miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA TRACA



"Este largo 'puente' festivo, llamado por algunos 'acueducto', y por los tontainas de 'Los Desayunos' de la tele pública, 'macropuente', en un claro abuso exagerado del lenguaje, es verdad que dá para mucho. Algunos se habrán escapado a Punta Cana, otros, más sensatos, a Tenerife, en cuyos establecimientos de Playa Martíanez degusté hace unos añitos un Daikiri que se me antojó de una calidad no inferior a la que se atribuye a los que se tomó Hemingway durante su estancia en Cuba, --la Bodeguita de Enmedio-- y también en España.

Mi hijo Jordi, afirma que tengo un cierto parecido con Bukowski, lo que me produce alguna desazón, sobre todo porque el tal Bukowski ha sido comparado también con Hemingway, quien ya sabemos que acabó con su vida de un escopetazo en la boca, cuando pensó que sus facultades literarias y humanas habían caído en la decrepitud.

Demasiados parecidos, no creo en los parecidos, en las semejanzas, desde que leí aquel libro de un sociólogo catalán, lo tengo en la estantería, pero me da pereza buscarlo para citar su nombre, que comenzaba con esta rotunda afirmación, 'Los hombres no son iguales'.

Decia que este largo puente habrá sido aprovechado por algunos para viajar a sitios más o menos lejanos, pero, quien les habla, ha decidido permanecer aquí en Heliópolis y lo que sigue a continuación es la crónica de algunos descubrimientos sorprendentes que hemos realizado estos días, alguno me ha parecido bastante insólito, un lugar, en particular, que no había visitado nunca en más de siete décadas de mi existencia en este medio urbano. Iglesia de San Juan (del hospital) y San Vicente (Ferrer).

Este templo religioso que, según Internet está situado en Valencia, en Isabel la Católica, lo descubrimos de un modo casual, después de nuestra visita turística al Mercado de Colón, donde pudimos admirar las dos docenas de esculturas polícromas con forma de caracol que decoran el mercado en conmemoración de su centenario.

Hicimos un par de fotos que, cuando venga mañana Jordi, le diré a ver si las pone en la cabecera de esta crónica, o a lo mejor, pongo otra de la exposición de La Nau, referida a un texto publicado en la revista satírica La Traca, en la época en que el gobierno republicano tuvo su sede aquí, no sé.

Salimos del Mercado, en dirección a El Corte Inglés, para buscar en su tienda gourmet un tarro de Salsa Cumberland, que no encontramos, cuando nos sorprendió ver la entrada de un corredor que penetraba hacia el interior de un patio de manzana, no sé si en Jorge Juan, en cuyo frontis figuraba un cartel que decía, 'Universidad Católica de Valencia'.

Total, nos aventuramos por el largo corredor y nos sorprendió encontrar un precioso jardín, con una magnífica escultura, pero, sobre todo, el grandioso edificio de la parroquia de San Juan y San Vicente, un edificio neogótico de gran valor arquitectónico, más que histórico, pues, al parecer, data de principios del siglo XX, aunque sobrecoge su aspecto como si se tratara de uno de esos edificios templarios descritos por Eco en 'El Nombre de la Rosa', sobre todo porque, en buena medida, permanece oculto a la vista al estar integrado dentro de un patio de manzana, aunque luego comprobamos que tiene salida directa a una calle del centro.

El interior de la iglesia, con sus muros de piedra prácticamente exentos de decoración, sus vidrieras, la altura de sus bóvedas y su factura neogótica, junto con la ausencia de personas en la nave principal, me causaron una honda impresión, que me ha llevado a consultar la información disponible en Internet sobre este templo, para enterarme mejor de lo que ví.

 "Su arquitectura es una planta de cruz latina con tres naves, ábside poligonal y capillas laterales, bóveda de crucería y cúpula sobre el cimborrio octogonal"

Este lenguaje técnico no puede evocar la impresión que recibí al descubrir este templo 'oculto' en el patio de manzana, en una calle tan próxima al Mercado, que he pateado mil veces, sin descubrir nunca, en mi indiferencia de paseante distraído, el tesoro arquitectónico que he tenido tan a mano, y tan tarde he descubierto.

Recomiendo, con vehemencia, que si ustedes han sido tan distraíados, tan despistados, como yo, aprovechen este puente festivo, si se han quedado en casa, para visitar este lugar. Luego, pueden pasar por La Nau, en la calle Comedias, y visitar la exposición recién inaugurada sobre 'Valencia Capital de la República', donde encontrarán un montón de testimonios gráficos y literarios de aquel bienio histórico.

Para no extenderme demasiado con esta crónica urbana, me limitaré a elegir, de entre las fotos tomadas en nuestra salida de ayer en el Mercado de Colón y en La Nau, la que reproduce una esquela publicada en la revista satírica de aquella época, 'La Traca'. y la pondré, finalmente, en el encabezamiento de esta crónica, aunque ya adelanto parte de su texto:

'A la muy funesta señora Doña Monarquía Española, viuda de Cien Reyes, que falleció el 14 de abril de 1.931".

Lo cierto es que nuestra salida de ayer por el centro urbano fué más productiva de lo que habíamos pensado al salir de casa, con la intención de dar un paseo rutinario. La rutina, está visto, no es para nada aconsejable, en su lugar, hay que practicar una constante actitud curiosa, si lo haces, nunca sabes lo que puedes encontrar.

Pienso en lo que todavía queda de puente largo, acueducto o macropuente, como prefieran, y en las sorpresas que nos puede deparar, de momento nos ha sorprendido uno de nuestros hijos cambiando la fecha de la comida semanal, al jueves, como sus hermanos quieren que sea el viernes, al final, serán dos días de comida familiar, jueves y viernes. No quieres caldo? dos tazas.

Cómo mañana, jueves, después de haber 'celebrado' ayer, 6 de diciembre, el día de la Constitución, que más de 400 municipios vascos y catalanes no celebraron, porque la asocian con la derrota de Almansa, la pérdida de los Fueros, y la recentralización del país a manos de la monarquía, es el día de la Inmaculada Concepción, como si yo fuera ahora mismo un periodista de 'La Traca', dedico unas palabras al Cardenal Arzobispo de Valencia, el ilustrísimo, bajito y reaccionario Cañizares, quien, para compensar su escasa estatura física e intelectual, se hizo investir con una capa roja de treinta metros, que parecía la alfombra de un evento exhibidor de ropa interior femenina de los que se hacen ahora.

Cañizares: De una vez por todas, añade a lo de la inmaculada concepción, la celebración simultánea de la 'Fecundación in vitro', pues es evidente, a los ojos de cualquiera, sea creyente o no, que si aquella concepción fué tan inmaculada, sin acto sexual de por medio, para concebir el producto de aquel embarazo, tuvo que ser porque algún adelantado físico de la época, después de haber probado con ratas, encontró algún procedimiento para fecundar aquellos óvulos sin intervención de varón.

O sea, un milagro, que se dijo desde entonces.

Cañizares: Vuélvete al Vaticano, hombre, y no molestes más, quitando a los hombres santos de la confianza de Osoro, para poner a tus secuaces."

Buen puente largo, acueducto o macropuente que tengan ustedes.

En fin. La Traca.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7 12 16.

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