lunes, 14 de septiembre de 2009

ANGELES Y DEMONIOS

Antes de ir a secarme como un jamón de las humedades de Heliópolis, fui a ver la versión cinematográfica de 'Ángeles y Demonios”, un ladrillo de Dan Brown, quien debe vivir como un Papa a cuenta de los millones de primos que compran sus libros.

Desde que Umberto Ecco dió una vuelta de tuerca a la novela histórica, que se convirtió en la excelente película 'El Nombre de la Rosa', han venido después una serie de secuelas baratas que han tratado de convertir aquel éxito anterior en un género cinematográfico, sin llegar a alcanzar la calidad actoral y literaria, ni el tono perfecto de novela negra con el que Ecco debió divertirse tanto, en el que parece que se intentan inspirar, sin conseguirlo, sus epígonos.

El tono narrativo de 'Ángeles y Demonios' es algo didáctico, cuando Brown insiste en explicar el organigrama vaticano, informando al detalle de cuales son las atribuciones del camarlengo del Papa, y cuales no lo son, una vez muerto este, que funciones y poderes ostenta el Gran Elector en el cónclave, así como de la existencia de los 'Preferiti', los cardenales señalados por el Papa como sus preferidos para la sucesión pontificia.

El tratamiento políticamente correcto que Brown mantiene con su tesis del equilibrio entre ciencia y religión, desbarra un poco, --a mi parecer, para bien-- con una afortunada frase irónica del guión, cuando se califica el cónclave que centra la acción de la historia de bastante tranquilo, después de que hayan aparecido un montón de cadáveres. Esta referencia histórica alude a las sangrientas carnicerías que acompañaban las luchas por el poder de la tiara, incluido el asesinato del propio Papa.

No parece tan llamativo, visto con la mirada de ahora, que sea el malo de la película el hijo del Papa, como que el Papa tenga un hijo, aunque sea adoptivo, pero cualquiera que haya leído algo sobre la historia vaticana, sabrá que hubo un tiempo dilatado en el que fueron los señores de la guerra, padres de sagas de príncipes, quienes se disputaron a sangre y fuego el trono de esa autoridad religiosa, con los privilegios y territorios que lo acompañaban.

Las sectas y sociedades secretas son otro elemento reconocible que vincula estas historias, como uvas que cuelgan del racimo original de Ecco, desde 'El Nombre de la Rosa', con Templarios y Cátaros, pasando por los entes secretos de 'El Código da Vinci', hasta dar con la versión última de los Iluminatti de 'Ángeles y Demonios'.

Esto de las sectas siempre cuela porque, ¿A quién no le gusta echar la culpa a otros, cuanto mas misteriosos mejor, de sus propias miserias? Franco lo hizo con los Masones con gran provecho.

Aún hoy en día, tendemos a echar la culpa a los políticos de todo lo malo que pasa. Tal vez los ponemos ahí solo para eso y luego pretendemos, además, que gobiernen con probidad.
¿No será asumiendo las responsabilidades sociales, en las proporciones que corresponden a cada uno, como estaremos legitimados para exigir una conducta pública decente?.

En cuanto al acelerador de partículas y su director de investigación, a quien dejan muerto y tuerto en la película, me pareció una patochada, pero los del CERN de Suiza parece que se lo han tomado en serio, pues hace tiempo que no se les oye decir nada de sus experimentos con la antimateria.

En fin. 'Ángeles y Demonios'. Lo mejor es que cada uno, al verla, se forme su propia opinión.

Hola, de nuevo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 14-09-09.

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