ILEGALES

He bajado al Maravillas empujado por el viento serrano. He tomado un café cortado mientras daba un vistazo al periódico del día y tomaba unas notas, nada, cuatro líneas, para la entrada de hoy. En la calle hace un frío de cojones.

Después de comprar unas sardinas para hacerlas en el micro, con su ajo, su perejil y unas gotas de aceite de oliva, me he refugiado en mi gabinete para dedicarme a la diversión de la semántica, a costa de unas palabras tontas de Botín, página 38 de Levante de hoy, a las que voy a desnudar completamente, siguiendo el viejo método de la reducción al absurdo.

Sabemos que Botín no es tonto, él sabrá porqué las ha dicho. ¨La Independencia de Catalunya no se va a producir porque es ilegal¨, esta es la afirmación que voy a comentar pero antes, para que no se diga que solo me dedico a criticar quiero elogiar la columna de hoy de Emili Piera en las páginas de opinión, un alegato poético en defensa del agua como bien esencial para la vida, que deberían leer quienes están haciendo chanchullos para su privatización en diversos municipios de este lugar ahora tan seco.
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Botín me cae bien desde que vi unas imágenes suyas en calzones mientras se celebraba un acto de ámbito internacional lleno de rígido protocolo al que el banquero hizo caso omiso apareciendo públicamente de esa guisa.

Este banquero cántabro empezó con un negocio financiero provinciano y lo ha convertido en un conglomerado adaptado a las realidades de los negocios globalizados, sin perder ese aire campechano, de patán, que lo caracteriza. 

Cómo lo ha hecho es algo que desde la tribuna solo se puede intuir, pero yo creo que, así como muchos de nosotros nos pasamos la vida pensando en como debería ser la realidad, Botín  reconoce perfectamente como es y, en lugar de pensar en cambiarla, navega por ella con el pragmatismo de un escualo que solo ve la presa que tiene delante y no se distrae con tonterías.

Decir, como parece que ha dicho, que ¨La Independencia de Catalunya no se va a producir porque es ilegal¨ es lo mismo que afirmar que la economía sumergida no puede existir porque es ilegal, que la prostitución y la trata de personas no son posibles porque son ilegales, que el negocio de la droga no es posible, porque es ilegal, o que la inmigración sin papeles debe ser prohibida porque esas personas que la practican son ilegales.

La legalidad, sea la que fuere, solo alcanza determinados ámbitos de la realidad, no su totalidad. Botín debe saberlo muy bien, porque ha tenido fondos en entidades financieras de paraísos fiscales, además de promover, hace décadas, una oferta financiera por medio de unos títulos llamados Certificados de Depósito, para eludir la fiscalidad de los rendimientos de esa inversión, que resultaron, lo adivinan... ilegales, lo que no impidió su existencia durante años. 

Creo haber demostrado que la ilegalidad no es condición suficiente para negar la existencia de algo o alguien, sea un acto, o un sujeto o varios. 

Estoy convencido de que Botín lo sabe tan bien como ustedes y yo, así que, si ha dicho lo contrario es porque le convenía decirlo, con independencia de la falta de solidez semántica de su afirmación.

Tal vez lo ha hecho para contestar las declaraciones de Más, igualmente tontas e inconsistentes, con independencia del derecho a la propia soberanía que se pueda atribuir cualquier pueblo que ahora está sometido a otra.

Luego está esa otra afirmación suya, en la 42. Ya ven que he tomado notas. Asegura que la recuperación económica ya es un hecho. Se refiere a la suya, claro, si se aviniera a tomar café conmigo en el Maravillas y viera como es esta otra realidad, tendría que matizar esa afirmación.

Para que matizar...todas estas declaraciones de banqueros y políticos son esloganes de propaganda...se buscan frases simples y directas que, con independencia de su rigor, de su exactitud, de su veracidad, cumplan su propósito de lavado de cerebro de la opinión publica, y hasta de la publicada, aunque, debido al abuso que se hace de ellas, su efecto es cada vez mas débil, cuando no contrario a los fines perseguidos. 

Pese a lo dicho, reitero mi admiración por este personaje, Botín, por su campechanía y su naturalidad, por su hábil pragmatismo que le ha convertido, desde su condición de banquero provinciano, en un financiero influyente adaptado a los cambios de su tiempo. Cuando sea mayor, me gustaría ser como el, si.

Mientras tanto, mientras me hago mayor, temo que seguiré enmerdado con ideas utópicas sobre la realidad, entretenido pensando en como debería ser, en lugar de navegar como un escualo entre sus aguas, sin distraerme con tonterías.

En fin. Ilegales.

LOHENGRIN )CIBERLOHENGRIN) 29 03 14