lunes, 26 de octubre de 2015

BANCOS, ESTADOS, GOBIERNOS

Da un poco de miedo, la verdad, ver representados esos poderes, juntos, en el enunciado de la página de hoy, no solo porque, conceptualmente, rebasan mis capacidades narrativas, nunca he sido banquero, alto funcionario del Estado, ni he pertenecido a ningún gobierno, pero, osado como soy, voy a intentar que, a pesar de todo, la página de hoy tenga cierta coherencia

A pesar de que los inicios del capitalismo financiero se suelen asociar a la presencia en los bancos de los parques de unos señores que realizaban allí sus operaciones usurarias, que en nuestro tiempo han derivado en grandes sedes de arquitectura majestuosa donde, por otra parte, se sigue practicando la usura, un concepto muy antiguo, al parecer de orígen bíblico, lo cierto es que ya en la Venecia de Marco Polo, los mas poderosos del lugar, tanto en lo político, como en lo financiero, expedian cartas de crédito a favor de los viajeros que, al llegar a su destino, cobraban su importe, menos la comisión correspondiente, del corresponsal del prestamista que allí residía, con lo cual el beneficiario de la carta de crédito podía evitar que le robaran, pero no que lo hirieran de muerte en caso de asalto.

Los vaivenes de los ciclos económicos han ocasionado en este país verdaderas masacres a causa de la ejecución de hipotecas a las que sus titulares no han podido hacer frente.

Nunca pedí una hipoteca, sí un préstamo personal, hace unos treinta años, para pagar parte del precio de la casa donde vivo, con tan mala fortuna que poco antes de cancelar el préstamo, me quedé sin empleo.

Fuí al banco para solicitar un aplazamiento, una flexibilización de los vencimientos, con el fin de poder atenderlos, y recibí una seca negativa como respuesta. Tuvo que ser la ayuda de un familiar la que evitó un enojoso conflicto.

Después de aquella experiencia, evité recurrir de nuevo al crédito bancario, de cualquier clase, durante decenios he pasado sin tarjeta de crédito y cuando me ha hecho falta con ocasión de un viaje, al concluirlo la he devuelto.

Este es un perfil del negocio bancario. Hay otros.

Cuando  la mezcla indecente de políticos en ejercicio y cargos decisorios en instituciones de banca y ahorro coincidió con el estallido de la burbuja inmobiliaria, contemplamos un espectáculo que no se como calificar, mientras la caja de las pensiones ha sufrido una sangría de decenas de miles de millones, debido a la mano demasiado larga de Rajoy, todo el tinglado de cajas de ahorro dirigido por políticos se derrumbó, y se llamó nada menos que a Rato, de familia con antecedentes de estafadores, para que tocara la campana, con el resultado que los llamados preferentistas conocen.

Si el sistema financiero actual se hubiera parecido al de los bancos en el parque, nada de esto habría ocurrido, sin embargo es mas una mezcla de banca y política, como en la Venecia de Marco Polo, y así nos ha ido.

Si la política y la banca, cuando funcionan demasiado mezclados, son un peligro, no se yo si sabré describir lo que sucede cuando el aparato del Estado y los gobiernos no respetan las reglas de la independencia de poderes.

Durante la legislatura del señor Rajoy, hemos visto una incesante y a veces no demasiado sutil, sustitución de jueces y fiscales por personas de su cuerda, de modo que ciertos procedimientos se eternizan hasta quedar prescritos, otros se filtran para sacar rendimientos políticos, y en algún caso muy particular, se pone a cien todo el aparato del Estado, para cargarse a un juez molesto, Garzón, o a un enemigo político declarado, Más, que no es santo de mi devoción, que debe ser investigado como Bárcenas, pero, que yo sepa, todavía no es un muerto civil y, a pesar de los pesares, no debería ser utilizado solo por estar en contra del Estado. De un Estado en particular.

Tengo dudas razonables a la hora de calificar estos tres grupos de poder, bancos, Estados, gobiernos, pero, sobre todo, cómo son las auténticas relaciones entre ellos. Sospecho que entre políticos y bancos, hay una clara relación de dependencia, por no decir de obediencia de los representantes elegidos, frente a los dueños del dinero.

Lo que me sume en la mas absoluta confusión es tratar de entender que está pasando entre los aparatos del Estado y los gobiernos, nunca sé si son unos u otros los que actúan, ni si actúan siguiendo las reglas de la separación de poderes, o no.

De verdad, no lo sé, ¿Y ustedes?

En fin. Bancos, Estados, Gobiernos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 26 10 15.

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