martes, 22 de septiembre de 2009

LA CAUSA Y EL EFECTO

Hace tiempo que los científicos abandonaron la relación de causalidad, la hipótesis de que un efecto determinado tenía como origen una sola causa, porque al afinar sus instrumentos de observación se convencieron de que ese falso determinismo rara vez podía explicar nada. Lo que encontraban mas bien al poner el foco en cualquier fenómeno observable eran múltiples factores que interactuaban entre si, y saber mas sobre el modo como estaban ligados esos procesos resultó ser mas práctico para su trabajo que aplicar el viejo método causal.

El tribunal penal presidido por de la Rúa en Heliópolis aún sigue, al parecer, apuntado a los viejos dogmas de la causalidad, pues después de leer –se supone-- un informe de 89 folios que contenía pruebas aportadas por la Brigada de Blanqueo de la Policía sobre la supuesta financiación ilegal del PP en esta comunidad (El País, 22-09, 1ª), rechazó investigar esos hechos (auto del 10-9) porque no guardaban relación con la investigación abierta a cuatro cargos de ese partido.

Dado que la realidad es interdependiente, uno de los múltiples efectos del sobreseimiento de esa causa penal sin tomar en consideración otros factores conexos a ella, es la sensación de impunidad generalizada que tal actitud judicial va a producir entre buena parte de la ciudadanía, también en quienes ejercen actividades ilegales de blanqueo de dinero y ese efecto se puede calificar, sin necesidad de exagerar, de inducción al delito, con lo que ya no estamos solo en presencia de una aplicación obsoleta de la vieja lógica causal, sino en una lamentable burla de los principios básicos de la justicia.

En el informe que desestimó investigar el tribunal, hay, al parecer, una lista de seis constructoras supuestamente implicadas. Que el Conseller Cotino declare estar desligado de una de ellas, propiedad de su familia, porque no preside el Consejo, ni tiene acciones, sería un caso de cinismo extremo, si no fuera porque él mismo está convencido de que es normal y decente mezclar la política y los negocios familiares. Es así la cosa. Están tan convencidos de que lo que hacen está bien, es correcto y limpio, es normal, que no les arrancarán ninguna declaración que signifique un ápice de duda sobre su integridad personal y política.

Lo único que se puede hacer con estos tipos es echarlos, no vale la pena razonar con ellos, hacerles entrevistas, pedirles justificaciones. No tienen conciencia de haber convertido Heliópolis en Sicilia, un conglomerado de intereses bastardos que, tras diez años de silencios, de práctica de la Omertá, de complicidades y compadreos, ahora comienza a aflorar como lo que es en los informes policiales, pero como está tan podrido todo, aún quedan tribunales dispuestos a aplicar los viejos sistemas de razonamiento de la causa y el efecto, como si estuviéramos en el siglo diecinueve y las ciencias, incluida la jurídica, se atuvieran a postulados anteriores a la física de Einstein.

Echarlos, solo pueden echarlos quienes les han votado. Tal vez, otro de los efectos del sobreseimiento de esa causa penal podría ser el aumento de la solidaridad entre sus partidarios, que se sienten agredidos cuando se investiga a quienes han elegido, en lugar de sentirse avergonzados, como sería lo normal.

Este es un asunto que ya he tratado en otras entradas, si vuelvo sobre el es porque El País lo lleva hoy, de nuevo, en primera página. Se ve que sus cuitas con el gobierno –las de Prisa-- están comenzando a remitir, porque en los últimos días la primera la reservaban para darle caña a Zapatero. Hasta leí el otro día un largo artículo de la defensora del lector que aludía a las muchas críticas recibidas por ese posicionamiento oportunista.

A mi no me parece mal, ni bien, que se metan con Zapatero. Los políticos en general, y los de aquí, en particular, se merecen mucha mas caña de la que se les da habitualmente. Otra cosa son los jueces. Merecen un respeto a su independencia. Ahora bien, cuando se descuelgan de esa exigencia de independencia, se ponen a la altura de los políticos, y merecen el mismo trato.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 22-09-09.

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