jueves, 27 de marzo de 2014

HUMOR GRÁFICO

He tomado un café cortado, a una hora temprana, en Ca Pepe. En el mostrador estaba un ejemplar de Levante de hoy. Aunque he declarado el boicot a ese periódico, por su desinformación sobre la marcha de la dignidad, ese boicot se refiere a no comprarlo, no incluye renunciar a leerlo gratis.

Después de leer, palabra por palabra, todas las páginas de opinión, que no me han dejado ninguna huella, me he centrado en el humor gráfico de esas mismas páginas.

Desde niño he seguido con atención todas las manifestaciones del humor gráfico, Carpanta, Mortadelo y Filemón y los demas personajes de la prensa infantil, por decirlo así, luego cuando me hice mayor seguí leyendo las revistas de humor adulto, El Jueves, La Codorniz y las tremendas viñetas de Chumy Chúmez, con su expresionismo trágico, las de El Roto, reflejo de un arte gráfico que bebe de las fuentes de la pintura de Munch, o el humor inteligente de los personajes cotidianos de Antonio Fraguas, Forges, de quien he recibido un correo que es un largo alegato contra la mediocridad, expresado solo con texto, con lo que dudo de la autenticidad de su origen.

Hasta que no se invente un marchamo de autenticidad de las cosas que circulan por Internet, no hay modo de saber si un texto recibido atribuido a Forges es realmente suyo, del mismo modo que no pueden ustedes saber si el tipo que está escribiendo esto es Lohengrin, o alguien de una Agencia USA que husmea en nuestras cosas.

Voy, pues, a comentar las perlas de humor gráfico que van hoy en Levante, luego me remontaré a mi ocasional experiencia como humorista y diseñador gráfico, y no se que mas se me ocurrirá, porque cuando pongo en marcha el teclado, se donde comienzo, pero ni idea de como voy a terminar. Sorpresa!
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La 28 de Levante ofrece hoy una gran viñeta de Gogue en la que aparecen, de espaldas, dos viejos tocados con boina. !Como cambia la vida! antes no teníamos de nada y ahora tenemos de todo, dice uno, el otro contesta, Sí, tenemos artrosis, tensión alta, pensión baja, colesterol, depresión... 

Esta viñeta me ha interesado porque refleja la tendencia a la hipocondría, frecuente entre la gente mayor, y no tan mayor. Cuando subo a ver a mi cuñado, su conversación, mejor dicho su soliloquio, solo versa sobre pastillas y molestias imaginarias.

Solo soporto la hipocondría en las pelis de Woody Allen, porque la convierte en motivo de risa. En la vida real, trato de huir de esa manía auto flagelante siempre que puedo. No es fácil, cuando los lunes vamos al mercado con una pareja amiga, no puedo escapar, o cuando mi mujer habla por teléfono con una amiga de sus dificultades para dormir, y de que pastilla es mas eficaz, si un hipnótico o un anti histamínico, si el Orfidal o la Biodramina sin cafeína que tiene un efecto colateral que da sueño, o esas cosas de para farmacia que se venden ahora como remedios milagrosos, toda esa atención a la salud, o a la falta de salud, de cada uno, a mi me parece un asunto tan privado, que percibo como una obscenidad que protagonice las conversaciones cotidianas.

En la 29, una viñeta de Sabiote presenta dos figuras, una de un antidisturbios, otra de un supuesto manifestante, ambos enarbolando sendos instrumentos para golpear al otro, sujetos con hilos, como marionetas. Sin usar una palabra, el humorista gráfico pone de manifiesto la manipulación de los últimos sucesos en Madrid. No cabe mayor economía de medios para denunciar una situación.

Hubo un tiempo en el que hice mis pinitos como humorista y diseñador gráfico. Sucedió hace tres o cuatro décadas, cuando sufrí un episodio psicótico que estimuló mi capacidad creativa. Aquella experiencia me enseñó que cuando una alteración psicótica le sucede a un individuo con una personalidad violenta previa, puede desencadenar sucesos con mucha violencia. Cuando le sucede a un tipo pacífico, puede suceder lo contrario, hacer que aumente su sociabilidad y su creatividad, aunque ambos, el psicópata y el simple enfermo, acaben en una cama de hospital atendidos por un psiquiatra.

Entonces debía estar yo impartiendo una charla divulgadora sobre economía en algún barrio periférico, así que preparé bien el material para la demostracion. Improvisé una serie de diapositivas artesanales, dibujadas sobre papel traslúcido, para ilustrar con su proyección algunos conceptos económicos. Recuerdo algunas de ellas. 

El Producto Nacional Bruto, lo representé con un personaje de aspecto rural, con boina, barba de seis días, camisa a rayas, chaleco y pantalón de pana, armado de un garrote. El Tipo de Interés, era un mozo moderno, tipo Mario Casas de ahora, que aparecía en el centro de la imágen, rodeado de un puñado de mujeres que mostraban, de modo muy elocuente, su interés por el. La Prima de Riesgo no la incluí entre aquellos conceptos económicos porque entonces no estaba de moda. Lástima, porque me podría haber lucido...

En cambio si representé la Relación Real de Intercambio, ese concepto que trata de cuantificar los efectos del comercio internacional en las economías de los países, al margen de los precios nominales de las transacciones.

Lo hice a través de dos figuras sobre un fondo de paisaje tropical. Una de ellas, vestida con ropa de explorador y tocada con salacof, le entrega un transistor a un nativo y a cambio se queda con todas las materias primas de la isla.

Aquella alteración psicótica no solo estimuló mi creatividad para representar conceptos económicos a través de viñetas proyectadas. También me convirtió, por un mes, en diseñador de ropa interior femenina. Recuerdo aquella prenda informal, una camiseta de manga corta con dos orificios practicados en su delantero, para que asomaran los senos de su portadora.

Aquellas primorosas bragas de punto calado, esa textura que tanto se lleva ahora para prendas exteriores, que permitían vislumbrar el vello púbico, que no se porqué se escribe así, vello, cuando debería decirse bello. Cuando le enseñé al médico mis diseños hizo algún comentario...esas cosas tan bonitas que hace usted.. 

Esto, por lo que se refiere a la creatividad gráfica, en cuanto a la sociabilidad, también se produjeron algunos cambios, cómo si no hubiera pasado unos días visitando con una botella de vino y una guitarra a los mercheros que vivían de ocupas en el chalet de Blasco Ibáñez, antes de que fuera restaurado, para compartir con ellos las coplas y el vino, o visitado el estudio de un pintor amigo, quedando asombrado del grado de libertad con el que vivian los pájaros sueltos que deambulaban por allí.

Toda la agresividad que rodea ahora mi sentido crítico de la política, entonces se limitó a una cosa educada, pues visité las dependencias del gobierno civil, para expresar que yo quería votar, Sí, pero... No si,o no, porque entonces se votaba la reforma política y la constitución 

Los funcionarios me explicaron amablemente que eso no era posible, porque no estaba previsto en los textos legales que precedieron a aquel referéndum. Si me hubieran hecho caso, si hubieran permitido el voto condicional, tal vez nos habría ido de otra manera. 

Las alteraciones psicóticas, que son un verdadero problema de salud mental, aunque sean episódicas, a veces llevan aparejado un aumento de la lucidez para contemplar la realidad, aunque esa lucidez coexiste con la imposibilidad de adaptarse a la realidad cotidiana, mientras duran los efectos incapacitantes de ese trastorno. 

Total, que yo quería hablar de humor gráfico y ya ven, he terminado hablando de trastornos psicóticos. Eso es lo que me gusta del blog, que hablo de lo que me da la gana, aunque no tenga órden ni concierto.

No quisiera decepcionar a nadie, con este desorden narrativo pero, si es su caso, puede protestar vía comentarios. 

En fin. Humor Gráfico. 
/span 
LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 27 03 14

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