jueves, 20 de mayo de 2010

TANAGRA

“París estuvo inmersa en los setenta en la fiebre de la renovación urbanística y las excavadoras volvieron a colocar en su sitio los adoquines arrancados en otra primavera por una pandilla de jóvenes barbudos, airados, iluminados y revolucionarios, que buscaban una playa urbana inexistente luego instalada en las riberas del Sena.

En aquel tiempo, las máquinas de demolición se afanaban en convertir el mercado de Les Halles en una ruina, y un artista norteamericano, mientras los últimos clochards exponían su mercancía arrebatada a los cubos de basura, sardinas podridas y zapatos de un pie, en las estrechas calles colindantes del mercado, filmó ese derribo como una metáfora del triunfo de lo establecido sobre lo revolucionario, pues en ese solar, el del mercado, se construyó el Centro Pompidou, que fue un monumento al gaullismo, un movimiento político que sobrevivió a De Gaulle, como, a juzgar por lo que sucede en algunos tribunales españoles, el franquismo ha sobrevivido a Franco.

Aquella incipiente revolución, la del 68, como otras, quedó frustrada, y con el tiempo, el suelo revolucionario de París se vio invadido por las altas torres que hoy ocupan el centro financiero.Es lo que pasa con las revoluciones, aunque triunfen. Todas las revoluciones, la francesa de 1.789, la bolchevique, la que sucumbió antes de nacer del todo en la guerra civil española, las triunfantes revoluciones de Latinoamérica, la de Cuba, la de Nicaragua, devoran a sus actores, y quienes sobreviven acaban pareciendo una caricatura de los tiranos a los que derrocaron.

Cuando estuve en París, todavía no había llegado la revolución tecnológica, frustrada, como las otras, pues a pesar de los muchos chismes electrónicos que han revolucionado los sistemas de comunicación, las sociedades actuales, sus sistemas sociales y políticos, son tan antiguos como la rueda sumeria y los combustibles fósiles de los que dependen, que ya usaban los egipcios para embalsamar y viajaban en caravana a lomos de camellos para iluminar las lámparas que alumbraban el esplendor palaciego de Bagdad.

No tuve ocasión de visitar el museo del Louvre en aquella ocasión, porque el plan de visitas lo establecían mis anfitriones, y no lo incluyeron, pero esta mañana, un poco por azar, he podido disfrutar de algunos de sus fondos, en una visita colectiva realizada al Centro Cultural de Bancaja, para conocer la colección de figurillas de terracota de Tanagra, un tesoro arqueológico cedido para esta ocasión por el museo de París..”

Tanagra fue un lugar de la Grecia antigua situado en Beocia que en el período en el que están datadas las figuras de la exposición, siglo IV a.C. estuvo bajo la influencia de Atenas. Una de las curiosidades de la exposición es observar como alguna figura evoca, con su vestido y su peinado,la moda francesa de la época imperial, pues al coincidir los hallazgos arqueológicos de aquella época con un resurgimiento del gusto neoclásico, la influencia de estas representaciones femeninas en terracota, llamadas 'Tanagrinas' fue acogida con gran entusiasmo y se extendió a los salones de la corte.

Componen la muestra mas de doscientas figuras. Aunque hay algunas relacionadas con actividades de la vida cotidiana, figuras de labriegos arando, mujeres elaborando pan, representaciones de actores teatrales, lo que mas abunda son mujeres envueltas en drapeados, inspiradas en el escultor ateniense Praxíteles. Eran figuras policromadas, que no conservan las colores originales, salvo la dama de azul, una de las figuras mas interesantes de la colección, que conserva rastros de los pigmentos azules y dorados originales.

La mayoría de las figuras de mujeres drapeadas, parece que tuvieron una función funeraria, como casi toda la muestra. Eso explica que, a diferencia de otras colecciones de arte antiguo, como la persa que se expuso en Heliópolis hace unos años, en esta estén ausentes las representaciones eróticas, ningún Priapo, ninguna diosa de la fertilidad, ninguna pareja mostrando una postura amatoria, como las que son frecuentes en cualquier manifestación del arte pre cristiano.

Astrágalo. Mención aparte merece esta palabreja, astrágalo, pues varias de las figuras portaban unas bolsas conteniendo astrágalos, que es un hueso corto del pie y, al parecer, se usaba para algún tipo de juego (el hueso o su representación).

Otra cosa muy curiosa es que las figuras de actores están representando comedias en las que el asunto central es la conducta de los esclavos (robando la bolsa del amo, por ejemplo), escena que permite una asociación directa con las comedias representadas en los escenarios madrileños en los años sesenta en las que el argumento se centraba en el comportamiento de las criadas y sus relaciones con las señoras , y con las que Alfonso Paso, un dramaturgo olvidado, se hizo rico.(Las que tienen que servir, etc). Nada nuevo hay bajo el sol.

El sol de primavera de este mayo glorioso nos ha recibido al salir de la exposición, y después de tomar un zomo de tomate a la sombra de una sombrilla en la cafetería Tetuán –ni se les ocurra acercarse, nos han dado un buen palo-- hemos dado por terminada nuestra incursión en la Grecia antigua. Tanagra. Ya saben. Centro Cultural Bancaja, Plaza de Tetuán, 23, Heliópolis, hasta el siete de Julio. Después de esa fecha, si quieren verla, tendrán que ir al Louvre, que tampoco está mal, no?

De nada.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 20-05-10.

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