viernes, 16 de diciembre de 2016

CONSUELO CÍSCAR

"Hoy toca un sincero homenaje, muy entrañable, a Consuelo Císcar. La primera vez que la ví, vestida de tigresa, con su pelo rojo, apoyada en el quicio del múseo del Cármen, percibí que era una mujer de rompe y rasga, muy vitalista, libre y con pinta de hacer lo que le daba la gana, sin dar cuentas a nadie, ni siquiera a su marido que, por entonces, era Rafael Blasco, no sé si ahora siguen unidos por el vínculo matrimonial.

En cualquier caso, aquella mujer vestida de tigresa me dió la sensación de ser una persona tan libre que, cuando me fuí de allí, terminada la visita al museo, recuerdo perfectamente que fantaseé con la idea de que me iba con ella a 'Ostras Pedrín', un local del barrio especializado en ese molusco vivalvo, nos deleitábamos con un par de docenas de ostras, de pié, acompañadas con unas copas de champán Krug, luego nos ibamos a la cama, en cualquier hostal de por allí, y allí comprobaba que a mi me faltaban diez pueblos para alcanzar la fogosidad que Consuelo publicaba a los cuatro vientos con su melena roja.

Sé que es contradictorio elogiar públicamente a alguien sujeto a investigación por asuntos más o menos corruptos, aunque vemos que eso se hace en este país de manera cotidiana con alcaldes condenados, toreros o futbolistas, incluso con tonadilleras, yo soy el primero que condena esas actitudes cómplices de los ciudadanos de a pié, pero así como en el caso de la Pantoja puede más la condición de fan que la de ciudadano, en mi caso, la fascinación por la mujer, eclipsa cualquier tentación de reproche a la persona politica, funcionaria, directora de museos compradora de arte oriental a precios abusivos, o lo que sea, porque yo veo, sobre todo, en Consuelo Císcar, una mujer de rompe y rasga.

Una mujer así --alguna he conocido con ese mismo talante en mis escarceos tardíos, y he quedado alucinado-- merece mi homenaje más sincero. El hecho de que, según la primera de 'Levante' de hoy: 'Caso Ivam. El juez investiga la denuncia sobre una cena de Císcar de 11.000 dólares en N. York', solo indica que este país está lleno de envidiosos, como probablemente lo sea el denunciante, o tal vez se trate de algún novio despechado a quien le habría gustado estar en esa cena, en los postres, en la sobremesa, y en lo demás.

Bien, concluído el homenaje sincero a Consuelo Císcar, ¡que buena estabas!  la primera vez que te ví, allí en el Carmen, vestida de tigresa, apoyada en el quicio de la puerta, lamento que ahora aparezcas más desmejorada. Fuerza, Consuelo, fuerza, solo son unos envidiosos, tu sigue, no hagas caso.

Ahora paso a la parte interesante de la entrada de hoy.

Un comentario sobre la comida familiar de hoy viernes, que tiene la singularidad de que la compartiremos con Rosa, mi prima mexicana, hija de Rosario, que fué la secretaria del último alcalde democrático que hubo en Heliópolis, Domingo Torres, antes de la invasión de los fascistas, cuyos efectos han durado como quien dice hasta hace cuatro días.

--Rosa, si tomas el siete, antes de bajar en la parada de San Luís Waksman, me das un toque y voy a recogerte, sí?. Vale.

 "Cumplido el requisito del aviso a Rosa, me ocupo a continuación de diseñar el menú para la Cena de San Silvestre, --la ponemos también, a veces, la víspera de navidad-- que damos todos los años en esta casa, que es la suya, y que apenas ofrece novedades de un año para otro, en los platos que ofrecemos a nuestros hijos y acompañantes, aunque este año hemos añadido algo, que justifica que yo me ocupe de ese menú aquí.

Entraremos, por vez primera, con un chupito elaborado con crema de lombardas, puerro, remolacha cocida, unos brotes de algo, adornado con un palito con gambón, cosas que lée Encarna en las revistas, y las reinterpreta a su manera.

Lo demás, algo que ya es tradicional. La ensalada de ahumados, salmón, bacalao, palometa y eso, con huevo rallado y algo de verde por la cosa cromática del plato. A estas alturas ya habremos abierto una botella de Blanc Pescador, como siempre en estas fechas.

Luego, un gran bandejón con gambones, este año están muy buenos, y kilo y medio de bocas de cangrejo, cocidas 8 minutos, compradas este año en el Central a 70 Euros el kilo. Aquí servimos ya el cava catalán brut, que no se anuncia en la tele, y cuesta menos de dos euros la botella.

Liquidado el marisco, pondremos un sorbete de limón, para que los comensales se enjuaguen la boca, antes de entrarle a las espalditas de cordero, tres, cortadas en cuartos, con sus patatitas, sus ciruelas pasas y eso, un número de trozos que excede al de comensales, por si alguien quiere repetir, si no, lo guardamos para el cocido del día siguiente.

De postre, somos muy tradicionales, zumo de naranja y unos dulces, no necesariamente turrón, lo que traigan los invitados, siempre traen algo, como pasa con los vinos, que son una sorpresa hasta última hora, salvo los que yo pongo fijos."

Bien, ahora viene la moraleja, después de darnos este banquete, la próxima noche vieja, que excede en su precio, elaboración y satisfacción gustativa, de lo que correspondería a nuestra economía de simples pensionistas, cómo voy yo a descender al nivel de quienes denuncian a Consuelo, solo por darse una cena en N. York de 11.000 dólares, teniendo en cuenta las personalidades que estaba obligada a tratar, artistas de fama mundial, directores de museo y otras 'estrellas' del mundo del arte, como el artista oriental ese, a quién compró obra muy por encima del valor de mercado --ahí si que se pasó-- por pura envidia, o peor, por puro sectarismo político, no señor, me niego a seguir esa línea obscena y excesiva de supuesta crítica política, contaminada por los bajos instintos de la envidia.

Lo diré. Viva Consuelo Ciscar, sus atavíos de tigresa, su sentido de la vida, de la libertad. En todas las causas contra ella solo se habla de dinero, de nuestro dinero. El dinero es una cosa sórdida, esté en manos de unos o de otros.

En cambio Consuelo, es una diosa,algo venida a menos, ahora, lo único que lamento es no haber tenido valor para irme a la cama con ella cuando la ví, en el quicio de la puerta del museo, vestida de tigresa.

Un homenaje a Consuelo Císcar, sí, algo atrabiliario, pero sincero.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16 12 16.

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