viernes, 5 de mayo de 2017

BORRACHERAS

"He bajado a La Fuente, a por tabaco. Ya que estaba allí, he tomado un café cortado. Luego me he largado al Maravillas, más que nada por saludar a Toni, que sirve cafés allí desde hace más de treinta años, y he tomado un agua Perrier.

Luego, he pasado por el quiosco y he traído 'Levante', que hoy lleva en primera una noticia trágica, luctuosa, 'Un conductor ebrio y drogado provoca la muerte de una mujer' es el pié de la foto que muestra al personal de emergencias cuando se disponían a retirar el cadáver de la infortunada.

A ver, nunca he pertenecido a alcohólicos anónimos, ni a asociación alguna en defensa de las buenas costumbres, pero esta desgraciada noticia me ha impresionado, por su dramatismo.

El aforismo bíblico, 'quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra', me parece de aplicación en este caso porque, cualquiera que haya tenido una vida larga, habrá experimentado alguna vez lo que es una borrachera, no en el sentido que le dá el ministro Montoro, exceso de gasto público. Cuando observo los gestos agresivos de Montoro en sus intervenciones parlamentarias me parece percibir que tienen algo de rasgos psicopáticos, pero lo de Montoro lo dejo para luego, ahora hablaré de borracheras, desde mi experiencia personal.

Sufro, desde siempre, una intolerancia física al exceso de alcohol, nadie me lo ha diagnosticado, pero lo comprobé en un par de experiencias, solo dos en más de setenta años, que fueron suficientes para que yo entendiera lo que es una borrachera.

 A los veinte años, un amigo del barrio que tenía allí una tienda, y una furgoneta citröen, aquellas de chapa ondulada, después de que yo había tomado un par de copas de coñac, me dejó conducir su furgoneta, para que practicara con ella, porque estaba en vías de obtener el permiso de conducir.

El resultado fué que en mi deriva errática por una calle llena de coches aparcados, rocé a todos los que tenía a mi derecha, y aunque no sucedió nada mas grave, me dí a la fuga para evitar las reclamaciones de los coches rozados.

Fué aún peor en una estancia en Benidorm, una visita a unos amigos que se ganaban la vida allí, como músicos, unos, agentes inmobiliarios, otros, y la mujer de uno de ellos, de nacionalidad alemana, como recepcionista en un hotel.

Nos invitó a pasar la tarde en su casa y los licores comenzaron a circular con gran generosidad, de tal modo, que mi intolerancia al alcohol se manifestó con toda crudeza. Al día siguiente, cuando pretendíamos volver a casa, me tomé un café para despejarme y el resultado fué patético.

A pesar de que había ido con mi coche, tuvo que ser un amigo quien condujera de vuelta, porque yo, después de los excesos de la tarde anterior, cuyos efectos se prolongaron mas de lo normal, no estaba para nada.

Fué la segunda, y última vez, que cometí imprudencias con el alcohol, cosa que no recomiendo a nadie, sobre todo si, en lugar de abrirte las puertas del cielo, te manda al infierno.

Cuando estos días he visto las imágenes de Montoro en el parlamento, no sé si frescas o en conserva, dirigiéndose a los socialistas y acusándolos de su borrachera en el gasto público cuando gobiernan, en este país, que tiene una población activa de un tamañn insuficiente, por no decir ridículo, respecto a su demografía, y un régimen de Autónomos que no sirve solo, como su nombre indica, para beneficiar con cotizaciones más bajas a quienes trabajan por su cuenta, sino para que millones de trabajadores por cuenta ajena, aprovechándose sus empresas de la ficción de la figura del Autónomo, cotizen menos a una seguridad social deficitaria, que pronto necesitará ser apuntalada con impuestos para atender las necesidades sociales, 'las borracheras' de gasto público son necesarias en un sistema económico enfermo por falta de inversiones suficientes capaces de ampliar el tamaño de la población activa.

No sé si Montoro tiene algún rasgo psicopático, o no, si se toma un par de copas de coñac antes de sus intervenciones parlamentarias, pero los resultados de su gestión última, en lo que concierne a esta Comunidad, son bien evidentes en el titular de hoy de primera:

 'Cada valenciano recibe 2500E menos que un vasco tras el pacto PP-PNV'.

 ¿Cómo llamar a esta indecente compra de votos, cuyo precio es una disminución de los ingresos del Estado de muchos miles de millones de euros, además, con la pretensión de que dure muchos años?.

Hombre, no sé, a los vascos les parecerá una lotería, normal, a los demás, al menos a mí, me parece una cabronada.

Montoro, no sé si eres un psicópata, un borracho, o algo peor, pero, o cambias tu política, o llevas a la ruina el decrépito sistema fiscal de este país y, en consecuencia, perjudicas gravemente su economia en general, y en particular, la de todos nosotros.

En fin. Borracheras.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 5 05 17.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios