EL PAÍS, EL MUNDO

"Hoy no va a ir de análisis chapuceros y malhablados sobre la actualidad política en España, ni de comentarios desinformados sobre la situación de los conflictos en el mundo mundial, sino de otra cosa.

He bajado al Maravillas y después de papearme el 'Levante' mientras tomaba un ron quemado junto a la barra, me he quedado con ganas de más, así que al regreso he entrado al quiosco y me he quedado mirando en los estantes la prensa de ámbito más que comunitario. ¿El País?, ¿El Mundo?, ¿La Razón?.

He dudado qué hacer, si elegir uno, ninguno, o llevármelos todos. Al final, la memoria del artículo de Raul del Pozo, que leí el otro día, cuando elegí El Mundo para acompañar el café en Ca' Pepe, en El Saler, me ha condicionado y me he traído El Mundo, pero no es mi intención dedicar esta entrada a glosar las noticias que aún no he leído, sino hacer una reflexión sobre el papel de esos periódicos en nuestra historia periodística, cuándo nacieron, cómo alcanzaron sus mayores éxitos, y cómo se sitúa cada uno de ellos en el momento actual.

Ambos periódicos nacieron con la democracia, ya desaparecidas las asociaciones de la prensa franquistas y recuerdo una imágen de Juan Luís Cebrián compareciendo en los tribunales, por los excesos que le atribuía un aparato judicial todavía muy contaminado por el viejo régimen.

Hubo un momento, cuando el golpe de Tejero puso en peligro la continuidad de los procesos democráticos, en el que los ejemplares de ámbos rotativos salieron a la calle con una defensa rotunda, coordinada y valiente, del sistema democrático y una condena implacable de los golpistas. Fué, esa época, la de mayor esplendor de ambos periódicos, luego, los lectores se fueron decantando, según sus preferencias políticas, por uno de los dos.

Yo fuí lector unívoco de El País durante años, porque, los tópicos, o los prejuicios, supongo, atribuían a El País un aire más progre, y al Mundo algo más derechoso. Fué un error no seguir la tradición de mi familia libertaria, en la que Sigfrido, su mejor exponente,traía a casa cinco periódicos, y se los papeaba todos, decía que era el modo de estar informado de las mentiras y verdades de cada uno, y formarse una opinión algo mas informada que con una dedicación sectaria a un solo medio.

Lo cierto es que yo seguí leyendo El País durante años, y nunca leí El Mundo, menos desde que veo a Inda en las tertulias de la Sexta, pero ahora resulta que al leerlo un par de veces, vencidos aquellos prejucios, tengo una opinión distinta de esos medios.

Hace tiempo que dejé de leer El País, del que opino que actualmente es un medio fallido, debido, sobre todo, a las chapuzas, las incongruencias y las actitudes autoritarias de Cebrián con su propia gente, cuando alguno se ha atrevido a divulgar sus debilidades vinculadas a paraísos fiscales.

Un periódico que muchos consideramos, durante años, el emblema de la cultura progresista, más o menos de izquierdas, ha resultado tener una cúpula dirigente más autoritaria y corrupta que otra cosa, y una actitud domesticada ante el poder de turno, debido a su grave endeudamiento que lo tuvo al borde de la bancarrota.

Ahora mismo, es una opinión, El País ha dejado de ser un periódico de referencia, para pasar a ser una publicación irrelevante que ni yo elijo cuando lo veo junto a otros en los estantes del quiosco.

¿Porqué esto es así? Que le pregunten a Cebrián, seguro que lo sabe.

El Mundo, paradojas de la cosa, ha pasado de la época de Ramírez, Pedro J., que apareció en aquella inefable foto vestido con un corsé, a un grado de seriedad en sus contenidos que, aunque en ocasiones tengan una clara inclinación política, alternan con una calidad periodística literaria que hace que valga la pena leerlo."

Aunque, hoy, la verdad, todavía no lo he leído, no quería dejarme influir por sus contenidos para improvisar esta página del blog.

Por cierto, esta valoración  de El País y El Mundo, casi hace que se me olvide recomendarles la revista 'Libre Pensamiento', a la que estoy suscrito, la mejor publicación libertaria del mundo mundial.

En fin. El País, El Mundo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 6 05 17.