martes, 5 de septiembre de 2017

TOROS

"En mi barrio nunca hubo toros, encierros, toro ensogao, toro embolao, tal vez por eso mi punto de vista sobre lo taurino no es del todo taurófilo, ni taurófobo, me falta la experiencia infantil de quienes han participado desde siempre en esas cosas, para formarme una opinión, aunque si tengo un par de anécdotas o tres en relación con lo taurino, que han vuelto a mi memoria cuando, después de tomar un café del tiempo en La Fuente, he visto la foto de la primera de 'Levante', 'jinetes y toros toman las calles de Segorbe'.

La única vez que he asistido a un evento taurino callejero fué con ocasión de una visita turística a Teruel. Allí nos pilló la celebración del toro ensogao, en plena plaza del Torico, apostados tras una columna en los soportales, viendo como la gente se lo pasaba en grande con la cercanía del toro, incluso con su lejanía, cuando alguien daba un falso aviso de su cercanía y la multitud se movilizaba para ponerse a salvo.

La modalidad del ensogado, me pareció menos mala que otras, ya que no recurre al estrés del fuego, pero lo peor de lo peor lo vimos en un pueblo de la sierra de Albarracín, en otra ocasión, que visitábamos sin ninguna motivación taurina, y nos encontramos con un toro en el suelo de la plaza, al que elevaban por el aire a base de hacer explotar petardos bajo su cuerpo.

Entiendo que haya taurófilos, o taurófobos, supongo que marcados, más que nada, por sus experiencias infantiles, pero no comparto las teorías que un experto divulgó ayer en televisión sobre el toro del Guernica de Picasso, ahora objeto de una exposición monográfica en el Reina Sofía de Madrid, que incluye los dibujos y bocetos previos a su realización.

No me creo, para nada, que la presencia de un toro en el Guernica tenga que ver con alguna representación del Génesis ni cosa parecida, antes afirmo, con total convencimiento, conociendo la condición de malagueño de Picasso y la existencia del museo taurino en la plaza de toros de Ronda, que cuando Picasso lo visitó en su infancia, tuvo que quedar tan impresionado al contemplar el cráneo de Uru que allí se expone, que esa imágen primeriza le acompañó después en sus experiencias pictóricas.

Con independencia del acierto, o no, de ésta hipótesis, he de decir que nuestra visita a Ronda fue muy agradable, no solo por los abruptos paisajes y barrancadas que la circundan, sino porque visitamos su plaza de toros y me hice un par de fotos dando unos capotazos con la gabardina.

Aunque en mi barrio nunca hubo toros, encierros, embolados o ensogados, mi padre se empeñó, durante una temporada, en que aprendiera a torear con un saco de yute, me entrenaba sin parar en el bajo en que vivíamos, digo yo que tal vez porque la profesión taurina tenía cierto prestigio en aquella época, y como yo era torpe para la bicicleta, tal vez pensó que el toreo era un oficio de futuro.

Lo cierto es que en mi barrio nunca hubo toros, encierros, toro ensogao, toro embolao, tal vez por eso me cuesta situarme en cualquiera de los frentes que hay ahora, taurófilos, taurófobos,  sospecho que ganarán los animalistas, el toreo en público desaparecerá, aunque quedará el Guernica, con la interpretación picassiana del cráneo de Uru de Ronda."

En fin. Toros.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)  05 09 17.

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