ESTILOS DE DIRECCIÓN II

Que un periódico de ámbito nacional y con un prestigio largamente consolidado en la defensa de los valores democráticos, desde un criterio de independencia, como es El País, se convierta, él mismo, en noticia, por la perplejidad de muchos de sus lectores cuyas críticas parecen hacer referencia a bandazos en la línea editorial del periódico que compran diariamente, no parece que sea bueno para el periódico, para sus lectores, ni para los valores que han caracterizado su discurso desde le transición.

Que Manuel Vicent, en su columna de hoy, se haga eco de este lamentable enredo, nos ha privado del disfrute de su mirada ética y lírica sobre otras realidades mas amenas. Creo que es la primera vez que algo así sucede. Al parecer, todo este lío comenzó con la declaración de guerra que Cebrián atribuyó al gobierno, en un artículo incendiario, por el asunto de la televisión de pago. Creo recordar que Cebrián criticaba sobre todo las formas, que esa decisión del gobierno tuviera la forma de decreto urgente, en pleno mes de agosto, impidiendo el debate parlamentario.

Cebrián escribía en nombre propio, y en el del Grupo Prisa. Dado que El País está integrado en el Grupo, pero solo es uno mas de los muchos medios de comunicación que integran ese entramado empresarial, la dirección del periódico se supone que dispone de independencia para posicionarse en esa guerra con un estilo propio, pero, para eso, se requiere tener estilo.

En Octubre hará dos años que publiqué en el Blog la entrada 'Estilos de Dirección' coincidiendo con la llegada de Moreno a la dirección del periódico y parece oportuno reproducir ahora, a la vista de los resultados de su gestión, aquellos argumentos.

“La función directiva ha llegado a alcanzar, con el desarrollo de las empresas, una identidad propia, independiente de la naturaleza de la empresa y el sector donde se ubique, de modo que quien dirige una aseguradora, mañana puede dirigir una empresa de automoción, o bien, un periódico. Esos gestores polivalentes, que lo mismo dirigen una empresa que otra, gestionan los recursos materiales y humanos de que dispone la empresa, aplicando de un modo profesional las técnicas de dirección con el objetivo de mejorar su producto y sus resultados, pero rara vez llegan a entender, asimilar y compartir el estilo de la empresa, algo inmaterial, consolidado lentamente desde las bases fundacionales, y que no suelen reconocer como un elemento valioso, desde sus cortas miras utilitarias.”

Cuando Prisa puso a Moreno al frente de la dirección de El País, seguramente consideró que el periódico necesitaba una sacudida que revitalizara los aspectos puramente materiales de su gestión, tal vez relegados por el peso de los principios y el estilo. El eterno problema del equilibrio entre ética y pragmatismo. Vistos los resultados, en mi opinión, se equivocaron.

El problema de la falta de equilibrio entre ambos aspectos de la gestión periodística, ética y pragmatismo, simplificando un poco, es que, cuando prevalece uno de los dos, o chirría la cuenta de resultados, o chirría el prestigio y el estilo tan arduamente construidos.

Dejar la dirección de un periódico en manos de un gestor profesional, pragmático, pero incapaz de entender la esencia del periodismo, puede ser una necesidad temporal, pero desde la mirada ajena, parece mas efectiva una dirección colegiada, que integre los dos aspectos esenciales de la gestión, el pragmatismo empresarial, de un lado, y los principios y el estilo que, a la hora de la verdad, son los que garantizan la continuidad y la permanencia de un medio de comunicación, por encima de las urgencias materiales del corto plazo.

No debe ser nada fácil conciliar ambas necesidades, porque si fuera sencillo no estaría yo ahora pringado con esta entrada 'Estilos de Dirección II', contraponiendo ética y pragmatismo. Si que será fácil desmontar este enfoque crítico. Daré una pista. Nunca he dirigido un periódico.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 27-09-09.