domingo, 21 de mayo de 2017

EL BOSQUE TRUNCADO

"El lugar donde se ubica la casa de la sierra de Utiel, que frecuentamos de uvas a peras, hoy, en este día glorioso de mayo, parece un paisaje de la Toscana. La geometría lineal de los viñedos, ordenados al pié de las colinas, los olivos, testigos de una cultura milenaria, cuando una rama de olivo simbolizaba la paz entre facciones enfrentadas del imperio antiguo, o las hojas de laurel, como las del que tiene plantado el vecino, coronaban las sienes de algún victorioso conquistador romano.

El surgimiento a lo largo del borde del camino de una vida vegetal de un rico y variado cromatismo, rojos, verdes, amarillos, blancos, violetas...producto quizás de la abundancia de nieve, ahora convertida en agua cantarina, después de un invierno que aquí, a solo 1000 meros de altitud, no es demasiado frecuente.

Al internarnos en un camino forestal para bajar a la fuente de la aldea en busca del agua fresca, el perdido que flanquea el camino ofrece una riqueza cromática floral aún mas variada que la que hemos visto frente a las viñas. Evoca lo que podría haber sucedido si Van Gogh hubiera caminado por aquí. Me atrevo a suponer que este paisaje, enmarcado, estaría ahora expuesto en algún museo de Amsterdam, superando, de largo, a Los Girasoles.

Esta tontería imaginativa, se refuerza de vuelta a casa, al contemplar las amapolas que han colonizado el bancal de lirios amarillos que plantamos junto al muro que linda con la casa de otro vecino.

Toda esa belleza paisajística queda un tanto disminuida cuando nos internamos por un camino que discurre por un promontorio arbolado, expuesto a todos los vientos, en las cercanías de la casa.

Nuestro paseo por ese lugar del bosque que circunda las tierras de labor y las pocas casas que hay aquí diseminadas, nos ha revelado la existencia de centenares de árboles --en un área reducida-- tronchados por la violencia de los temporales del final del invierno, o por el excesivo peso de la nieve.

Ya habíamos observado en algunas masas forestales del extremo del bosque presentes junto a la carretera, algunos de esos daños, pero al internarnos en zonas mas ocultas a la vista, estamos empezando a observar la dimensión del quebranto que el duro invierno ha causado a la naturaleza de esta sierra.

El cúmulo de madera destrozada que invade los suelos serranos llega a impedir, incluso, la marcha normal por los caminos en determinadas zonas. El número de ejemplares afectados, elevando la escasa superficie visitada al conjunto de la sierra no será inferior a los cientos de miles de pinos destrozados.

La contemplación de este estado de los bosques, nos lleva a plantearnos una pregunta: ¿Es verdad que los municipios afectados, las autoridades responsables de la conservación de la sierra han iniciado los trabajos de limpieza de la madera destrozada y la reconstrucción de las áreas de bosque dañadas?

Debe ser verdad, no dudo de que habrán iniciado los trabajos y los van a continuar. Ahora bien, después de lo que hemos visto estos días, o destinan mas recursos y acaban los trabajos antes del verano, o, dado el estado de los suelos serranos, hay riesgo de una catástrofe forestal sin precedentes en las últimas décadas, en cuanto asome el estío con su riesgo de incendios."

En una vieja página del blog publiqué lo siguiente: "El bosque de palmeras y pinares/entre las dunas de color dorado/tiene un olor a miel y a dátil dulce/Me pierdo entre sus frutos y sus sombras/me olvido del pasado y del futuro/Y allí quedo plantado/disfrazado de pino".

Ahora mismo, tal como está el panorama que he visto, no me quedaría quieto en sitio alguno, disfrazado de pino, menos aún, claro, en la sierra de Utiel, es demasiado riesgo, en las condiciones en que se encuentra ahora.

Espero que, si algún responsable lee esta página, obre en consecuencia y reduzca esos riesgos.

En fin. El Bosque Truncado.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 21 05 17.

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