y no cayó ni una gota de agua.

Nos pasamos la vida temiendo lo que va a suceder, y eso nos incapacita para disfrutar de lo que sucede.

Lamento que esto último suene como una formulación de un especialista en pensamiento positivo, a los que he denostado a veces en el blog, pero hoy, esa es la sensación que tengo, después de un día entero con cielos amenazantes, vientos desapacibles, que tendrán a muchas personas recluídas en su casa, pendientes de esa amenaza, sin atreverse a salir a la calle.

Si hay amenaza de lluvia, pues te llevas un paraguas, y ya está.

Por lo que me concierne, estoy arrepentido por haber apremiado a mi mujer para salir a comprar 'antes de que lloviera', una variante de ese temor absurdo ante lo que puede suceder, cuando aún no ha sucedido.

Esa actitud parece, antes que otra cosa, un rasgo de pesimismo, y denota una falta de firmeza para afrontar lo imprevisible.

Tan afectado estoy por esta actitud mía ante la eventualidad del mal tiempo, que estaría dispuesto a seguir un curso especial para aprender a no temer algo que aún no ha sucedido, para aprender a disfrutar de lo que sucede.

Ahora bien, igual les digo que me ha impresionado la imágen, vista en televisión este mediodía, de un ciudadano oriental acuclillado en el suelo, porque se lo llevaba un tifón.

O sea, ante situaciones extremas, no valen estas tonterías.

En fin. Aire de Tormenta.

 LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 5 10 15

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