lunes, 19 de diciembre de 2016

CONCIERTOS

"Un poco saturado por dedicar estos días páginas del blog a banqueros de banqueros (Linde), a mujeres de la política local (Consuelo) y a periodistas excelsos que perdieron por el camino de su carrera pública el sentido de la ética periodística (Cebrián), cambio el tercio crítico del blog, y me tomo un descanso dedicando esta página a glosar el placer de los sentidos.

Haré, pues, la crónica que rememora los sucesivos y variados conciertos a los que hemos tenido la suerte de asistir esta semana, gracias al clima cultural propio de estas fechas y a las iniciativas de los nuevos del tripartito, que siendo cierto, al menos así me lo parece, que no se aclaran mucho en ciertas cosas, porque están aprendiendo a gobernar, como es natural en los novatos, con el método de la prueba y el error, hay que reconocer que están dando un impulso nuevo, y continuado, a la vida cultural pública de Heliópolis, una ciudad a la que no sé porqué cojones sigo llamando así, la Ciudad del Sol, si hace casi una semana que no lo vemos.

Dejo hecha la introducción, voy a ver un poco de porno y me voy a la cama, después de tomarme la media pastilla pro-sueño, tan milagrosa, que está consiguiendo que duerma ocho horas de un tirón, sin siquiera levantarme a mear, y eso que todavía no llevo pañal, y ya mañana, si Buda quiere, daré los datos de cada uno de los actos festivos y musicales a los que hemos asistido, creo que han sido cinco o seis. Le preguntaré a mi mujer que creo que conserva los programas de cada uno de ellos. Pues nada, mañana seguiré... ......
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El primer espectáculo al que asistimos, en la Sala Octubre, no fué, propiamente, un concierto, sino la proyección de un 'documento musical' del realizador catalán Ventura Pons, 'El Gran Gato', dedicado a un argentino que llegó a Barcelona a los doce o trece años y quedó fascinado por la música y la personalidad artística de los gitanos del barrio donde vivió.

Este jóven quedó deslumbrado por la Barcelona de finales de los sesenta y a principios de los setenta ya actuó en la sala Zeleste. Este hombre irrepetible, Gato Pérez, no aparece en la película, si lo hacen los que lo conocieron, compartieron sus inquietudes creativas, sus borracheras y todo lo demás, todos ellos artistas, promotores, gentes relacionadas con el mundo de la música, con cierta música, en particular, lo que conocemos como la Rumba Catalana, cutivada por El Pescaílla, Peret, y tantos intérpretes gitanos que se subieron a la cresta de aquella ola, en la que tanto tuvo que ver el Gato.

El documental, de una hora cincuenta minutos de duración, presenta quince canciones de Gato Pérez, el autor de las letras, interpretadas por artistas y compàñeros suyos que le sobrevivieron, --el documental se hizo hace diez años-- porque Gato no pasó de los cuarenta y medio, al parecer, él sospechaba que no pasaría de esa edad y vivió con intensidad, supongo que toda la que pudo, aquellos años algo locos y, al final de su aventura musical y humana, debía dinero a todo el mundo, porque su último proyecto fué un fracaso económico en cuyo hundimiento se vieron implicados casi todos los que le conocieron, aunque parece que Jaume Sisa, aquel cantante que una vez salió en la tele con una sardina por corbata, se salvó.

Musicalmente, un gran espectáculo. Curiosamente, la visualización de ese documental me ha tenido ocupado un par de días, rememorando la música de Gato Pérez, intentando bajarla de Internet, lo que ha probado Jordi sin éxito hasta ahora, y reinventando una letra de aquella època, para interpretarla en la gala-almuerzo del próximo martes día 20 en el Aula de Teatro de Malvarrosa:

 "Ahora vengo yo/ a cantar distinto/ este nuevo son/ de palabras y ritmo...Ahora vengo yo/ a bailar distinto/ este nuevo son/ de palabras y ritmo/ Este nuevo son/este nuevo son/lo vengo a bailar/lo vengo a cantar/ Este nuevo son/ Este nuevo son/lo vengo a cantar/lo vengo a bailar/ A este nuevo son/A este nuevo son/ a mi chica llevo/la llevo a cantar/A este nuevo son/A este nuevo son/a mi chica llevo/la llevo a bailar..(voz en off: Pero adonde la vas a llevar/pero adonde la vas a llevar) A la Protectora la voy a llevar/a la Protectora la voy a llevar/a la Protectora la voy a llevaaaaar"

Y  es que el visionado de este documental, ha traído a mi memoria las veladas de baile en un local de la sociedad 'La Protectora', que estuvo ubicado en el barrio de Marchalenes de esta ciudad, veladas muy concurridas por la gente jóven de la misma época en que Gato afloraba en el panorama musical.

Me ha hecho recordar al magnífico cantante que actuaba allí, al que trataré de emular en la próxima fiesta que compartiré con mis compañeros de teatro. Curiosamente, yo creía desaparecido ese local, pero mi hijo Jordi, que ha actuado con su banda el domingo en Sixteen Tons, me dice que todavía sigue abierto, pues ellos han actuado allí, no hace tanto.

El segundo concierto al que asistimos, estaba anunciado como una Misa Criolla en la Iglesia de Santa Catalina, pero no hubo tal misa, sino una audición de casi dos horas, de música criolla, interpretada por un tenor, coros y música de cuerda, un concierto que fué muy aplaudido y celebrado por los asistentes que llenaban todos los bancos de la iglesia, y permanecian de pié en los laterales de la nave principal, porque la demanda superó el aforo.

En la Iglesia de San Francisco de Borja, situada en la esquina de Cuba Literato Azorín, asistimos, otro día, a otro concierto, el de la Orquesta Sinfónica de Ruzafa, que en solo cinco años de vida artística, ha hecho unos progresos muy notables y, por lo que escuchamos la tarde del jueves?, (no fué el jueves,  a ver, el miércoles la Sala Octubre, el jueves la Misa Criolla, el viernes, sí, la Orquesta Sinfónica de Ruzafa, el sábado lo de la Ermita de Monteolivete, el domingo el concierto de 'Los Cien Duros' en Sixteen Tons, con tanto concierto seguido me hacía un lío) está preparada para salir de gira y actuar en los mejores auditorios, sin desmerecer de las orquestas profesionales aunque ellos son, solo, amateurs.

No tengo a mano el programa, que consistió en piezas de música sinfónica mas o menos conocidas. Asistimos a este concierto, de un modo casual, mi mujer mandó un vídeo por wassap a su sobrino Carlos, de otro concierto, y éste le contestó avisando de que él, saxo, y sus dos hijas, cuerda, intervenían en el concierto en San Francisco de Borja. Pensábamos ir al Palau, pero al recibir el aviso de Carlos preferimos ir a verlos a ellos. Salió muy bien. Una gran orquesta es, ya, la Sinfónica de Ruzafa, 60 músicos, aunque un pajarito me dijo que hubo 3 infiltrados de la Orquesta Municipal de Valencia.

La Ermita de Monteolivete, consagrada a la Virgen de los olivos, fué el escenario de otro concierto al que asistimos la otra tarde. En este caso se trató de un grupo vocal, música italiana en su mayor parte, aunque también Navidades Blancas y otros villancicos. Muy simpático y entrañable el concierto, además, nos encontramos con un viejo amigo, que canta en otro coro, pero fue a ver a compañeros que están en las dos corales, en la suya y en la que actuó en Monteolivete.

El Domingo fué la apoteósis de esta semana musical. En Sixteen Tons, un local de conciertos que está junto a la estación de autobuses han actuado, con algo de retraso sobre el horario previsto, dos bandas, una de rock cuyo nombre no recuerdo, y 'Los Cien Duros', compuesta por cinco músicos, batería, tres guitarras, uno de ellos mi hijo Jordi, lo que ha motivado nuestra entusiasta asistencia, y un cantante exepcional, Ramón, a quien conocía pero no había visto actuar.

La capacidad histriónica de este hombre en el escenario es algo fuera de lo común, lo digo desde mi ya solvente experiencia, seis años, de aficionado teatral, y su vena creativa, quedó demostrada en todas las letras de las canciones interpretadas, no exenta de sarcasmo alguna de ellas, como la titulada 'El Yonki del dinero'. Tremenda la actuación de este grupo pero, sobre todo, de Ramón, sin cuya presencia el carisma de la formación, no sería igual. Una semana, musicalmente hablando, muy productiva, casi perfecta. Lástima que, meteorológicamente, esté resultando un verdadero desastre."

Gracias Jordi, por habernos ofrecido, con tus colegas, solo por cinco pavos, para una causa solidaria,  esta experiencia musical incomparable. Un beso. Fin de la crónica.

En fin. Conciertos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 19 12 16.

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