martes, 11 de mayo de 2010

SALVAR A VELÁZQUEZ

Una caravana de setenta camiones cruzó la frontera en dirección a Ginebra, en plena guerra civil, bajo la amenaza de los aviones de la Legión Cóndor, la aviación italiana y franquista, que no interrumpieron sus operaciones, a pesar de los intentos del pintor Sert y los telegramas enviados por el duque de Alba para obtener una tregua que garantizara la seguridad del patrimonio artístico español, los fondos de 'El Prado' y de otros museos que se consideró necesario proteger, que muy probablemente, sin esa operación salvadora, no hubieran sobrevivido a las batallas en los principales escenarios urbanos de la contienda.

Unos días antes de que el Ejército alemán invadiera Francia, el general gallego, quien al parecer no se fiaba de sus socios ni de la neutralidad de los suizos, reclamó la presencia de ese tesoro artístico en Madrid y se permitió el cinismo de decir que así lo salvaba de las manos de los rojos. He aquí un estupendo argumento para una excelente película que nadie ha rodado todavía.

He conocido los detalles de esta historia verdadera, absolutamente documentada, en una visita de grupo a La Nau, en el claustro de la universidad vieja de Heliópolis, una muestra cuyos elementos visuales eran falsas cajas como las que contenían las obras objeto de salvamento por parte de un Comité Internacional y por diversas personalidades artísticas y políticas del Gobierno Republicano.

La muestra aporta facsímiles de los documentos a que dio lugar aquella operación, inventarios de los cuadros, esculturas, tapices y otros objetos, instrucciones detalladas del destino de esos fondos y la voluntad declarada y explícita de que volvieran a su lugar de origen, sin ninguna condición política, solo la de garantizar su supervivencia al conflicto y su perfecto estado, para lo que se consideró oportuno que fuera un Comité dependiente de la Sociedad de Naciones quien ejerciera de garante, de manera que las obras, mientras permanecieron fuera de España, nunca estuvieron 'en manos de los rojos', sino amparadas por instituciones que aseguraban su inviolabilidad.

La peripecia de ese tesoro artístico está llena de anécdotas, intervenciones personales y sucesos históricos que salpicaron el accidentado viaje hasta llegar a Le Pertuse, donde descansaron cierto tiempo antes de continuar viaje hasta Ginebra. Antes de su devolución al gobierno de Franco, la Sociedad de Naciones intentó hacer una gran exposición en su sede, donde fuera mostrada la mayor parte de esos fondos, pero Franco solo autorizó exhibir un número limitado de obras y, dos días antes de excluir a España de esa comunidad de naciones, exigió la devolución de ese patrimonio.

Que ninguna de las obras que fueron expuestas a esa aventura itinerante sufriera daños es casi un misterio, atenuado por los numerosos documentos que demuestran el cuidado exquisito con el que aquella operación se llevó a cabo. Que las bombas de la aviación franquista no atacaran aquella caravana parece mas bien un milagro. A falta de documentos que lo acrediten, no sabemos si, a pesar de haber negado una tregua en los bombardeos, esta se observó de facto.

Es sabido que la legión Cóndor no fue tan cuidadosa al elegir sus objetivos en Guernika. Sea como fuere, gracias al arte, ahora tenemos dos testimonios distintos de un mismo acontecimiento. Uno, los cuadros de Murillo y Velázquez que cuelgan hoy de las paredes de 'El Prado', son el testimonio de unos hombres y mujeres que hicieron lo imposible, en circunstancias muy difíciles, para salvar ese legado, para que no fuera objeto de destrucción, como lamentablemente ocurrió después con el patrimonio cultural en Irak o Sarajevo.

El otro testimonio está colgado en el Reina Sofia. Es el Guernika de Picasso, el documento mas estremecedor que he visto de la capacidad de destrucción de vidas humanas. Una aberración brutal, que fue el ensayo de lo que vendría después, la destrucción sistemática del continente europeo, con millones de muertos, en la última gran guerra.

En fin. Salvar a Velázquez. Pueden ver la muestra ART SALVAT en el claustro de La Nau, calle Comedias, Heliópolis, hasta el 30 de Mayo.

De nada.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-05-10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios