lunes, 1 de mayo de 2017

UNO DE MAYO

".Hoy es uno de mayo. Dicen que hay que celebrarlo. Unos dicen que es la fiesta del trabajo, otros que es el día de los trabajadores, ¿en qué quedamos?, no es lo mismo. Bueno, cada cual, desde sus circunstancias personales, como diría el cursi  Ortega, yo y mis circunstancias, que lo vea como quiera.

Hoy habrán grandes, o menos grandes, manifestaciones para evidenciar la presencia pública de los trabajadores y sus reivindicaciones a las que yo no asistiré, debido a una circunstancia personal. El 1 de mayo de 1.966 contraje matrimonio con mi mujer y, desde entonces, no hemos dejado de celebrar este día a nuestro aire.

Hoy nos vamos a comer al Saler, mi hija nos invita a una paella, así que no acudiremos a la fiesta sindical. La gente ya no se casa como antes, ni por lo civil, ni por lo militar. No es broma, durante al franquismo, los curas castrenses (militares) no solo oficiaban bodas, sino que daban cursillos prematrimoniales, sí.

Ahora, en un elevado porcentaje, las parejas se juntan sin más ceremonias, y a lo mejor cuando su niño va a cumplir nueve años, va y se casan por lo civil, o por lo que sea, o no. A mi no me parece mal que las parejas se junten, sin más, así, cuando se separan, --no suelen durar más de quince años juntos-- se ahorran un montón de papeleo.

Lo que observo a través de las cifras de los investigadores de lo social, es que los emparejamientos duran menos que antes. Así como mi mujer y yo estamos juntos desde los diecisiete años, --la imágen de su figura andando por la calle para encontrarse conmigo, ladeando la cabeza en un gesto de saludo, con su magnifico cuerpo ceñido por una falda de tubo acercándose a mi, me acompaña desde siempre-- si bien hemos tenido algún conflicto por mi mala cabeza, confieso que soy bipolar, nuestra experiencia común, cada vez mas rica y satisfactoria con el paso de los años, nos une cada vez más.

Hoy es uno de mayo, fiesta del trabajo. Un ex secretario general de un sindicato anarco sindicalista, buen amigo con el que comparto ciertas complicidades gastronómicas, me dijo en cierta ocasión que las manifestaciones del uno de mayo le parecían como las procesiones o los desfiles, un paripé para el consumo de los medios de comunicación.

Todo lo que no sea una resistencia permanente y cotidiana, no solo de un día, contra los elementos que practican una hostilidad recrecida contra los derechos laborales, es pura fachada. Es un punto de vista sobre la celebración de hoy, hay otros, tantos como las circunstancias personales de cada observador.

Habrá algunos, carentes de cultura social o histórica, que jamás habrán oído hablar de las matanzas de Chicago, algo que ha recordado la radio estos días, porque fué un uno de mayo, no sé si a principios del siglo veinte, o a finales del anterior, cuando, con ocasión de las protestas en la ciudad de Chicago, entonces una ciudad inmersa en las tensiones de la primera y salvaje industrialización, las fuerzas del 'orden' llevaron a la horca a unos cuantos de los que protestaban, y de aquel suceso salvaje, luctuoso, se deriva la celebración actual del uno de mayo.

Y ¿porqué protestaban los trabajadores de Chicago?, por las relaciones laborales entonces vigentes, por ejemplo, por el hecho de que las grandes compañías obligaban a sus trabajadores a trabajar mas de dieciocho horas, y el gobierno sancionaba esos excesos con multa de 25 dólares.

Buena parte de los trabajadores que han disfrutado durante décadas de la jornada laboral de ocho horas, ahora conculcada de nuevo por los excesos de las empresas que exigen dedicación por encima de ese límite, lo han hecho gracias a la conducta heróica de quienes protestaron en Chicago, hasta entregar su vida, por esa reivindicación.

Dicen los enterados que ahora estamos en la etapa de la pos verdad, lo de Trump y esas cosas, lo que oculta otras verdades evidentes. Por ejemplo, que la población activa que ya tenía una dimensión insuficiente para la población total del país, no cesa de disminuir, que la calidad del empleo, a nivel global, deja mucho que desear, en la medida que el sector servicios tiene un peso relativo muy fuerte en el conjunto, lo que conduce a que la estacionalidad de la demanda turística nos deje nuevos desempleados por cientos de miles, hasta el punto de que estamos otra vez por encima de los cuatro millones de desempleados, y, como acostumbraba a decir Marcelino Camacho, mas de ocho millones de pobres, una cifra que, desde los tiempos de Marcelino hasta hoy, aumenta, en lugar de disminuir.

Y ¿que hace el gobierno ante esta situación? Se escuda en indicadores macro económicos, ajenos a la calidad de vida de los gobernados, quienes, pásmense, les siguen votando como si nada, lo que da una idea de que la ignorancia de buena parte de la población sobre cuestiones sociales parece endémica, mientras quienes podrían educarlos, sabios, profesores, investigadores, emigran a instituciones educativas y científicas de otros países, porque aquí, al parecer, no les dan faena.

Esta es la España del uno de mayo de hoy, una pura mierda, ¿no?"

 Aunque, claro, quien soy yo para rechazar el orden social que impone el Partido Popular en este país, con la actitud sumisa de quienes le siguen votando a pesar de todo, si no voy a participar en las movilizaciones convocadas hoy, y en lugar de la lucha social me decanto por la paella a la marinera que va a cocinar hoy Mónica para nosotros en el Saler, no es una contradicción?.

Pues si, lo es.

En fin. Uno de mayo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 1 05 17.

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