domingo, 6 de septiembre de 2009

EL INCONSCIENTE

Freud, From, Sacks, por ese orden, y muchos mas que también han hurgado en los complejos procesos de la mente humana, coinciden en la existencia del inconsciente que, al parecer, es una bodega oscura donde se guardan, embotellados por añadas, aunque un poco revueltos, sin orden en las estanterías, los recuerdos a los que no deseamos acceder, las experiencias que preferimos olvidar, los elementos mas profundos y desconocidos de nuestro carácter y las motivaciones mas ocultas de nuestras acciones. La existencia de esa bodega se reveló al observar ciertos rasgos de la conducta, lapsus aparentemente inocentes, distracciones, acciones automáticas que, no procediendo de los procesos mentales mas investigados, los estudiosos pensaron que procedían del subsuelo. De la bodega.

La abundancia de revistas o de magazines dominicales que gustan de incluir en sus páginas el inevitable artículo de divulgación, con mas imaginación que rigor, la mayoría de las veces con conclusiones absurdas, ha llevado a vulgarizar, o a poner en cuestión, según la orientación de los autores, la existencia del inconsciente. Sin embargo, una mirada atenta a la realidad cotidiana, parece confirmar las viejas hipótesis.

El titular de la primera de Levante de hoy muestra un claro ejemplo de lo que digo. Cotino:
“Nunca he sido consciente de beneficiar o perjudicar a nadie con mis decisiones políticas” Conviene aclarar, para los usuarios de latinoamérica, y para los demás que no residen habitualmente en Heliópolis, que el entrevistado ha sido Conseller de Bienestar Social aquí, --actualmente se ocupa de Agua y Urbanismo-- y que esa declaración suya contesta las críticas recibidas por su gestión y su vinculación familiar con empresas que se han beneficiado de la aplicación de las políticas de su departamento.

No interesa ahora si esas críticas son fundadas o no, si tal beneficio privado de las políticas públicas ha existido. Lo que llama la atención es que un político tan experimentado, que ha pasado por tantos cargos, aquí y en el gobierno central, haga una manifestación inconsciente tan clara, de su concepción de lo que debe ser la política.

Las decisiones políticas, por definición, en un estado o comunidad modernos, una de cuyas funciones esenciales es equilibrar las diferencias sociales económicas, de nivel de vida, de acceso a determinados bienes que se consideran esenciales, como la salud y la educación, casi siempre tenderán a beneficiar a unos, no a todos, y a quienes no alcanzan esos beneficios, se sientan o no perjudicados, se les trata de manera desigual, porque así debe ser, porque es esa discriminación positiva en favor de quienes gozan, de manera selectiva, de unos determinados beneficios que a otros no alcanzan, la única receta conocida para acercarse a un mayor equilibrio entre los distintos grupos sociales.

Que un ex conseller de Bienestar Social, aunque se refiere a otra cosa, declare que nunca ha querido beneficiar o perjudicar a nadie con sus decisiones políticas, revela, de manera inconsciente, cual es su concepción de la política. Una concepción alejada de cualquier preocupación social. La política así concebida sería una herramienta lo mas neutral posible, sin ningún impulso redistribuidor, sin ninguna motivación de equilibrio. En todo caso, una política para los fuertes económicamente, que no desean que las desigualdades sociales se atemperen con cargo a su bolsillo.

Neo conservadurismo, de la peor especie. Lo curioso es que, a nivel consciente, este político experimentado, ha hecho muchas declaraciones compasivas, congruentes con su vinculación al Opus Dei, pero solo hay que repasar las hemerotecas para constatar que su paso por el departamento de Bienestar Social ha producido el malestar social mas extendido que cualquier otro gobierno, conservador, o socialdemócrata, haya generado en Heliópolis, un territorio socio político que un amigo identifica con 'El Elogio de la Mugre', sobre todo después del homenaje que, en sede taurina, ha escenificado Rajoy a favor de Camps, un personaje político que ha mentido públicamente y que ha perdido el oremus, hasta el punto de decir, aquejado de la paranoya mas extrema, que se siente perseguido por un Estado de Terror, vaya burrada.

Así como parece que el inconsciente es algo real en los sujetos individuales, no creo en la existencia de un inconsciente colectivo. Que una comunidad de personas mayoritaria, con un espacio social y político común, se sienta a gusto compartiendo “El Elogio de la Mugre”, y lo manifieste así una y otra vez a través del voto, es algo que tendrán que explicar los especialistas en política, no los psicoanalistas.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 6-09-09.

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