jueves, 6 de marzo de 2014

EL CONCIERTO A CAU D' ORELLA

Ayer asistimos al concierto patrocinado por el vicerrectorado de cultura en la capella de La Nau, aunque nuestra primera intención fue acudir a ver Las Troyanas, que se representaba en la sala Matilde Salvador,la cola para acceder a este espectáculo daba la vuelta al vetusto edificio de la universidad vieja y claro, cuando accedimos a la taquilla, ya no quedaban entradas, que por cierto eran gratuitas.

Por esa razón, decidimos quedarnos al concierto, que comenzaba a la misma hora. Intervino el Cor de dones a Cau D'Orella, y la expectación que levantó su actuación, relacionada con los actos que se celebran en estas fechas con motivo del día de la mujer, hizo que se rebasara el aforo de la capella.

Nos acomodamos en las butacas del fondo de la sala, pero la excesiva afluencia de público hizo que tuviéramos unas veinte personas de pie delante de nosotros, que no nos dejaron ver nada pero, claro, a un concierto se va mas que nada a oír, así que lo peor no fue eso.
(...)
Sucedió que se sentó una señora junto a mi, que no paraba de interpelarme, o de contarme cosas, sin venir a cuento. Preguntó que quería decir eso de 'a cau d'orella'. Contesté que no lo sabía, pero creía que se refería al 'cant d'orella', ese estilo de canto de aquí en el que el letrista se acerca al oído de la cantante y le dicta la letra que va cantando.

Después, la señora me informó, sin haberle preguntado, de que el Tribunal de las Aguas ha sido declarado patrimonio de la humanidad, en seguida precisó, patrimonio inmaterial de la humanidad. Que bien, dije yo, por decir algo. 

Enseguida amplió su información, añadiendo que la moixeranga, una costumbre ancestral conservada en Algemesí que incluye vestidos, 'castellers' y otras singularidades conservadas a través de los siglos, también era patrimonio de la humanidad. 

Yo no sabía que hacer con la señora, porque el concierto ya había empezado y no me estaba enterando de nada, así que le dije, ya veo, por lo que usted me dice, que tenemos un enorme patrimonio cultural, pero ¿que me dice del patrimonio financiero, no sabrá usted por casualidad quien se lo ha llevado?.

La señora quedó en silencio por un rato, y yo pude concentrarme en lo que estaba oyendo, porque ver, lo que se dice ver, no veía un pijo. Aunque me había perdido el Kyrie y el Sanctus de la primera pieza, enseguida me concentré en el sonido de la veintena de voces del coro, hasta el punto de que en la pieza siguiente, María Mater Gratiae, pude verme a mi mismo flotando junto a las bovedas de la capella, mientras permanecía a la vez sentado en el sillón del fondo, aspirando sin querer al aroma polvoriento de un terciopelo tan viejo como el edificio. 

Mientras flotaba bajo las bóvedas podía contemplar a las intérpretes del coro. El sonido de sus voces chocaba contra los muros de la capella, subía hacia la bóveda y al rebotar me daba en el occipucio, impulsando en mi ingrávido cuerpo flotante un movimiento pendular, como si yo fuera una campana, al menos así lo recuerdo, aunque pudo ser el producto de una ensoñación por el efecto de aquellas voces angelicales, como de castrati, por así decir, aunque, claro, no eran castratis, eran señoras. 

La primera parte del concierto se me hizo un poco difícil, porque, mientras mi lado espiritual andaba flotando bajo la bóveda, mi lado terrenal tenía al lado a la señora que seguía preguntando, ¿en la pieza siguiente, se acaba la primera parte? -No señora, todavía no. 

Por fin, cuando llegó el Tantum Ergo, concluyó la primera parte del concierto y la señora abandonó el asiento contíguo al mío. La vi salir desde mi posición flotante junto a la bóveda y decidí acabar con ese desdoblamiento puesto que, pasado el peligro de las molestias y las interrupciones, podía reintegrarme a mi yo completo y disfrutar de la segunda parte del espectáculo, como así hice. 

El Salve Regina, el Ave María y los Tres motets, los pude disfrutar con la integridad del placer sensible de la música y, desde aquí, quiero felicitar a las intérpretes y agradecerles su actuación, pero tengo una duda que, impertinente como soy, no quiero dejar de manifestar.

En este acto musical  dedicado al día de la mujer, figuraba en el programa de mano un logotipo de 'Unitat d'ìgualtat' y siendo visible que al 'vicerrectorat de cultura' le han añadido el motete de 'i igualtat', es decir, que parece evidente el esfuerzo por ensalzar el derecho a la igualdad de la mujer, que yo comparto ¿Como es que al leer el programa de mano encuentras que todas las composiciones interpretadas están firmadas por hombres, solo hombres? 

Con esta observación solo quiero indicar que las organizadoras y/o participantes en este concierto, en mi opinión, debían haberse esforzado por presentar obras de compositoras, para ser congruentes con su dedicación en pro de la igualdad, y si acaso al tratarse de música antigua, no es fácil encontrar esas partituras, al menos podían haber cerrado el acto con alguna composición contemporánea, compuesta por
alguna de las muchas mujeres que ahora cuentan en el arte de la composición musical.

De hecho, creo que el concierto que se ha celebrado hoy en la Beneficencia, al que no he podido asistir porque tenía clase de teatro, se ha planteado, exclusivamente, con composiciones de autoras europeas. 

Eso si parece, digo yo, un homenaje a la mujer.

En fin. El Concierto a Cau D'orella.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 6-03-14.

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