martes, 31 de mayo de 2011

HOJA DE RUTA

He pasado el finde en la casa de la sierra, releyendo a Faulkner y disfrutando del insólito espectáculo visual, aromático, floral, que ofrece la naturaleza en estos días en que la vida vegetal estalla en una explosión cromática asombrosa, los grillos insolentes se pasean entre las zapatillas del dormitorio, y el paisaje rectilíneo de las vides, con las plantas en un estado de desarrollo muy avanzado, confieren al entorno el contraste entre el dibujo puntillista de las viñas y la masa forestal, enormemente viva y variada que las rodea.

Regresé ayer, tarde, y no hice la lectura matinal del periódico mientras desayunaba, por eso la entrada del lunes la dediqué a Faulkner. Hoy he bajado al Maravillas y Toni me ha prestado un ejemplar caducado de 'Levante'. Un artículo de de la Guardia publicado en las páginas de opinión del 30-5 ha llamado mi atención y voy a dedicarle la entrada de hoy. Su título, 'Hoja de Ruta para la indignación' da pistas sobre su contenido.
(...)
Escribe de la Guardia, entre otras cosas, que 'A lo largo de esta última semana se han ido produciendo propuestas de diferentes miembros de la plataforma y eso es, en mi opinión, lo que se debe hacer', '(...)la única salida a la vuelta de un año sería que el movimiento de mayo del 2011 (15-M) se constituyese en agrupación de electores y presentase unas listas a las próximas elecciones generales (...).'

Este hombre, o no ha leído nada, o no se entera de nada. Para empezar, debería saber que este movimiento, el 15-M, funciona mediante el procedimiento de democracia asamblearía, por lo que, si tiene alguna propuesta que hacer, debe personarse en el lugar físico donde se realizan los debates, y ponerla a votación.

Decir, desde su condición de Catedrático de Química Analítica, que es lo que debe, o no debe hacer, la gente del 15-M, ya es un reflejo de mentalidad autoritaria, caduca, propio de una parte muy determinada de su generación que, si alguna vez se indignó, se tragó esa indignación en beneficio del medro personal.

Hay que decir, para quien no lo sepa, que este movimiento no es cosa solo de jóvenes licenciados en paro, sino que hay profesores universitarios en activo que lo apoyan y participan activamente en el, a diferencia de de la Guardia, que se limita a perorar, decir ¡lo que se debe hacer!, y que al final, concluye que deben presentarse a las elecciones de un sistema que ponen en cuestión.

La ignorancia de de la Guardia sobre lo que es la democracia directa, asamblearia, es manifiesta, aunque no sorprendente, para cualquiera que haya seguido con alguna
frecuencia los contenidos de sus colaboraciones.

Antes de pretender organizar los objetivos del 15-M, este especialista en analizar la química, que no las relaciones sociales, había pretendido organizar la Universidad, defendiendo, en nombre de una supuesta eficacia, la expulsión de la política de las cátedras, en una temeraria invasión de la libertad de expresión de quienes miraba con el desprecio propio de quien se sitúa en algún limbo ajeno a la derecha y la izquierda. Estos que dicen, no soy de izquierdas, ni de derechas, invariablemente resultan pertenecer, a veces sin saberlo, a la derecha mas rancia.

Puestos a marcar una Hoja de Ruta, yo le sugeriría a de la Guardia dos caminos sucesivos y complementarios. Primero se podría hacer mirar su tendencia al autoritarismo y a la megalomanía. Después estaría bien que siguiera un curso intensivo sobre horizontalidad por oposición al verticalismo de las relaciones de poder jerarquizadas, con especial atención a la democracia directa asamblearía como
medio de superar un sistema caduco. Luego de ese esfuerzo formativo, tal vez esté en condiciones de personarse en alguna asamblea y presentar allí sus propuestas.

De la Guardia no es el único que anda estos días dando consejos a los integrantes del 15-M. Una cosa es analizar esa realidad, intentar entenderla y aventurarse a suponer por donde va a ir la cosa, otra, adoptar una actitud paternalista desde la supuesta experiencia. En particular, me llaman la atención aquellos que dicen que 'estuvieron en Mayo del 68'.

Vamos a ver, en mayo del 68, en cuanto lugar temporal, estuvimos casi todos los que tenemos una cierta edad. Ahora bien, una cosa es haber sido espectador de acontecimientos lejanos. Otra, estar en la plaza de la Bastilla, formando parte de una generación de activistas que consiguieron cambiar la sociedad de su tiempo. Una minoría a la que, ahora, a juzgar por lo que leo, todos parecen haber pertenecido.

Dejemos en paz a los activistas del 15-M. Ellos saben lo que tienen que hacer. Lo debaten cada día. Ningún seudo revolucionario de opereta, ningún catedrático derechista disfrazado de apolítico tiene nada que aportar a ese movimiento. A pesar de eso, si van por el Ágora, seguro que se escuchan sus propuestas y se votan, que es mucho mas de lo que estos tipos autoritarios o banales merecen.

En fin. Hoja de Ruta.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 31-05-11.

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