sábado, 8 de marzo de 2014

EL ENCENDIDO

Ayer, a las ocho de la tarde, con una puntualidad británica, Lola y Antoni hicieron sonar el timbre de casa, porque habíamos quedado con ellos para salir a contemplar el encendido de las espectaculares iluminaciones de las calles del barrio de Russafa, una costumbre que comienza a arraigarse después de una década, aunque su origen no es fallero, sino andaluz, inspirado en las ferias de Abril que se celebran en Sevilla y otras ciudades del sur.

De camino hacia la calle Sueca, Antoni, el pintor, notó el crecimiento del número de galerías de arte en el barrio y la aparición de tiendas especializadas en útiles para la pintura artística. Antoni es sorollista en sus temas, pero hiperrealista en su realización, y me comentó que uno de sus cuadros cuelga en el despacho de la alcaldesa de El Puig, porqué realizó allí una exposición que piensa repetir el próximo otoño.
(...)
Lola, su mujer, es la enfermera que mas sabe de trauma en el hospital donde trabaja, y tuvo la amabilidad de recomendarme por teléfono hace unos días un anti vertiginoso --que no está indicado, como ya he dicho en otra página, contra la eyaculación precoz, sino contra el vértigo-- y quedó maravillada al percatarse de la reurbanización del barrio, con todas sus calles remozadas, Vivóns y Sornells peatonalizadas, la mayoría con un carril estrecho para la circulación de vehículos y grandes aceras ocupadas por las terrazas de toda clase de establecimientos hosteleros. 

Ambos, Antoni y Lola, quedaron impresionados por el estado de las fachadas de los edificios del barrio, todos repintados, algunos con un gusto decorativo exquisito, de tal modo que la impresión que recibieron es que visitaban un barrio muy potente, en crecimiento y en un magnífico estado de conservación, por comparación con el Cabanyal, donde viven, que ahora es un páramo olvidado de los munícipes. 

Misterios de la planificación urbana. Antoni aventuró que esta renacimiento de Ruzafa esconde una operación especulativa ligada al planeamiento del Parque Central. No sé.

Al llegar a la calle de Sueca, una muchedumbre de curiosos llenaba por completo el lugar, a la espera de que se produjera el encendido de las luces. Una espera que fue algo larga, ya se sabe que los horarios de las comisiones falleras suelen ser flexibles. Antoni y yo, cansados de esperar, comenzamos a entonar a dúo aquello de 'que vinga, que vinga, que vinga la llum...y al senyor alcalde li donen per el cul..' ante el regocijo de las chicas jóvenes que nos rodeaban. 

Cuando por fin se produjo el parlamento protocolario de un miembro de la comisión, sonó la música, y el espectáculo de luz y sonido en que consistió el encendido se puso en marcha, las gargantas de la multitud lo celebraron al unísono.

Cientos de miles de bombillas en un juego cambiante de colores y formas iluminaron los rostros de la gente convocada para el espectáculo, que llenó absolutamente los alrededores en un ambiente festivo que señala lo que se ha convertido en un importante preludio de las fiestas falleras de Heliópolis.

Cuando el juego de variaciones de la instalación luminosa concluyó, el paisaje urbano quedó fijado con la forma de las Torres de Serranos, tal vez un recordatorio de que los moriscos han vuelto, como los sefarditas, a su solar, si atendemos al titular gordo de 'Levante' de hoy, 'La compañía estatal de petróleo y gas de Arabia Saudí acepta avalar la compra del Valencia CF'.

Bienvenidos sean los moriscos, sí. Después de todo, la leyenda, que no la historia, cuenta que aquí convivieron en armonía moros, judíos y cristianos, aunque no siempre se dice que vivian en guetos separados. Nada de particular, si tenemos en cuenta que aquí, en tiempos del nacional catolicismo, también hubieron guetos educativos, donde algunos afortunados hijos de familias agnósticas recibimos una educación laica. 

Terminó la ceremonia del encendido de Sueca y nos fuimos corriendo a Cuba, para presenciar otro espectáculo del mismo órden. Cuando terminó, yo, ingénuo de mí, propuse a Lola y Antoni, ¿vamos a cenar a Tomates Verdes Fritos..?, frente a la Galería de Natalia, que ahora está cerrada, en la calle Sevilla... mi sobrino está allí de maitre, y seguro que nos da mesa... 

-Tío, cómo no me has avisado, si tienes el teléfono...me es imposible daros mesa, si fuerais dos, pero cuatro...lo tengo todo ocupado ya ves... y estos días va a ser siempre así..de todos modos me alegro de que hayais venido, pero, toma una tarjeta, la próxima vez, llámame..eh...

Después del fiasco, iniciamos un peregrinaje por todos los restaurantes del barrio, que cada día son mas ..sin resultado, todo estaba a reventar. Lola comentó, --Estoy alucinada, habéis visto como están todos los restaurantes, pero..¿no estamos en crisis..?

La crisis, Lola, dije yo, es una cosa poliédrica, con muchas caras, está la cara de la pobreza, de la opulencia, y luego hay mucha gente, de momento es mayoría, que, aunque ahorra menos, mantiene, mas o menos, sus costumbres de siempre... 

Lola repuso, déjate de chorradas sociológicas y vamos a Vivóns, a ver si allí encontramos algo... Llegados a Vivóns, solo encontramos un sitio, pero era una terraza y comenzaba a refrescar, así que Lola y yo nos quedamos vigilando una mesa libre, mientras mi mujer y Antoni iban a ver si encontraban otro sitio...enseguida nos avisaron con un movimiento de las manos para que nos acercáramos a la Taberna Asturiana, en Cádiz, donde había una mesa libre en el interior del local. 

La verdad, la picada de chorizo, que hay que ver como picaba, la bandeja de lacón, el revuelto con picadillo y las patatiñas con salsa de Cabrales, especialmente esto último, con un corte de la patata que la dejaba entera y crujiente, sensacional, junto a las cervezas que tomamos mientras nos servían y las dos botellas de blanco turbio que cayeron después, nos dejaron en un estado de euforia, de exaltación fallera, que creo que volvimos a casa siguiendo un curso ondulante entre las calles iluminadas y ya obstruidas por la instalación de las carpas.

Cuando acabe esta crónica, he de llamar a Lola, para saber si la pillaron en algún control de alcoholemia cuando cogió su coche americano para volver a casa, o si volvieron sin novedad. 

'Levante' de hoy da cumplida cuenta de la crónica festiva de la noche de ayer, pero, que quieren, he querido añadir la mía, aunque, como siempre, no ha sido solicitada.

En fin. El Encendido. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8-03-14.

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