Toda la suerte adversa, todas las aflicciones que nos han caído encima en los últimos años, y en particular, desde que los conservadores gobiernan España, tienen dos claros orígenes. Uno, la existencia objetiva, cierta, de una crisis financiera que no fue provocada por la mayoría de quienes mas la sufren. Dos. El predominio absoluto del poder de los políticos conservadores en la Unión Europea, que han impuesto una política desalmada para sacar tajada de la 'oportunidad' que la propia crisis les ofrecía para dar la vuelta al calcetín de los modelos sociales construidos en los últimos treinta años, con medidas de tierra quemada cuyo verdadero objetivo era instaurar un nuevo paradigma que rompiera de un modo abrupto con los equilibrios sociales establecidos.
Lo mejor que nos ha podido ocurrir hoy es que los socialistas franceses rompan con el resultado de las elecciones presidenciales ese monopolio del poder conservador europeo, y, si las cosas salen bien, las elecciones en Alemania,
en la Región de Renania Westfalia, el próximo domingo, pueden dar una patada al mantecoso culo de Merkel, con lo que la hegemonía conservadora en Europa, si añadimos los resultados de las municipales en Inglaterra, está en trance de irse a la mierda.
(...)
Si tal situación se produjera, y sus efectos esperados en la política económica y financiera en Europa se consolidaran, todos los discursos que ahora mismo están largando Rajoy, Cospedal, y Soraya se irían a la puta mierda y de pronto, los veríamos transmutados en adalides de la política de crecimiento --eso, si, sin abandonar la austeridad, dirán-- y sus nuevas apariciones en televisión producirían la misma hilaridad que las mejores películas de Buster Kiton.
Lo mejor de todo no sería esta respuesta al regodeo de Esperanza Aguirre cuando dice que ha encontrado unas 'maravillosas partidas' para recortar, sino que el frenazo a ese salvaje cambio de paradigma tendrá consecuencias para los mas de diez millones de españoles, entre parados, familiares a su cargo, dependientes, sin contar a funcionarios, interinos, usuarios del sistema de salud pública, y otros colectivos en el punto de mira del salvajismo conservador.
Porque nadie negará que hace falta un esfuerzo colectivo para salir de la crisis, si, pero proporcional, y no salvaje como están imponiendo los conservadores. Y que hacen falta medidas que estimulen el crecimiento, y echar gente a la calle por cientos de miles no parece bueno para crecer, y que esas medidas, indispensables, urgentes, son compatibles con medidas selectivas que optimicen el gasto, en sectores adecuadamente elegidos. Y que cortar las inversiones de raíz, es un error de manual, constatado por las experiencias históricas.
Todo esto lo ha valorado el electorado francés, y ha decidido que la política económica europea necesitaba un golpe de timón. Y lo ha dado. En política, a veces, los gobiernos de un mismo signo prolongan su hegemonía hasta que sus errores resultan insoportables a la población, entonces, caen como fichas de dominó, uno tras otro. No se trata solo de Francia. En el punto de mira de los electores están Alemania e Inglaterra.
No parece que en ese contexto, si se confirma, el gobierno de Rajoy pueda mantener su discurso, ni su política.
No sabemos exactamente que ocurrirá, pero hay un hecho claro, el monopolio se ha roto
Eso. Fin del Monopolio.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7-05-12.
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