jueves, 10 de mayo de 2012

EL TORNADO

"En 2050, La Federación Ibérica incluye los antiguos territorios de España (ya no es una monarquía), incluyendo los archipiélagos balear y canario, Portugal, Madeira, pero no las plazas de Ceuta y Melilla que fueron devueltas a Marruecos al cumplir la condición impuesta en el último tratado de pesca, mientras Gibraltar sigue en manos inglesas, ahora gobernado por un sobrino de Cameron, se dice que con el asesoramiento de los herederos de Murdock.

Sin embargo, el mapa político y social de esta extensa comunidad ciudadana, poco tiene que ver con el de las primeras décadas del siglo.
(...)
Hacia 2015, cuando parecía que el déficit público comenzaba a ser controlado, el desempleo había dejado de crecer,la confianza en el sistema financiero, que había hecho los deberes con relativo éxito, aunque desplumando a los contribuyentes, volvía a los mercados, una sensación de alivio se extendía entre la clase política, pues todos los datos parecían indicar que las perturbaciones de los últimos años habían sido sabiamente controladas en beneficio, sobre todo, de las clases dirigentes.
Sin embargo, ese mismo año, un acontecimiento inesperado, de una dimensión inimaginable, dio un vuelco histórico sin precedentes a la situación. Unas enormes masas de aire helado y cálido, que, teóricamente, debían estar en el Medio Oeste americano, se desplazaron hasta el territorio de lo que hoy es la Federación Ibérica, desencadenaron vientos de mas de 400 kilómetros por hora --fuerza 5-- y ese insólito tornado, actuando de un modo selectivo, sin que ninguna explicación científica haya conseguido aclarar porqué, se llevó volando todos los coches oficiales de la clase política de entonces, con sus usuarios dentro, sin que se haya sabido donde fueron a parar.

Huérfana la población ibérica de dirigentes políticos tradicionales, después del desconcierto, titubeos y vacilaciones propios de una situación revolucionaria, no provocada por las masas, sino por aquella catástrofe natural, intentaron organizarse y llamaron a una chica islandesa con experiencia en los asuntos de la democracia directa, participativa, y a un cómico italiano que había sido uno de los mas votados en los comicios de su país.

Como consecuencia de aquella ebullición del poder popular, y después de agotadoras jornadas de sesuda reflexión colectiva en las universidades, al modo en que sucedió en la Sorbona en el pasado siglo, los nuevos demócratas se dieron cuenta de que lo importante no eran las formas de gobierno,--las empresas y la Banca seguirían cumpliendo su función-- ni siquiera los modos participativos del poder, sino las prioridades que emanaran de ese poder compartido, ciudadano, pero poder al fin y al cabo, para organizar de nuevo el mundo, su mundo, sin la presencia de la clase política a la que se atribuían todos los males de la sociedad anterior.

Decidieron, de un modo participativo, que lo esencial no era el crecimiento, sino la adecuación del hombre al medio en que vive, para asegurar la supervivencia de las generaciones futuras. Diseñaron, en consecuencia, políticas industriales y energéticas dirigidas a ese fin. Como consecuencia de esa renuncia, acordaron que la naturaleza del salario debía cambiar, así como cambiaba la prioridad en las inversiones. El salario monetario se redujo, pero a su vez el salario social --los bienes y servicios públicos facilitados por el Estado, orientados a la definitiva emancipación de la mujer mediante el soporte de unos servicios de calidad que le permitieran una auténtica y permanente emancipación de sus cadenas domésticas-- compensaba de sobra esa reducción monetaria, pues, a las prestaciones sociales, se unió una racionalización de los horarios laborales que,por tradición, en el espacio ibérico, habían sido especialmente irracionales. En definitiva, la gente trabajaba menos, ingresaba menos, pero vivía mejor.

Naturalmente, esta nueva situación, medida con los indicadores meramente económicos que se usaban hasta entonces, a una parte de la población le pareció un retroceso, pero las nuevas clases dominantes que ejercían la democracia participativa contaban con el apoyo de la mayoría, y, al sustituir los indicadores monetarios, por indicadores de bienestar social, se sentían en una posición mejor que la de otros países que se habían quedado estancados con las falacias del PIB, y el crecimiento a toda costa.

Esta nueva sociedad del decrecimiento no está exenta de conflictos. El principal,  que alrededor de una cuarta parte de la población, no comparte ni aprecia ese modo de vida. Sus representantes no han perdido la esperanza de recobrar a la clase política que se llevó el tornado, porque, acostumbrados a que les manden lo que tienen que hacer, lo prefieren a dedicar un tercio de su tiempo a tomar decisiones compartidas, por lo que no se puede afirmar que la transformación social realizada sobre lo que hoy es la Federación Ibérica, sea completa.

Esta realidad, la de la sociedad plural, mas o menos fragmentada, es un factor que ha condicionado la actitud de los revolucionarios de 2015. Tengo a mi alcance un texto de la época que lo explica bien. La revista 'Libre Pensamiento' dedica su edición de invierno a 'Pensar la Revolución'. Entre los extensos artículos que reproduce--casi un ensayo-- espigo las ideas que me han inspirado esta página. 'Lo que ya no tiene vigencia en el imaginario revolucionario actual, lo que ha sido abandonado, es, por una parte, la fijación sobre la insurrección o sobre el enfrentamiento social generalizado, y por otra, la idea de una transformación social global como objetivo prioritario...' 'En el imaginario revolucionario actual las situaciones insurreccionales son vistas como situaciones revolucionarias no porque sean susceptibles de provocar una mutación social global de tipo libertario, sino porque permiten realizar, a veces, experiencias .. porque contribuyen poderosamente a la creación de sensibilidades insumisas y, finalmente, pueden provocar y acelerar ciertos cambios culturales..'

Como se ve, nada en esta teoría revolucionaria indica que el motor de un cambio social pueda ser un tornado. Pero el tornado se produjo, fue real, el cambio ocurrió, hasta el límite que siempre marca una sociedad plural."
En fin. El Tornado.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10-05-12.

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