sábado, 2 de septiembre de 2017

UN DÍA DE LOCOS

"Ayer, cuando Lola y Antoni pasaron a recogernos en su Chevrolet de color naranja, no teníamos muy claro cual iba a ser nuestro destino del día. Primero pensamos que íbamos a recorrer la comarca de la Valldigna, pero nuestra primera parada fué Benitachell.

La mañana fresquita aconsejó tomar una bebida caliente, mientras una nube amenazante posada en la cumbre del Montgó se volvía cada vez mas negra. Dedicamos casi toda la mañana a visitar Benitachell, en particular nos detuvimos en el mirador, a media montaña, desde el que se veían las dos calas de la zona, la de la derecha, accesible a pié, con esa espectacular cueva excavada por el mar muy popular entre los buceadores, la de la izquierda, al pié del escarpado acantilado, solo parecía accesible desde el mar.

Nos llamó la atención que el interés de nuestros amigos parecía más centrado en el patrimonio inmobiliario de la zona, pues tomaron buena nota de los precios de los carteles de las inmobiliarias en el pueblo, que en la belleza salvaje de los paisajes, hasta que, terminada la visita a Benitachell, de camino al Arenal de Xabia, Lola comentó, --como en el Banco no nos dan nada, estamos pensando en invertir en algún inmueble..

Llegados al Arenal, nos detuvimos en Es-ta-pa-ti, con la buena fortuna de que pillamos la última mesa libre. Empezamos con unas cervezas Mahou, pedimos la carta de vinos y escogimos un blanco verdejo de Rueda, elaborado por una tal Katherine, 16 pavos, que estuvo bien.

Unas almejas a la marinera estupendas, sobre un fondo sabroso pero equilibrado, y un cangrejo real acompañado de una herramienta, una cucharilla estrecha rematada con un pincho para separar cómodamente la carne del cangrejo de su caparazón, y luego cada uno manifestó sus preferencias.

Yo, un tartar de atún, aderezado con cebolla morada, Antoni, un pulpo a la brasa, Lola una gran ensalada muy abundante y variada, Encarna, unos huevos rotos con patatas, porque el arroz meloso iba a tardar media hora. De postre, yo una mus de chocolate, los demás, alguna crema de helado y algún café. Total, 120 euros, en este caso justificados por una muy buena cocina

Dimos un paseo en coche hasta el puerto de Dénia, nos detuvimos frente a los puestos de pescado. Gambas, a 90. Aquí si que se puede decir que el pescado es caro. Dos buques de Balearia permanecían fondeados en el puerto, en espera de la hora de su salida.

Después de visitar alguna otra playa de la zona, recalamos en la de Daimuz. Lola y Antoni seguian interesados en el patrimonio inmobiliario, por cierto, cuando comimos en El Arenal, escuché a dos agentes inmobiliarios instalados en la mesa de al lado. --¿Te has fijado en que los que venden no rebajan un euro de su precio?, el mercado está tan caliente, con expectativas de subida rápida, que nadie cede un euro, ante la posibilidad de que solo un día después, va a valer más.

En la playa de Daimuz, en el chiringuito Dunas, en la misma arena, tuvimos la sensación de volver a los años setenta/ochenta, los de la movida, la ruta del Bacalao, pues había allí un disjockey poniendo la música de Chimo Bayo mientras una pandilla de jóvenes ee atiborraba de alcohol.

Antoni se tomó su mojito, los demás unas tónicas. Cuando me dirigí al WC estaba ocupado. Esperé un momento, para mi sorpresa, salieron dos jóvenes de allí y en la taza del water, cuando entré, me pareció reconocer los restos de una papelina. Pura ruta del Bacalao, ¿ahora?, se vé que todo vuelve, como la burbuja inmobiliaria.

Ya de vuelta, nos internamos en la playa de Tabernes de Valldigna, cuyo entorno inmobiliario acentuó el interés de nuestros colegas. La densidad edificada alrededor de la playa de Tabernes me pareció superior, incluso, a la de Gandía, pero lo que más me llamó la atención de todo aquello, fué escuchar al pregonero municipal, que circulaba en un coche equipado con un altavoz que divulgaba el pregón:

'Necrológica:  Evaristo.........mañana se celebrará el entierro, a tal hora, desde el Tanatorio hasta el Cementerio de Gandía....'Necrológica......."'

Al regresar a casa, dos ideas, dos imágenes, me rondaban, Benitachell tiene una riqueza paisajística, que no hay que perderse.

O Draghi cambia su política de tipos de interés bajos o negativos, o nos metemos de cabeza en otra burbuja inmobiliaria.

En fin. Un día de Locos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 2 09 17.

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