domingo, 23 de mayo de 2010

EL ROBO

Rafael Torres escribe hoy en las páginas de opinión de 'Levante' sobre las grandes fortunas y hace una afirmación demasiado general, en el sentido de que toda gran fortuna procede del robo. Esa afirmación recuerda el viejo lema que tantas veces hemos visto escrito en las pancartas de la época en la que se cuestionaba el sistema capitalista, 'El capitalismo es un robo', que poco a poco fueron despareciendo de la escena pública cuando el capitalismo neo liberal se quedó sin adversario, el capitalismo de Estado, también llamado socialismo real, y en su etapa de mayor prosperidad, antes del crack, generó un relativo bienestar en forma de bienes de consumo abundantes a los que casi nadie hizo ascos, olvidando las consignas críticas de una época que parecía superada.

Es evidente que en el origen de la acumulación capitalista, si hablamos de fortunas transmitidas de generación en generación durante siglos, está la rapiña, el expolio, el robo. Las relaciones de intercambio desigual entre los países desarrollados y continentes enteros cuyas materias primas han sido expoliadas durante siglos, como África y Latinoamérica, pueden calificarse igualmente, sin eufemismos, de robo generalizado y continuado, al menos hasta la descolonización de 1.960, y aún después, por medio de las compañías occidentales que han seguido manteniendo algunos mercados cautivos, aunque esa relación ha sido diferente en aquellos países que han nacionalizado la propiedad de sus materias primas, y aunque las siguen suministrando a los mismos países que antes se las apropiaban sin miramientos, ahora las hacen objeto de una negociación mas ventajosa para el país productor.

No es menos cierto, sin embargo, que en ese entorno histórico de robo generalizado, han surgido en los siglos XX y XXI, empresarios emprendedores cuyas fortunas actuales sería muy injusto calificar de robo, salvo que se considere, siguiendo las tesis marxistas, que en la relación empresa trabajador existe, en todo caso, la apropiación por parte del empresario de la plus valía generada en el proceso de producción, en perjuicio del factor trabajo, es decir, 'El capitalismo es un robo'. Para la finalidad de esta entrada, demostrar que no todas las grandes fortunas actuales son producto del robo, prescindiré del concepto marxista de apropiación de la plus valía del factor trabajo.

El ejemplo mas claro de lo que quiero decir es el caso de Amancio Ortega, propietario de Zara, con una fortuna estimada de 25.000 millones de euros que, por su cuantía, ocupa el primer lugar en la lista de los mas ricos de este país. Es conocido el origen de su fortuna. Ortega empezó a coser batas de guatiné en un pequeño pueblo gallego y comenzó a crecer externalizando su producción, antes de abrir su primera tienda. Su mayor acierto empresarial fue salir al mercado con unas prendas en las que el diseño era fundamental, y, fruto sin duda de su comprensión de una sociedad donde todo era cada vez mas efímero, mas transitorio, los tejidos que empleaba no estaba hechos para durar, sino para ser renovados cada temporada.

Esa combinación de mucho diseño y materias primas baratas, junto con una clara visión de futuro y la idea de que lo que quería hacer debía hacerlo a lo grande, le llevaron a concebir una organización comercial con un gran número de tiendas propias, sin mas limites espaciales que los que marcara su propio crecimiento y su capacidad de obtener créditos.

Ortega podía haber abierto una sola tienda en A Coruña, y conformarse con eso, pero mientras otros se han lamentado como plañideras de la competencia china y han cerrado sus comercios y sus fábricas, en una debacle que ha alcanzado a buena parte del sector textil, Ortega, con un sentido del negocio global, sin límites espaciales, de la dimensión del negocio, del diseño, y de la naturaleza esencial de la sociedad misma a la que iban destinados sus productos, y un conocimiento exhaustivo de los gustos de los consumidores específicos a los que quería atraer, ha crecido de una manera fulgurante, pero, a la vez, ordenada, y hoy es titular de la primera fortuna del país.¿Podemos afirmar que la fortuna de Ortega, es producto del robo?

Mas parece que es producto del trabajo, del suyo, de los espléndidos colaboradores de los que ha sabido rodearse, de los trabajadores, de una comunidad de intereses empresariales en la que el uso adecuado de los excedentes, que seguramente no se dedicaron a consumo suntuario en la etapa inicial de consolidación del negocio, y ahora no parece que vayan camino de paraísos fiscales, porque el mundo entero es un auténtico espacio de negocios para Ortega, ha generado unos niveles de inversión que, finalmente, se han traducido en acumulación, pero una acumulación dedicada a la economía productiva, algo que los verdaderos 'ladrones' no han hecho. Es una pena que en este país no haya muchos empresarios como Amancio Ortega, titular de una gran fortuna que no procede del robo.

Veamos un ejemplo de lo que mas abunda aquí. Tenemos grandes compañías, y algunas no tan grandes, pero que operan igual, dedicadas a las obras públicas. Estas Compañías operan en el país, aunque algunas han cambiado sus nombres o se han fusionado, desde hace por lo menos medio siglo. Esa presencia permanente en los mercados, y su gran tamaño, les ha permitido establecer relaciones muy estrechas con los órganos del Estado que licitan grandes contratos.

Esas compañías se han desprendido, hace decenios, de las plantillas del personal de obras y se han transformado en grandes oficinas de contratación, que conservan su plana mayor de ejecutivos, ingenieros y técnicos, incluso conservan grandes parques de maquinaria, pero subcontratan la ejecución de las obras con empresas menores que hacen de 'primos', imponiendo unos precios y unos aplazamientos en los pagos que les reportan unos beneficios y unos flujos financieros mucho mayores que si ejecutaran las obras con sus propios medios.

'Estamos ganando mas dinero que nunca' es una expresión que he escuchado ahora mismo, en relación con una compañía --no de las mas grandes-- dedicada a la obra pública. Ante la situación angustiosa por la que atraviesa parte del sector,muchas empresas de mediano y pequeño tamaño, optan por aceptar los bajos precios que les imponen de forma abusiva las grandes firmas que dominan la contratación con el Estado, y unos plazos de cobro muy dilatados, o desaparecer.

¿Se puede calificar de 'robo' lo que vienen haciendo quienes están en esa situación privilegiada de oligopolio con las empresas de pequeño tamaño, que son las que sostienen el empleo del sector? No estoy seguro. Cada cual que lo califique como quiera, pero tengo la sensación de que dar una opinión genérica sobre los empresarios, así, sin matizar, no se corresponde con la complejidad del variado tejido de las empresas.

En todos los sistemas sociales y económicos, el tribalismo, el feudalismo, el imperialismo, el socialismo practicado en los países del Este después de la segunda guerra mundial, en el capitalismo neo liberal que surgió en su versión mas dura después de la caída del muro de Berlín, han habido héroes y villanos, campeones de la economía productiva, como Amancio Ortega y siniestros personajes dedicados a la actividad parasitaria, bien financiera, bien monopolista, pero una visión demasiado maniquea del asunto nos impide ver al grueso --por su número-- de la clase empresarial, ese censo innumerable de pequeñas y medianas empresas que soportan la mayor parte del empleo de este país, a quienes, los monopolistas, las administraciones, los financieros, presionan cada día de manera insoportable, poniendo en peligro su supervivencia, sin que nadie legisle, en España y en Europa,
para regular la subcontratación, para prohibir los largos plazos de pago, para que las administraciones cumplan efectivamente sus compromisos de pago con los que han conseguido contratar directamente con órganos del Estado, y no cobran.

Esta es, en mi opinión, la realidad de muchas de las empresas que sostienen el entramado económico en este país , de las que, en contados casos, surgen grandes fortunas, como la de Ortega. No me parece justo que se califique por igual a las grandes fortunas, prescindiendo de su origen, como no me parece ponderada la generalización, en la que yo mismo he incurrido alguna vez en el Blog,de que la actividad empresarial está fundada, exclusivamente, en la explotación del trabajo. Hay explotación, sí, hay robo, si, pero ni todos los empresarios son culpables, ni todos los no empresarios podríamos ser calificados de inocentes si, por azares del destino, nos hubiéramos implicado en la actividad empresarial.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 23-05-10.

1 comentario:

  1. Hummmm, no sé papi, habría que ver cuanto cobra un chino por confeccionar una prenda de zara y a cuanto la pagamos aquí...

    ResponderEliminar

Comentarios