He bajado al bar de los locos, porque tiene un quiosco anexo que es el que primero abre, pero he madrugado tanto que me he adelantado al repartidor de prensa. Cuando por fin ha llegado, me ha sorprendido el enorme volumen de periódicos que ha acarreado hasta el mostrador del quiosco, hasta dejar a la dependienta oculta detrás de un auténtico muro informativo. Esta abundancia desmiente, sin duda, mi frívola afirmación del otro día de que las tiradas disminuyen. No solo no disminuyen, sino que la de “Levante”, en particular, contribuye a que todo el barrio renueve su vajilla, con las piezas que regala cada día.
He comprado “Levante” porque el titular de la primera página, una entrevista al Conseller Cotino, me ha llamado la atención, y le he dedicado la entrada El Inconsciente. En páginas interiores he encontrado dos artículos que me parecen ejemplos de excelentes estilos de comunicación, uno de opinión, otro algo más técnico, ambos, merecedores de ser citados y divulgados, porque no siempre
encuentras artículos subjetivos tan ponderados y equilibrados, ni tratamientos objetivos de la actualidad económica tan documentados y esclarecedores.
Julia Navarro, hace un análisis de la situación política y económica, en el que el fanatismo y el ensañamiento están totalmente ausentes. Su modo tranquilo, preciso y ameno de mirar la realidad traslada al lector una imagen de lo que acontece que, siendo subjetiva, cualquiera puede compartir, porque se percibe el carácter independiente de sus opiniones, sin la frialdad de la equidistancia.
Critica las improvisaciones del Gobierno central, pero reconoce su sensibilidad social al intentar ayudar a los mas tocados por la crisis. No hay el menor rastro de crueldad en su enfoque crítico, pero ponderado, que toma en cuenta siempre un balance de los distintos aspectos de las medidas o conductas que analiza.
Tendré que leerla mas a menudo, a ver si se me pega algo, porque su artículo de hoy me ha hecho tomar conciencia de que mi estilo crítico es el del cazador que solo atiende a abatir su presa, sin otras consideraciones. Mi sarcasmo depredador tal vez podría dulcificarse algo, y en lugar de usar siempre argumentos de una sola dirección, aprendería algo sobre el arte de lo sutil, el pluralismo y la equidad en el tratamiento de la información.
Pero hay algo que no podré adquirir con la lectura de sus artículos. Ella es mujer, y esa condición tiene mucho que ver con su tratamiento de la realidad. Yo soy un tipo hosco, y algo tosco, y me temo que, aunque lo intente, no podré desprenderme del todo de esa limitación de género.
En la página 43 -Economía- Adrià Girbés, Economista. DEA en Economía Aplicada, nos regala un artículo a tres columnas claro, didáctico y documentado, que encabeza con la pregunta ¿Cae el PIB valenciano un diez por ciento? Adriá emplea casi la página entera del periódico para construir, con la paciencia de un orfebre, una cadena de argumentos documentados, y concluye que 'es razonable pensar que el PIB valenciano (el producto interior bruto) caiga (en términos interanuales) un ocho o nueve por ciento' y que en términos de media, este año y el siguiente, 'la caída se sitúe en torno al diez por ciento'. Apoya su predicción, entre otros datos, en el hecho de que la población ocupada ya se ha encogido y dada la estrecha relación entre población ocupada y PIB, la congruencia de su aviso parece clara.
En términos modestos, sin alardes, este Economista recuerda, al final del artículo, que hace tres años y medio auguró una severa recesión considerando el peso que la construcción iba tomando en el PIB valenciano cuando cambiase la fase del ciclo económico. Teniendo en cuenta que acertó plenamente, tiene todo el crédito para suponer que va a volver a acertar. Para que luego digan que los economistas solo avisan de lo que va a ocurrir a toro pasado. Girbés no parece ser de esos.
Una caída de un diez por ciento en el PÎB valenciano puede sonar a fría cifra estadística, pero si finalmente se confirma, como parece, indicará que viajamos en el furgón de cola de la economía del país. No es una buena noticia, por mucho que, una vez mas, deje en evidencia a los partidarios del 'Elogio de la Mugre', sino mas bien un aviso para ponerse las pilas.
La cuestión no es si se avisó o no, tanto entonces como ahora, sino el caso que hacen de los avisos quienes tienen un relativo poder para influir en la realidad pública, no para evitar las catástrofes, si para crear las condiciones que las hagan menos devastadoras.
Hay una lección histórica, trasladada por el teatro clásico, sobre esas actitudes, muy elocuente y aleccionadora. Antes de que Julio César fuera brutalmente asesinado en las escalinatas del senado, su mujer mandó destripar una gallina y, con la información de la predicción oracular de esas vísceras en la mano, le dijo a su marido, --César, no vayas al senado hoy. Julio César, creyéndose el hombre mas poderoso de la tierra, no hizo caso del aviso. Fue al senado.
Anécdotas históricas aparte, el contenido de esta entrada solo busca recomendar a todo aquel que disponga de un ejemplar de 'Levante' de hoy domingo que, antes de tirarlo a la basura, disfrute de los artículos de Navarro y de Girbés, dos buenos comunicadores, en el mejor sentido de la palabra bueno.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 6-09-09.
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