“Tengo medio piso en régimen de pro indiviso, ya saben, esa fórmula jurídica de propiedad en la que, si uno no quiere, dos, o mas, no venden el bien. Es producto de una herencia familiar diferida, o sea que cuando el causante del legado falleció, hace veinte años, le dejó el usufructo a la persona que allí vivía, derecho que se ha extinguido ahora, con la muerte del usufructuario. Esto parece el texto de una consulta legal de las que aparecen en la sección de consultas jurídicas de los periódicos, pero no se dejen influir por las apariencias, no es eso.
El hecho es que los propietarios de la otra mitad necesitan venderlo, y yo no me opongo a su venta, aunque, en la situación actual del mercado inmobiliario, me parece mas que dudosa la oportunidad de esa operación, o no, porque los precios de los bienes inmobiliarios están cayendo a tal velocidad que lo que hoy se te antoja un precio poco ventajoso, mañana puede ser, sencillamente, ruinoso.
Aceptada por ambas partes la necesidad de una de ellas de vender, iniciamos las primeras gestiones encaminadas a convertir ese paquete de ladrillos en dinero contante y sonante. Me puse a recorrer las inmobiliarias del barrio en busca de una intermediación profesional, pero todas habían cerrado.
La persona que representa los intereses de la otra parte se ofreció para hacer gestiones en el mismo sentido y al parecer, una amiga suya que trabaja en una inmobiliaria virtual ha colgado la oferta de venta en WWW.CASETES.COM. He visitado la página y el inmueble aparece descrito allí, pero con nueve metros mas de superficie de los que dice la escritura, y con una alusión a sus maderas nobles que me parece francamente exagerada. Maderas, haylas, pero el atributo de nobleza que se les aplica, he de decir que es rotundamente falso.
¿Como te vas a fiar de un/una agente inmobiliario que miente de un modo tan desaforado en sus argumentos de venta? ¿Quien te asegura que esa falta de rigor no se aplicará también a la liquidación en la venta del bien, en el supuesto de que se produjera? La tasadora del inmueble ha juzgado razonable el precio de ciento cuarenta mil euros para la transacción, pero yo me he asomado hoy por la ventana y he visto una gran pancarta en el edificio de enfrente de mi casa
--en un barrio periférico, no tan céntrico-- que ofrece un ático de 80 metros, menos vetusto que nuestro piso, que es un tercero, por 115.000 euros, O sea, algo menos de 1.500 euros el metro cuadrado. Estoy en un mar de confusiones, la verdad.
¿Debería acudir, en busca de asesoramiento sobre la situación actual del mercado inmobiliario, a un club de fútbol, a un banco? Lo que leo en los periódicos indica que son esas entidades financieras, esas sociedades deportivas, las que están mas activas, ahora, en el mercado inmobiliario. El Valencia C.F., por citar un ejemplo cercano, anda metido ahora en operaciones de venta de parcelas, planes urbanísticos y esas cosas, y la Caja de Castilla la Mancha, ahora intervenida por el Banco de España, debe tener un parque inmobiliario en sus activos nada despreciable, como las cajas de aquí, Bancaja y Cam.
Ellos deben estar muy al tanto de precios, valores y tendencias. En mi próxima visita al BBVA, para retirar lo que mi mujer llama, con mucha retranca, la limosna semanal, le pediré consejo al apoderado, el calvo del BBVA (no el calvo de Tele 5), para que me diga si debo esperar o vender, y en este último caso, lo mejor es que se ocupe el mismo de la intermediación, porque inmobiliarias, en mi barrio, ya no quedan.
Existe otra remota posibilidad y es ofrecer el inmueble a través del Blog. El piso tiene, realmente, 81 metros, tres habitaciones, tiene madera, si, de origen sólido y sano, aunque no proviene de ningún palacio regio, pero lo mejor de todo es que está junto a un fantástico centro de servicios municipales de Heliópolis, el antiguo mercado de Abastos, cuyas instalaciones están dotadas con gimnasio, Spa, piscina climatizada, salones y entretenimientos varios, y en su cafetería se puede comer cocido gallego todos los miércoles.
Estoy considerando, si no se vende, trasladarme a vivir allí.
Ya lo saben. Si están interesados en esa ganga, cuyo precio podremos convenir y negociar si es el caso, porque me niego a cuantificarlo así, sin tener ninguna transacción efectiva a la vista, pueden dejar su teléfono en el apartado de comentarios de esta página. Prometo llamar para atender todas las peticiones, por riguroso orden de recepción.
Si la deflación de la economía se agudiza, es decir, si los precios de los bienes y servicios se hunden en un futuro próximo muy por debajo de los niveles actuales, lo que entra dentro de lo posible, vender ahora podría ser una buena opción. Si por el contrario, la duración de la crisis económica no excede de un año o dos, las expectativas de recuperación de los niveles de precios por encima de los actuales, podría convertir una venta precipitada en una mala operación para nosotros, pero buena para el comprador. ¿Quien lo sabe?.
Probablemente lo sabrán Soros, Rothschild o Morgan, los March o Botín, pero no dispongo de su número de teléfono para consultarles. En fin”.
LOHENGRIN. (CIBELOHENGRIN.COM) 31-03-09.
martes, 31 de marzo de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
LLUEVE
“He bajado al Maravillas caminando bajo una lluvia primaveral que le da al paisaje del barrio un cierto aire melancólico. La lluvia solo es un fenómeno natural, somos nosotros, los que tendemos a experimentar ese “sentimiento de tristeza vaga, profunda, sosegada....” los que la asociamos con ese estado de ánimo. La lluvia es, también, un anticipo de la celebración de la vida, cuando, después de fertilizar el suelo y arrastrar hasta el mar las partículas sólidas que flotan en el ambiente, cesa y permite que el sol vuelva a brillar de nuevo.
Lluvia, también es un nombre de mujer. Lo supe ayer cuando, mientras miraba distraído un concurso televisivo, apareció en la pantalla una mujer que dijo llamarse así. Conocí otra mujer que se llamaba Brisa, pero no sabía de ninguna mujer que llevara ese nombre, Lluvia..me gusta.
En cuanto a la melancolía, además de un sentimiento nacido de causas físicas o morales, que hace que no encuentre el que la padece gusto ni diversión en ninguna cosa, fue llamada bilis negra por los médicos antiguos, y la psiquiatría contemporánea la describe como una monomanía en la que dominan las afecciones morales tristes.
Los escritores románticos, y los no románticos, dejaron honda huella en sus escritos de ese sentimiento de tristeza permanente, que al parecer era un prolífica fuente inspiradora, pero al mismo tiempo los corroía por dentro hasta tal punto que muchos acabaron con su vida al no poder soportarlo.
Mariano José de Larra, quien, consecuente con ese sentimiento melancólico, acuñó la famosa frase ”Escribir, en España, es llorar”, se pegó un tiro, lo que parece indicar que el llanto emocional continuado, literario o no, no es bueno para la salud física. Escritores posteriores, heridos por la misma dolencia, utilizaron otras fórmulas. Malcolm Lowry, --Bajo el volcán-- se decantó por el metzcal, Scott Fitgerald intentó combatirla, sin éxito, viviendo a tope las dulces noches de París, Hemingway, después de beberse toda la producción mundial de daiquiris y cerveza, se decantó por el escopetazo en la boca, mientras que el mayor de los Goytisolo, se cayó de un balcón, al parecer debido a la insuficiente dosis de carbonato de litio en su sangre, con la que trataba de combatir sus tendencias melancólicas. La lista debe ser mucho mas larga, pero solo cito lo que recuerdo de memoria.
Quiere esto decir que la asociación de la melancolía con la lluvia, y la de esta con el llanto, --El Dios de la lluvia llora sobre México, que no es de Octavio Paz, como recordaba mi memoria confundida, sino de László Passuth, como confirma Google, es el título de un libro que ejemplifica esa relación-- tiene ilustres precedentes en la literatura y, simplemente, precedentes, fuera de ella, en la vida cotidiana. Si la elijo hoy como tema para esta entrada es, solo, porque llueve.
En España, tuvimos un episodio de lluvia melancólica que duró cuarenta años y ahora que se cumplen setenta años de la barbarie que lo provocó, todavía quedan personas en nuestro país en cuyo fondo de armario se guardan pulsiones melancólicas junto a restos de lágrimas enquistadas que no pudieron ser derramadas en su momento por los seres perdidos, aunque muchas personas se asombran de que estas actitudes pervivan, porque no tienen memoria.
Después de aquel inacabable periodo de lluvia y oscuridad, que dejó en las almas de muchas personas un sedimento de tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, del que no se han recuperado del todo, el sol, como siempre lo hace, salió para todos, y la efemérides que ahora se cita no debería impedir que contemplemos la lluvia como un anticipo de la celebración de la vida que siempre vuelve y se reinventa.
En cuanto a la melancolía, hay que intentar llevarla de las riendas como si fuera un pura sangre. Tiene una belleza salvaje, pero también decadente y peligrosa. Nada nos impide usarla como fuente inspiradora, como un sentimiento que puede impulsar las inquietudes creativas, pero sin apartar la mano de las riendas, sin perder el control del freno, porque si nos dejamos llevar por ella, puede acabar con nosotros, interrumpiendo no solo nuestra tarea creativa, también nuestra salud, y como hemos visto por los ilustres ejemplos citados, nuestra vida.
Llueve. La lluvia no es melancólica. Solo es un fenómeno natural que anticipa la celebración de la vida.”
Pues eso.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 30-03-09.
Lluvia, también es un nombre de mujer. Lo supe ayer cuando, mientras miraba distraído un concurso televisivo, apareció en la pantalla una mujer que dijo llamarse así. Conocí otra mujer que se llamaba Brisa, pero no sabía de ninguna mujer que llevara ese nombre, Lluvia..me gusta.
En cuanto a la melancolía, además de un sentimiento nacido de causas físicas o morales, que hace que no encuentre el que la padece gusto ni diversión en ninguna cosa, fue llamada bilis negra por los médicos antiguos, y la psiquiatría contemporánea la describe como una monomanía en la que dominan las afecciones morales tristes.
Los escritores románticos, y los no románticos, dejaron honda huella en sus escritos de ese sentimiento de tristeza permanente, que al parecer era un prolífica fuente inspiradora, pero al mismo tiempo los corroía por dentro hasta tal punto que muchos acabaron con su vida al no poder soportarlo.
Mariano José de Larra, quien, consecuente con ese sentimiento melancólico, acuñó la famosa frase ”Escribir, en España, es llorar”, se pegó un tiro, lo que parece indicar que el llanto emocional continuado, literario o no, no es bueno para la salud física. Escritores posteriores, heridos por la misma dolencia, utilizaron otras fórmulas. Malcolm Lowry, --Bajo el volcán-- se decantó por el metzcal, Scott Fitgerald intentó combatirla, sin éxito, viviendo a tope las dulces noches de París, Hemingway, después de beberse toda la producción mundial de daiquiris y cerveza, se decantó por el escopetazo en la boca, mientras que el mayor de los Goytisolo, se cayó de un balcón, al parecer debido a la insuficiente dosis de carbonato de litio en su sangre, con la que trataba de combatir sus tendencias melancólicas. La lista debe ser mucho mas larga, pero solo cito lo que recuerdo de memoria.
Quiere esto decir que la asociación de la melancolía con la lluvia, y la de esta con el llanto, --El Dios de la lluvia llora sobre México, que no es de Octavio Paz, como recordaba mi memoria confundida, sino de László Passuth, como confirma Google, es el título de un libro que ejemplifica esa relación-- tiene ilustres precedentes en la literatura y, simplemente, precedentes, fuera de ella, en la vida cotidiana. Si la elijo hoy como tema para esta entrada es, solo, porque llueve.
En España, tuvimos un episodio de lluvia melancólica que duró cuarenta años y ahora que se cumplen setenta años de la barbarie que lo provocó, todavía quedan personas en nuestro país en cuyo fondo de armario se guardan pulsiones melancólicas junto a restos de lágrimas enquistadas que no pudieron ser derramadas en su momento por los seres perdidos, aunque muchas personas se asombran de que estas actitudes pervivan, porque no tienen memoria.
Después de aquel inacabable periodo de lluvia y oscuridad, que dejó en las almas de muchas personas un sedimento de tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, del que no se han recuperado del todo, el sol, como siempre lo hace, salió para todos, y la efemérides que ahora se cita no debería impedir que contemplemos la lluvia como un anticipo de la celebración de la vida que siempre vuelve y se reinventa.
En cuanto a la melancolía, hay que intentar llevarla de las riendas como si fuera un pura sangre. Tiene una belleza salvaje, pero también decadente y peligrosa. Nada nos impide usarla como fuente inspiradora, como un sentimiento que puede impulsar las inquietudes creativas, pero sin apartar la mano de las riendas, sin perder el control del freno, porque si nos dejamos llevar por ella, puede acabar con nosotros, interrumpiendo no solo nuestra tarea creativa, también nuestra salud, y como hemos visto por los ilustres ejemplos citados, nuestra vida.
Llueve. La lluvia no es melancólica. Solo es un fenómeno natural que anticipa la celebración de la vida.”
Pues eso.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 30-03-09.
domingo, 29 de marzo de 2009
MAS ALLÁ DE LA CRISIS
Ayer bajé al Maravillas y Tony había puesto unas mamparas para separar ese espacio de ficción hostelera en tres secciones diferenciadas. Fumadores, No fumadores y Aquí no se habla de la crisis.
Me acomodé en el tercero, aunque, después de un rato, incapaz de resistir la ansiedad que me provocaba el síndrome de abstinencia, me pasé a la de fumadores.
Esa es la razón por la que ayer me salió la entrada del blog algo mas mística, una cosa sobre la oscuridad y la luz, en relación con la HORA DEL PLANETA, a la que me sumé cenando un panaché de verduras a la luz de unas velas. Ese gesto tan romántico fue recompensado porque, después de apagar las velas y cambiar la hora en el despertador, me fui a la cama con mi mujer y mojé.
Esta mañana, como el Maravillas no abre, he ido a tomar café al bar de los locos, que está frente a mi casa. La locura se expresa con diferentes grados. El mas peligroso es la normalidad, que se caracteriza por la aceptación de la realidad tal como se percibe, como nos la cuentan, sin la menor inquietud por hacer algo para cambiarla, para devolverla a la auténtica normalidad. Los locos que frecuentan el bar de enfrente son menos peligrosos. Envueltos en la bruma de la cazalla matinal exhalan su aliento algo pestilente y comparten sus conversaciones absurdas, sin que puedas atisbar en ellas el menor signo de peligrosa normalidad.
He comprado “El País” porque llueve y se avecina una mañana doméstica mas sedentaria que de costumbre, y he encontrado, de momento, tres cosas que me han interesado. La columna de Vicent, y el artículo de Millás, que son dos de los escritores de por aquí que mas me interesan, y la cubierta de “El País Semanal” que lleva una pregunta que me resulta familiar en su formulación, "¿Y si la atómica fuera la energía del futuro”, que formula un tal Jesús Rodríguez.
Vicent advierte en su columna “contra la peligrosidad de los hombres de principios inalterables que, aplicados en un marco de poder absoluto y muy devoto, pueden mandarte a la horca , sin ahorrarse las lágrimas, mediante una forma de extrema violencia amparada en la piedad”, y en la normalidad, añado yo.
Millás pone la letra a la música de la foto de una niña haitiana malnutrida, otra forma de normalidad, llamada Venecia Lonis, “un nombre con el que habría hecho fortuna en cualquier sitio” “Vienes al mundo con ese nombre en Nueva York --añade Millás-- en Londres o en Berlín y tienes hecha media carrera de escritora, de arquitecta, de jefa de protocolo o de poeta maldita. Pero en Haití te llamas Venecia Lonis y como si lloviera.”.
No he leído en cambio el previsible reportaje del semanal “Y si la atómica fuera la energía del futuro?", del tal Rodríguez, porque la sola formulación de esa pregunta ya da cuenta de por donde van a ir los tiros. Me recuerda sobremanera el titulo del artículo de Baviera, director de un colegio mayor del Opus en Heliópolis que comenzaba con una pregunta similar ¿ Y si fueran tontos”, referido a los agnósticos y que motivó una contundente respuesta por mi parte en la página “LA FOTOSÍNTESIS”, que fue la mas visitada del Blog durante el mes de Enero.
Puede parecer pretencioso y frívolo opinar sobre un reportaje que no se ha leído, pero tengo algunos argumentos que justifican mi actitud. Durante años me tragué las intervenciones divulgadoras de la ciencia de un sujeto aparentemente honesto, Toharia, quien ahora dirige el museo de la ciencia en Heliópolis, hasta que una persona muy informada del movimiento anarco ecologista me dio pruebas de que Toharia estaba al servicio del lobby interesado en la promoción de la energía nuclear. Su posición mas reciente, junto a otros que difunden el escepticismo ante el cambio climático, lo confirma.
Estos tipos de aspecto honesto, tan integrados en la normalidad, son los mas peligrosos. Desde su posición de prestigio, bien instalados en los canales de los medios de comunicación, divulgan sus aparentemente sólidos y objetivos conceptos científicos, con un aire inocente, pero en realidad están largando todo el tiempo basura pro nuclear, al servicio de una comunidad muy selecta de físicos, operadores de centrales nucleares, financieros, que tratan de extender su influencia por todo el planeta, y ahora se están planteando que su oportunidad de oro para vendernos la cabra se encuentra, justamente, mas allá de la crisis.
Es un hecho que pocos discuten, sobre todo si están bien informados, que cuando las economías remonten su anorexia actual se producirá una crisis de oferta en el sector energético, por el desequilibrio entre las fuentes energética entonces disponibles y las necesidades de consumo inducidas por el aumento de la demanda.
Un futuro dominado por la energía nuclear, que es lo que aventuran estos lobistas, sin que se haya resuelto el grave problema del almacenamiento de residuos, y con unas tecnologías sucias, que se nos promete mejorar, pero que, cada cierto tiempo, nos dan un susto en alguna parte del planeta, -¿Se acuerdan de Chernobil?-- no es precisamente lo que yo deseo para mis nietos, sobre todo ahora que tengo dos –el segundo vino la semana pasada.
Si, además, consideramos que las cuantiosas inversiones que precisan esos procedimientos de conversión energética, requieren de altos precios para ser viables, un futuro de energía nuclear significa, en román´paladino, una energía mas cara, una factura mas elevada para el consumidor, que es lo que, sin duda, mas les interesa a quienes promueven la defensa de este tipo de fuentes energéticas.
Frente a ese planteamiento interesado, que es cualquier cosa menos neutral, y que defienden tipos como Toharia y Rodríguez, ellos sabrán muy bien porqué, hay un grupo muy numeroso de científicos, expertos y activistas anti nucleares, que están por procedimientos de conversión energética menos dañinos, mas baratos, y que en los últimos decenios han conseguido, con su insistencia, que un porcentaje significativo de la energía producida, lo sea de energías limpias y renovables. Ese es el futuro que yo deseo para mis nietos. Supongo que muchos de ustedes también.
Pero si seguimos instalados en la peligrosa normalidad, aceptando la realidad como nos la cuentan tipos tan peligrosos como Toharia, Rodríguez y compañía, sin la mínima inquietud por hacer algo para cambiarla, quizás porque es mas cómodo que abrir un poco los ojos, el futuro que nos aguarda mas allá de la crisis, puede ser algo inquietante.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 29-03-09.
Me acomodé en el tercero, aunque, después de un rato, incapaz de resistir la ansiedad que me provocaba el síndrome de abstinencia, me pasé a la de fumadores.
Esa es la razón por la que ayer me salió la entrada del blog algo mas mística, una cosa sobre la oscuridad y la luz, en relación con la HORA DEL PLANETA, a la que me sumé cenando un panaché de verduras a la luz de unas velas. Ese gesto tan romántico fue recompensado porque, después de apagar las velas y cambiar la hora en el despertador, me fui a la cama con mi mujer y mojé.
Esta mañana, como el Maravillas no abre, he ido a tomar café al bar de los locos, que está frente a mi casa. La locura se expresa con diferentes grados. El mas peligroso es la normalidad, que se caracteriza por la aceptación de la realidad tal como se percibe, como nos la cuentan, sin la menor inquietud por hacer algo para cambiarla, para devolverla a la auténtica normalidad. Los locos que frecuentan el bar de enfrente son menos peligrosos. Envueltos en la bruma de la cazalla matinal exhalan su aliento algo pestilente y comparten sus conversaciones absurdas, sin que puedas atisbar en ellas el menor signo de peligrosa normalidad.
He comprado “El País” porque llueve y se avecina una mañana doméstica mas sedentaria que de costumbre, y he encontrado, de momento, tres cosas que me han interesado. La columna de Vicent, y el artículo de Millás, que son dos de los escritores de por aquí que mas me interesan, y la cubierta de “El País Semanal” que lleva una pregunta que me resulta familiar en su formulación, "¿Y si la atómica fuera la energía del futuro”, que formula un tal Jesús Rodríguez.
Vicent advierte en su columna “contra la peligrosidad de los hombres de principios inalterables que, aplicados en un marco de poder absoluto y muy devoto, pueden mandarte a la horca , sin ahorrarse las lágrimas, mediante una forma de extrema violencia amparada en la piedad”, y en la normalidad, añado yo.
Millás pone la letra a la música de la foto de una niña haitiana malnutrida, otra forma de normalidad, llamada Venecia Lonis, “un nombre con el que habría hecho fortuna en cualquier sitio” “Vienes al mundo con ese nombre en Nueva York --añade Millás-- en Londres o en Berlín y tienes hecha media carrera de escritora, de arquitecta, de jefa de protocolo o de poeta maldita. Pero en Haití te llamas Venecia Lonis y como si lloviera.”.
No he leído en cambio el previsible reportaje del semanal “Y si la atómica fuera la energía del futuro?", del tal Rodríguez, porque la sola formulación de esa pregunta ya da cuenta de por donde van a ir los tiros. Me recuerda sobremanera el titulo del artículo de Baviera, director de un colegio mayor del Opus en Heliópolis que comenzaba con una pregunta similar ¿ Y si fueran tontos”, referido a los agnósticos y que motivó una contundente respuesta por mi parte en la página “LA FOTOSÍNTESIS”, que fue la mas visitada del Blog durante el mes de Enero.
Puede parecer pretencioso y frívolo opinar sobre un reportaje que no se ha leído, pero tengo algunos argumentos que justifican mi actitud. Durante años me tragué las intervenciones divulgadoras de la ciencia de un sujeto aparentemente honesto, Toharia, quien ahora dirige el museo de la ciencia en Heliópolis, hasta que una persona muy informada del movimiento anarco ecologista me dio pruebas de que Toharia estaba al servicio del lobby interesado en la promoción de la energía nuclear. Su posición mas reciente, junto a otros que difunden el escepticismo ante el cambio climático, lo confirma.
Estos tipos de aspecto honesto, tan integrados en la normalidad, son los mas peligrosos. Desde su posición de prestigio, bien instalados en los canales de los medios de comunicación, divulgan sus aparentemente sólidos y objetivos conceptos científicos, con un aire inocente, pero en realidad están largando todo el tiempo basura pro nuclear, al servicio de una comunidad muy selecta de físicos, operadores de centrales nucleares, financieros, que tratan de extender su influencia por todo el planeta, y ahora se están planteando que su oportunidad de oro para vendernos la cabra se encuentra, justamente, mas allá de la crisis.
Es un hecho que pocos discuten, sobre todo si están bien informados, que cuando las economías remonten su anorexia actual se producirá una crisis de oferta en el sector energético, por el desequilibrio entre las fuentes energética entonces disponibles y las necesidades de consumo inducidas por el aumento de la demanda.
Un futuro dominado por la energía nuclear, que es lo que aventuran estos lobistas, sin que se haya resuelto el grave problema del almacenamiento de residuos, y con unas tecnologías sucias, que se nos promete mejorar, pero que, cada cierto tiempo, nos dan un susto en alguna parte del planeta, -¿Se acuerdan de Chernobil?-- no es precisamente lo que yo deseo para mis nietos, sobre todo ahora que tengo dos –el segundo vino la semana pasada.
Si, además, consideramos que las cuantiosas inversiones que precisan esos procedimientos de conversión energética, requieren de altos precios para ser viables, un futuro de energía nuclear significa, en román´paladino, una energía mas cara, una factura mas elevada para el consumidor, que es lo que, sin duda, mas les interesa a quienes promueven la defensa de este tipo de fuentes energéticas.
Frente a ese planteamiento interesado, que es cualquier cosa menos neutral, y que defienden tipos como Toharia y Rodríguez, ellos sabrán muy bien porqué, hay un grupo muy numeroso de científicos, expertos y activistas anti nucleares, que están por procedimientos de conversión energética menos dañinos, mas baratos, y que en los últimos decenios han conseguido, con su insistencia, que un porcentaje significativo de la energía producida, lo sea de energías limpias y renovables. Ese es el futuro que yo deseo para mis nietos. Supongo que muchos de ustedes también.
Pero si seguimos instalados en la peligrosa normalidad, aceptando la realidad como nos la cuentan tipos tan peligrosos como Toharia, Rodríguez y compañía, sin la mínima inquietud por hacer algo para cambiarla, quizás porque es mas cómodo que abrir un poco los ojos, el futuro que nos aguarda mas allá de la crisis, puede ser algo inquietante.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 29-03-09.
sábado, 28 de marzo de 2009
LA OSCURIDAD Y LA LUZ
"En las noches sin luna del Pleistoceno, se puede imaginar la sensación de terror de nuestros antecesores mas remotos, recluidos en sus cavernas sin luz, mientras los bramidos de los grandes depredadores dominaban la oscuridad del entorno de sus abrigos prehistóricos.
Ese terror nocturno a la falta de luz, ancestral, es posible que todavía habite alguna porción residual de nuestro cerebro mas antiguo, y se debió de prolongar durante mucho, mucho tiempo, hasta que la natural curiosidad humana descubrió que el fuego, ese fenómeno natural que debieron contemplar atónitos nuestros antecesores, cuando bosques enteros de helechos ardían por el efecto de los rayos, podía ser usado como una fuente de luz y calor doméstico, a la vez que procuraba el alivio de su desamparo nocturno.
La historia de los hechos humanos, desde los tiempos mas remotos, está marcada por la dualidad, y así como el uso del fuego, en los albores del neolítico, supuso un avance esencial en la vida de los hombres, la primera caída accidental de un bebé en una de aquellas hogueras primigenias, debió de ser la primera lección que recibimos sobre la diferencia entre uso y dominio tecnológico responsable de las generosas, y a la vez, temibles, fuerzas de la naturaleza.
La evolución histórica, desde aquellos primeros ancestros, hasta ahora mismo, está marcada por esa dualidad inherente a la condición humana, desde el uso de las primeras herramientas de sílex, que podían usarse para construir un huerto, pero también para destrozar el cráneo del vecino.
A estas alturas, aún no hemos aprendido del todo que las fuentes energéticas de las que nos hemos apropiado para nuestro desarrollo humano, cuyo aprovechamiento intensivo se extendió, sobre todo, a partir de la revolución industrial, apenas un suspiro en términos de tiempo geológico, no difieren demasiado de aquella primera apropiación del fuego, que nos permitió alumbrarnos, calentarnos, orientarnos en la oscuridad, pero que también era susceptible de ser usada, ya evolucionada en forma de antorchas, para prender fuego a un poblado ajeno.
Esa capacidad creativa y destructiva del uso de las energías por la comunidad humana, es cada día mas evidente, y la preocupación científica por los efectos indeseables en el clima, en el entorno ambiental, de un uso cada vez mas extendido e irresponsable de los recursos energéticos, en forma de procesos de conversión energética que no tienen en cuenta los efectos externos de esa actividad, es ya un asunto de interés público universal.
En ese contexto, las organizaciones que se dedican a difundir una nueva cultura energética mas respetuosa con el medio ambiente, y no solo a eso, sino a emitir avisos insistentes de que si no cambiamos el rumbo, las economías y los modos de vida actuales se verán seriamente amenazados, han convocado lo que han dado en llamar LA HORA DEL PLANETA.
Nos piden que esta noche, a las 20 horas y treinta minutos, apaguemos las luces y mantengamos esa oscuridad durante una hora. Este llamamiento, ya habitual por estas fechas y que el año pasado obtuvo la respuesta de millones de personas, y miles de empresas e instituciones que mantuvieron a oscuras sus dependencias, se espera que sea seguido este año con una respuesta todavía mayor.
El ahorro de consumo energético de esta iniciativa es real, está cuantificado, pero, con ser importante y constituir el núcleo central de lo que se persigue con esta acción colectiva, yo destacaría además, la excelente oportunidad que ofrece para disfrutar de una hora de reflexión.
Reflexionar sobre uno mismo y su relación con el mundo, con los otros, hacerse mas consciente de la dualidad esencial de las actitudes y las conductas humanas. Pensar que, cada día, hacemos elecciones, entre la luz y lo oscuro, entre lo positivo y lo negativo. La oscuridad y la luz están tan presentes en la condición humana, en todos los aspectos de la vida, tanto en los mas visibles como en los mas íntimos, que a veces, por esa misma omnipresencia, perdemos la conciencia de esa dualidad."
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 28-03-09.
Ese terror nocturno a la falta de luz, ancestral, es posible que todavía habite alguna porción residual de nuestro cerebro mas antiguo, y se debió de prolongar durante mucho, mucho tiempo, hasta que la natural curiosidad humana descubrió que el fuego, ese fenómeno natural que debieron contemplar atónitos nuestros antecesores, cuando bosques enteros de helechos ardían por el efecto de los rayos, podía ser usado como una fuente de luz y calor doméstico, a la vez que procuraba el alivio de su desamparo nocturno.
La historia de los hechos humanos, desde los tiempos mas remotos, está marcada por la dualidad, y así como el uso del fuego, en los albores del neolítico, supuso un avance esencial en la vida de los hombres, la primera caída accidental de un bebé en una de aquellas hogueras primigenias, debió de ser la primera lección que recibimos sobre la diferencia entre uso y dominio tecnológico responsable de las generosas, y a la vez, temibles, fuerzas de la naturaleza.
La evolución histórica, desde aquellos primeros ancestros, hasta ahora mismo, está marcada por esa dualidad inherente a la condición humana, desde el uso de las primeras herramientas de sílex, que podían usarse para construir un huerto, pero también para destrozar el cráneo del vecino.
A estas alturas, aún no hemos aprendido del todo que las fuentes energéticas de las que nos hemos apropiado para nuestro desarrollo humano, cuyo aprovechamiento intensivo se extendió, sobre todo, a partir de la revolución industrial, apenas un suspiro en términos de tiempo geológico, no difieren demasiado de aquella primera apropiación del fuego, que nos permitió alumbrarnos, calentarnos, orientarnos en la oscuridad, pero que también era susceptible de ser usada, ya evolucionada en forma de antorchas, para prender fuego a un poblado ajeno.
Esa capacidad creativa y destructiva del uso de las energías por la comunidad humana, es cada día mas evidente, y la preocupación científica por los efectos indeseables en el clima, en el entorno ambiental, de un uso cada vez mas extendido e irresponsable de los recursos energéticos, en forma de procesos de conversión energética que no tienen en cuenta los efectos externos de esa actividad, es ya un asunto de interés público universal.
En ese contexto, las organizaciones que se dedican a difundir una nueva cultura energética mas respetuosa con el medio ambiente, y no solo a eso, sino a emitir avisos insistentes de que si no cambiamos el rumbo, las economías y los modos de vida actuales se verán seriamente amenazados, han convocado lo que han dado en llamar LA HORA DEL PLANETA.
Nos piden que esta noche, a las 20 horas y treinta minutos, apaguemos las luces y mantengamos esa oscuridad durante una hora. Este llamamiento, ya habitual por estas fechas y que el año pasado obtuvo la respuesta de millones de personas, y miles de empresas e instituciones que mantuvieron a oscuras sus dependencias, se espera que sea seguido este año con una respuesta todavía mayor.
El ahorro de consumo energético de esta iniciativa es real, está cuantificado, pero, con ser importante y constituir el núcleo central de lo que se persigue con esta acción colectiva, yo destacaría además, la excelente oportunidad que ofrece para disfrutar de una hora de reflexión.
Reflexionar sobre uno mismo y su relación con el mundo, con los otros, hacerse mas consciente de la dualidad esencial de las actitudes y las conductas humanas. Pensar que, cada día, hacemos elecciones, entre la luz y lo oscuro, entre lo positivo y lo negativo. La oscuridad y la luz están tan presentes en la condición humana, en todos los aspectos de la vida, tanto en los mas visibles como en los mas íntimos, que a veces, por esa misma omnipresencia, perdemos la conciencia de esa dualidad."
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 28-03-09.
viernes, 27 de marzo de 2009
LA CIUDAD DE LOS PRODIGIOS
Espero que Eduardo Mendoza no se enfade por tomar prestado el título de una de sus mejores novelas para la entrada de hoy. Me produjo un gran placer leerla, en su momento, y recuerdo haberla citado como contrapunto literario a las de Zafón, pero supongo que ha dejado de editarse, por lo que mi atrevimiento no está exento de un posible efecto de estímulo para su relectura.
He de aclarar, por si acaso, que Eduardo se refería en su novela a la ciudad de Barcelona, mientras que los prodigios a los que me voy a referir tienen como escenario Heliópolis, mi trasunto literario de la ciudad de Valencia y, por extensión, de la Comunidad Valenciana.
*HELIÓPOLIS EN COREA.
Un diputado del partido que gobierna ahora la República de Corea (no confundir con la otra, la que gobernó con mano de hierro un gordito con peluquín, con veleidades y aficiones nucleares, que fue incluida por Bush en la lista de los países que conformaban el eje del Mal, que ahora Obama trata de revisar para quitar hierro a la tensión mundial) ha visitado Heliópolis, acompañado de una misión con objetivos comerciales y turísticos y ha permanecido unos días entre nosotros.
Después de conocer la ciudad (la que le han enseñado) Sung Woong, alabó la visión de futuro que tiene la alcaldesa, R.B., se interesó por la difusión turística de Heliópolis en su país, que podría convertirse en un destino preferente de los coreanos, a la vez que promoverá la presencia coreana entre nosotros. Corea y Heliópolis hermanadas, como se decía antes, por sus afinidades culturales.
Además, el visionario Woong asegura que tomará como modelo Heliópolis para construir una réplica urbana en su país que albergará medio millón de habitantes.
Todo un prodigio. Después de leer, ayer, que Málaga se instalará, a efectos de clima, en Barcelona, y Marraquech lo hará en la ciudad andaluza, que Heliópolis se reinstale en Corea, la verdad, ya no me sorprende.
Las afinidades culturales entre coreanos y valencianos auguran el éxito de ese proyecto. No se olvide que entre las preferencias gastronómicas.de los ciudadanos coreanos representados por Woong, están las delicias caninas, pero que nadie se rasgue las vestiduras por esa inclinación, porque nosotros nos comemos los caracoles y se dice que en nuestra gastronomía tradicional tuvo su lugar el arroz con roedor de agua de la Albufera.
No menos prodigiosa me parece la imagen que el diputado coreano ha difundido en la prensa de nuestra alcaldesa. R.B. y su visión de futuro. Esta mujer, que viene del mas oscuro paleo franquismo y se va pareciendo al fósil andante de Fraga, que todavía resiste en el mercado político con una capacidad de supervivencia asombrosa, es un ejemplo de adaptación camaleónica que no tiene parangón en la política municipal de este país.
Ya saben, este proyecto tiene todo el aspecto de una iniciativa exitosa, al menos tan triunfal como la marcha que nos ha conducido a los valencianos adonde nos encontramos. No importa que R.B. Sea la responsable directa de un montón de desaguisados urbanísticos en esta ciudad, como los sobre elevados que ha autorizado por doquier desde que está al mando del urbanismo municipal, destrozando un montón de edificios, modernistas y no modernistas, como saben muy bien los arquitectos, o que en las calzadas de las nuevas vías públicas abiertas en algunos barrios pervivan naves industriales y otras muestras de la desidia municipal. Que barrios enteros, como el de Malilla, o el de Orriols, carezcan de los mínimos equipamientos públicos, por poner algunos ejemplos.
R.B. ha paseado al coreano por las nuevas realizaciones, ciertamente emblemáticas y espectaculares del ladrillo y el turismo, y le ha vendido esos prodigios con su habitual capacidad de convicción. A mi no me parecen mal iniciativas como estas para buscar nuevos mercados turísticos, ahora que el mercado inglés está de capa caída. Solo haré tres acotaciones. Una que, si finalmente, vienen muchos coreanos a visitarnos, aten ustedes los perros y no los dejen salir solos a la calle, porque estos se los comen. Dos, que un señor tan poco radical como Aurelio Martínez, presidente del ICO, acaba de desautorizar públicamente el modelo de ladrillo y turismo, con abandono flagrante de la agricultura y la industria, que Rita le ha vendido al coreano, que ha caracterizado la gestión municipal y autonómica de la derecha política en Heliópolis, y ahora está, para nuestra desgracia colectiva, en coma irreversible. Tres. Conviene que los coreanos que nos visiten, con gastos pagados, supongo, lo hagan también con proyectos industriales en la cartera.
Pero, claro, en un país prodigioso como el nuestro, pedir mas sensatez a personalidades tan fabulosas como R.B., Camps, Costa , Fabra y compañía, es entrar en el reino de la fantasía.
*HELIÓPOLIS MEDIEVAL
Alberto Moncada, un sociólogo de mucho prestigio y una larga trayectoria profesional, publicó ayer en “Levante” una columna, encabezada con la pregunta, ¿Quién le hace caso al Papa hoy? Su punto de vista es que no le hace caso casi nadie, y menos que nadie, las mujeres católicas, que deciden sobre su sexualidad sin contar con sus recomendaciones. Los sociólogos saben mucho de eso, porque centran su actividad en tomar el pulso de las personas y grupos que forman el entramado social y utilizan una variedad de instrumentos y herramientas de una eficacia contrastada, que validan sus opiniones. Quien no sabe nada de sexualidad, mas que por los libros, es el Papa, que es célibe.
Moncada hace una reflexión histórica sobre las posiciones de la Iglesia en este país, nos recuerda que la Inquisición estuvo activa hasta anteayer, y cómo Fernando Séptimo la reinstauró al mismo tiempo que se cargaba la constitución liberal de 1.812, y se felicita de que, al menos, en nuestro tiempo, el Estado solo legisle en el Parlamento, no en nuestras alcobas y hábitos mas íntimos, como cuando la Iglesia y el Estado, no hace tanto, se repartían el poder absoluto.
Ese reflejo inquisitorial de la iglesia, que trata de invadir nuestras libertades individuales, vuelve a aparecer de vez en cuando, como en la Rioja, con esos horribles vídeos que se han impuesto a la audiencia estudiantil, --una técnica de terror, según la definición de una psicóloga clínica que acabo de conocer-- de los que algunos medios de comunicación se han hecho eco, o en la torpe campaña difundida por la conferencia episcopal en contra de algo que es un derecho que se puede ejercer, o no, de manera voluntaria, en modo alguno es una obligación impuesta.
Imagino que R.B. habrá paseado a Sung Woong por el centro histórico, le habrá mostrado nuestro rico patrimonio histórico y artístico, nuestra arquitectura medieval, la catedral, los palacios de la calle de Caballeros, de la plaza de Manises, el palacio Arzobispal, las puertas que cerraron nuestras murallas.
Ignoro, por el contrario, si nuestro algo ilustre visitante oriental habrá conocido a García Gasco, el mas rancio representante vivo de la iglesia medieval en Heliópolis, fiel reflejo de las actitudes inquisitoriales que sus compañeros de la conferencia episcopal intentan reavivar en el país, con el resultado provisional de los vídeos de La Rioja, los ataques a un establecimiento clínico en Castellón, y otros progresos de la vida civil que tal vez nos veamos obligados a sufrir cuando, como amenazan, lancen sus ejércitos manipulados a la calle.
Si los coreanos se llevan Heliópolis a su país, y les acompañan también las fuerzas políticas y las jerarquías católicas que han dominado la vida pública aquí en los últimos quince años, daremos por bien empleados los gastos protocolarios de la visita.
Si, como contrapartida, los coreanos deciden establecerse aquí, no pasa nada. Solo habremos de atar a nuestros perros y cuidar que no salgan a la calle solos. Por lo demás, seguro que su gastronomía es mucho mas amplia que su peculiar afición a las delicias caninas, y podemos aprender algo de ellos.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 27-03-09.
He de aclarar, por si acaso, que Eduardo se refería en su novela a la ciudad de Barcelona, mientras que los prodigios a los que me voy a referir tienen como escenario Heliópolis, mi trasunto literario de la ciudad de Valencia y, por extensión, de la Comunidad Valenciana.
*HELIÓPOLIS EN COREA.
Un diputado del partido que gobierna ahora la República de Corea (no confundir con la otra, la que gobernó con mano de hierro un gordito con peluquín, con veleidades y aficiones nucleares, que fue incluida por Bush en la lista de los países que conformaban el eje del Mal, que ahora Obama trata de revisar para quitar hierro a la tensión mundial) ha visitado Heliópolis, acompañado de una misión con objetivos comerciales y turísticos y ha permanecido unos días entre nosotros.
Después de conocer la ciudad (la que le han enseñado) Sung Woong, alabó la visión de futuro que tiene la alcaldesa, R.B., se interesó por la difusión turística de Heliópolis en su país, que podría convertirse en un destino preferente de los coreanos, a la vez que promoverá la presencia coreana entre nosotros. Corea y Heliópolis hermanadas, como se decía antes, por sus afinidades culturales.
Además, el visionario Woong asegura que tomará como modelo Heliópolis para construir una réplica urbana en su país que albergará medio millón de habitantes.
Todo un prodigio. Después de leer, ayer, que Málaga se instalará, a efectos de clima, en Barcelona, y Marraquech lo hará en la ciudad andaluza, que Heliópolis se reinstale en Corea, la verdad, ya no me sorprende.
Las afinidades culturales entre coreanos y valencianos auguran el éxito de ese proyecto. No se olvide que entre las preferencias gastronómicas.de los ciudadanos coreanos representados por Woong, están las delicias caninas, pero que nadie se rasgue las vestiduras por esa inclinación, porque nosotros nos comemos los caracoles y se dice que en nuestra gastronomía tradicional tuvo su lugar el arroz con roedor de agua de la Albufera.
No menos prodigiosa me parece la imagen que el diputado coreano ha difundido en la prensa de nuestra alcaldesa. R.B. y su visión de futuro. Esta mujer, que viene del mas oscuro paleo franquismo y se va pareciendo al fósil andante de Fraga, que todavía resiste en el mercado político con una capacidad de supervivencia asombrosa, es un ejemplo de adaptación camaleónica que no tiene parangón en la política municipal de este país.
Ya saben, este proyecto tiene todo el aspecto de una iniciativa exitosa, al menos tan triunfal como la marcha que nos ha conducido a los valencianos adonde nos encontramos. No importa que R.B. Sea la responsable directa de un montón de desaguisados urbanísticos en esta ciudad, como los sobre elevados que ha autorizado por doquier desde que está al mando del urbanismo municipal, destrozando un montón de edificios, modernistas y no modernistas, como saben muy bien los arquitectos, o que en las calzadas de las nuevas vías públicas abiertas en algunos barrios pervivan naves industriales y otras muestras de la desidia municipal. Que barrios enteros, como el de Malilla, o el de Orriols, carezcan de los mínimos equipamientos públicos, por poner algunos ejemplos.
R.B. ha paseado al coreano por las nuevas realizaciones, ciertamente emblemáticas y espectaculares del ladrillo y el turismo, y le ha vendido esos prodigios con su habitual capacidad de convicción. A mi no me parecen mal iniciativas como estas para buscar nuevos mercados turísticos, ahora que el mercado inglés está de capa caída. Solo haré tres acotaciones. Una que, si finalmente, vienen muchos coreanos a visitarnos, aten ustedes los perros y no los dejen salir solos a la calle, porque estos se los comen. Dos, que un señor tan poco radical como Aurelio Martínez, presidente del ICO, acaba de desautorizar públicamente el modelo de ladrillo y turismo, con abandono flagrante de la agricultura y la industria, que Rita le ha vendido al coreano, que ha caracterizado la gestión municipal y autonómica de la derecha política en Heliópolis, y ahora está, para nuestra desgracia colectiva, en coma irreversible. Tres. Conviene que los coreanos que nos visiten, con gastos pagados, supongo, lo hagan también con proyectos industriales en la cartera.
Pero, claro, en un país prodigioso como el nuestro, pedir mas sensatez a personalidades tan fabulosas como R.B., Camps, Costa , Fabra y compañía, es entrar en el reino de la fantasía.
*HELIÓPOLIS MEDIEVAL
Alberto Moncada, un sociólogo de mucho prestigio y una larga trayectoria profesional, publicó ayer en “Levante” una columna, encabezada con la pregunta, ¿Quién le hace caso al Papa hoy? Su punto de vista es que no le hace caso casi nadie, y menos que nadie, las mujeres católicas, que deciden sobre su sexualidad sin contar con sus recomendaciones. Los sociólogos saben mucho de eso, porque centran su actividad en tomar el pulso de las personas y grupos que forman el entramado social y utilizan una variedad de instrumentos y herramientas de una eficacia contrastada, que validan sus opiniones. Quien no sabe nada de sexualidad, mas que por los libros, es el Papa, que es célibe.
Moncada hace una reflexión histórica sobre las posiciones de la Iglesia en este país, nos recuerda que la Inquisición estuvo activa hasta anteayer, y cómo Fernando Séptimo la reinstauró al mismo tiempo que se cargaba la constitución liberal de 1.812, y se felicita de que, al menos, en nuestro tiempo, el Estado solo legisle en el Parlamento, no en nuestras alcobas y hábitos mas íntimos, como cuando la Iglesia y el Estado, no hace tanto, se repartían el poder absoluto.
Ese reflejo inquisitorial de la iglesia, que trata de invadir nuestras libertades individuales, vuelve a aparecer de vez en cuando, como en la Rioja, con esos horribles vídeos que se han impuesto a la audiencia estudiantil, --una técnica de terror, según la definición de una psicóloga clínica que acabo de conocer-- de los que algunos medios de comunicación se han hecho eco, o en la torpe campaña difundida por la conferencia episcopal en contra de algo que es un derecho que se puede ejercer, o no, de manera voluntaria, en modo alguno es una obligación impuesta.
Imagino que R.B. habrá paseado a Sung Woong por el centro histórico, le habrá mostrado nuestro rico patrimonio histórico y artístico, nuestra arquitectura medieval, la catedral, los palacios de la calle de Caballeros, de la plaza de Manises, el palacio Arzobispal, las puertas que cerraron nuestras murallas.
Ignoro, por el contrario, si nuestro algo ilustre visitante oriental habrá conocido a García Gasco, el mas rancio representante vivo de la iglesia medieval en Heliópolis, fiel reflejo de las actitudes inquisitoriales que sus compañeros de la conferencia episcopal intentan reavivar en el país, con el resultado provisional de los vídeos de La Rioja, los ataques a un establecimiento clínico en Castellón, y otros progresos de la vida civil que tal vez nos veamos obligados a sufrir cuando, como amenazan, lancen sus ejércitos manipulados a la calle.
Si los coreanos se llevan Heliópolis a su país, y les acompañan también las fuerzas políticas y las jerarquías católicas que han dominado la vida pública aquí en los últimos quince años, daremos por bien empleados los gastos protocolarios de la visita.
Si, como contrapartida, los coreanos deciden establecerse aquí, no pasa nada. Solo habremos de atar a nuestros perros y cuidar que no salgan a la calle solos. Por lo demás, seguro que su gastronomía es mucho mas amplia que su peculiar afición a las delicias caninas, y podemos aprender algo de ellos.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 27-03-09.
jueves, 26 de marzo de 2009
MEDITERRÁNEO
He bajado al Maravillas, después de regresar de una entrevista con María Luisa, una psicóloga clínica que dirige grupos de fumadores que dicen querer dejar el tabaco, a los que me voy a incorporar en unos días. Mientras tomaba café y fumaba un cigarrillo, que de momento todavía no me han prohibido, --dice María Luisa que no utiliza técnicas de terror, ni represivas, que lo suyo es la persuasión gradual y que ya cambiaré mis hábitos cuando sea el momento-- he visto algunas noticias en el diario “Levante” que me han llamado la atención, y que voy a comentar en la entrada de hoy.
Una columna periodística incide hoy en un asunto que saltó a la actualidad hace algún tiempo, y aún lo hace de modo ocasional, pero que la crisis económica y financiera ha tapado casi por completo. El cambio climático. Al parecer, según afirmaciones científicas documentadas, a partir de 2011 el aumento de las temperaturas medias comenzará a dejarse sentir en el Mediterráneo.
El cambio climático puede convertir Barcelona en Málaga y Málaga en Marraquech, a efectos de clima, dice el periódico. El incremento de las temperaturas medias afectará además a las costas Cantábricas y Atlánticas. Esta predicción, si se cumple, inducirá cambios notables en la industria turística. En el norte y en las costas atlánticas, la duración de la temporada veraniega puede extenderse en el tiempo, con el consiguiente aumento de visitantes, cuyo número está ahora limitado por una temporada estival muy corta. En el Mediterráneo, se anticipa una desestacionalización del turismo, de modo que la oferta será prácticamente permanente durante todo el año.
Hace apenas dos días, el mismo periódico informaba de que por cada punto que aumenta la temperatura media por encima de los veintiún grados, las tasas de mortalidad crecen, al menos, diez veces mas, y que el verano pasado el número estimado de defunciones relacionadas con el aumento de la temperatura alcanzó las veinte mil, solo en nuestro país.
Son dos aspectos de la misma realidad. La realidad suele ser así, no ofrece un aspecto plano, sino mas bien poliédrico, con muchas caras. Como no pienso morirme, ni ahora, ni de momento en el 2011, me ha interesado sobre todo el lado lúdico de esta noticia.
No veo la hora de poder pasear por las ramblas de Barcelona y escuchar a todo el mundo hablar, en el cercano mercado de la Boquería, con ese acento tan gracioso --en el mejor sentido-- que tienen los malagueños, y tomarme una bandeja de pescaíto en algún bar del puerto, frito con la sabiduría que ponen ellos en esa faena, sin tener que viajar hasta sus costas, mas lejanas. Por la noche, acudiré al Paralelo para tomar algún fino y alguna manzanilla en los tablaos que para entonces se habrán extendido a la noche barcelonesa, aunque me pregunto, ¿Si Málaga estará en Barcelona, donde leches quedará entonces la capital catalana?
Por otro lado, viajar a la antigua Málaga, dentro de un par de años convertida en Marraquech, también tendrá su miga. Será un placer insólito pasear por la calle Larios, convertida en una medina, acercarse hasta la plaza de Yemma elf na, sin necesidad de cruzar el estrecho, regatear por el precio de una muela usada en los puestos que allí las expondrán, ver a los encantadores de serpientes colgar del cuello de los turistas sus sierpes desdentadas, tomar un zumo de naranja con su pulpa en la terraza de un café, y escuchar las narraciones de los contadores de historias, entre los que tal vez estará Goitysolo, que dicen que ahora vive allí, pero que, como consecuencia de los efectos del cambio del clima mediterráneo, al parecer podrá disfrutar en 2011 del clima del Magreb, en su propio país.
No se si es o no casual, pero 2011 es la fecha que mas se repite ahora como horizonte para que las economías se recuperen de la anorexia que las aqueja, inducida por los disturbios metabólicos que han sufrido por los excesos cometidos en el uso de los recursos de los que se alimentaban Que ese horizonte temporal coincida con los primeros efectos de los cambios anunciados en el clima, seguramente será bueno para algunas economías, que verán florecer su sector turístico y los servicios que con el se relacionan, con lo que la salida de la crisis puede verse reforzada en ciertas áreas planetarias, en concreto en la mediterránea, aunque habrán de hacerse mas inversiones para preservar esas playas, que es previsible que se vean mas amenazadas por los fenómenos naturales, en estado de revista.
Pero como la realidad, además de poliédrica, es tozuda, no se puede ignorar que otras regiones del planeta sufrirán efectos muy negativos por esos cambios que el “Levante” de hoy anuncia para las costas mediterráneas ibéricas. Estoy pensando en el Caribe, en esos países que comprenden un conjunto de islas que hoy viven del turismo y mañana podrían convertirse en modernas Atlántidas, con su superficie terrestre reducida, cuando no sumergida, o en las tierras del Norte, economías frías, Alaska y otros territorios cuyo medio va a sufrir cambios muy radicales, antes de lo que se pensaba.
Ante una situación así, previsible y, seguramente, inexorable, solo se me ocurre sugerir a los poderosos que, mas o menos, son responsables, quizás por la excesiva ingestión de cocaína, de los desequilibrios en las economías y en el planeta, que se pongan a trabajar ya, en los ratos libres que les deje el asunto de los bancos y esas cosas, para elaborar una especie de cámara internacional de compensación, donde circulen los valores y títulos que puedan representar los efectos positivos para unos, negativos para otros, del cambio climático, con el fin de tener estudiadas y previstas, para que puedan ser implementadas con rapidez, las transferencias de renta que serán necesarias para atender las migraciones masivas de algunos países, la instalación de poblaciones enteras en otros lugares, la nueva estructuración de algunas economías, que ahora son frías o secas, y tal vez se conviertan en cálidas o sumergidas.
Por lo que concierne a los hoteleros españoles que estén pensando que la costa mediterránea puede convertirse en un área de nuevas oportunidades y negocios, de consolidación, con la salida de la la crisis y los cambios que se predicen, de sus negocios actuales, conviene que adviertan, también, que, en sus planes estratégicos, en sus cuentas de resultados proyectadas para los próximos cinco años, deben incluir las oportunas provisiones para hacer frente a la parte que les toque en la financiación de los costes públicos adicionales que, tal vez aquí, pero no solo aquí, aparecerán de la mano de los cambios que los científicos hace años que están anticipando.
Es lo que tiene la realidad. No es plana. Suele ser poliédrica, presenta distintas caras. El Mediterráneo que predicen los científicos a partir de 2011, a mi me gusta, pero si suben mucho las temperaturas y hacemos caso a su correlación con las tasas de mortalidad, a lo mejor para entonces ya estaré muerto.
Había otras noticias, pero las dejo para mañana.Salud.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 26-03-09.
Una columna periodística incide hoy en un asunto que saltó a la actualidad hace algún tiempo, y aún lo hace de modo ocasional, pero que la crisis económica y financiera ha tapado casi por completo. El cambio climático. Al parecer, según afirmaciones científicas documentadas, a partir de 2011 el aumento de las temperaturas medias comenzará a dejarse sentir en el Mediterráneo.
El cambio climático puede convertir Barcelona en Málaga y Málaga en Marraquech, a efectos de clima, dice el periódico. El incremento de las temperaturas medias afectará además a las costas Cantábricas y Atlánticas. Esta predicción, si se cumple, inducirá cambios notables en la industria turística. En el norte y en las costas atlánticas, la duración de la temporada veraniega puede extenderse en el tiempo, con el consiguiente aumento de visitantes, cuyo número está ahora limitado por una temporada estival muy corta. En el Mediterráneo, se anticipa una desestacionalización del turismo, de modo que la oferta será prácticamente permanente durante todo el año.
Hace apenas dos días, el mismo periódico informaba de que por cada punto que aumenta la temperatura media por encima de los veintiún grados, las tasas de mortalidad crecen, al menos, diez veces mas, y que el verano pasado el número estimado de defunciones relacionadas con el aumento de la temperatura alcanzó las veinte mil, solo en nuestro país.
Son dos aspectos de la misma realidad. La realidad suele ser así, no ofrece un aspecto plano, sino mas bien poliédrico, con muchas caras. Como no pienso morirme, ni ahora, ni de momento en el 2011, me ha interesado sobre todo el lado lúdico de esta noticia.
No veo la hora de poder pasear por las ramblas de Barcelona y escuchar a todo el mundo hablar, en el cercano mercado de la Boquería, con ese acento tan gracioso --en el mejor sentido-- que tienen los malagueños, y tomarme una bandeja de pescaíto en algún bar del puerto, frito con la sabiduría que ponen ellos en esa faena, sin tener que viajar hasta sus costas, mas lejanas. Por la noche, acudiré al Paralelo para tomar algún fino y alguna manzanilla en los tablaos que para entonces se habrán extendido a la noche barcelonesa, aunque me pregunto, ¿Si Málaga estará en Barcelona, donde leches quedará entonces la capital catalana?
Por otro lado, viajar a la antigua Málaga, dentro de un par de años convertida en Marraquech, también tendrá su miga. Será un placer insólito pasear por la calle Larios, convertida en una medina, acercarse hasta la plaza de Yemma elf na, sin necesidad de cruzar el estrecho, regatear por el precio de una muela usada en los puestos que allí las expondrán, ver a los encantadores de serpientes colgar del cuello de los turistas sus sierpes desdentadas, tomar un zumo de naranja con su pulpa en la terraza de un café, y escuchar las narraciones de los contadores de historias, entre los que tal vez estará Goitysolo, que dicen que ahora vive allí, pero que, como consecuencia de los efectos del cambio del clima mediterráneo, al parecer podrá disfrutar en 2011 del clima del Magreb, en su propio país.
No se si es o no casual, pero 2011 es la fecha que mas se repite ahora como horizonte para que las economías se recuperen de la anorexia que las aqueja, inducida por los disturbios metabólicos que han sufrido por los excesos cometidos en el uso de los recursos de los que se alimentaban Que ese horizonte temporal coincida con los primeros efectos de los cambios anunciados en el clima, seguramente será bueno para algunas economías, que verán florecer su sector turístico y los servicios que con el se relacionan, con lo que la salida de la crisis puede verse reforzada en ciertas áreas planetarias, en concreto en la mediterránea, aunque habrán de hacerse mas inversiones para preservar esas playas, que es previsible que se vean mas amenazadas por los fenómenos naturales, en estado de revista.
Pero como la realidad, además de poliédrica, es tozuda, no se puede ignorar que otras regiones del planeta sufrirán efectos muy negativos por esos cambios que el “Levante” de hoy anuncia para las costas mediterráneas ibéricas. Estoy pensando en el Caribe, en esos países que comprenden un conjunto de islas que hoy viven del turismo y mañana podrían convertirse en modernas Atlántidas, con su superficie terrestre reducida, cuando no sumergida, o en las tierras del Norte, economías frías, Alaska y otros territorios cuyo medio va a sufrir cambios muy radicales, antes de lo que se pensaba.
Ante una situación así, previsible y, seguramente, inexorable, solo se me ocurre sugerir a los poderosos que, mas o menos, son responsables, quizás por la excesiva ingestión de cocaína, de los desequilibrios en las economías y en el planeta, que se pongan a trabajar ya, en los ratos libres que les deje el asunto de los bancos y esas cosas, para elaborar una especie de cámara internacional de compensación, donde circulen los valores y títulos que puedan representar los efectos positivos para unos, negativos para otros, del cambio climático, con el fin de tener estudiadas y previstas, para que puedan ser implementadas con rapidez, las transferencias de renta que serán necesarias para atender las migraciones masivas de algunos países, la instalación de poblaciones enteras en otros lugares, la nueva estructuración de algunas economías, que ahora son frías o secas, y tal vez se conviertan en cálidas o sumergidas.
Por lo que concierne a los hoteleros españoles que estén pensando que la costa mediterránea puede convertirse en un área de nuevas oportunidades y negocios, de consolidación, con la salida de la la crisis y los cambios que se predicen, de sus negocios actuales, conviene que adviertan, también, que, en sus planes estratégicos, en sus cuentas de resultados proyectadas para los próximos cinco años, deben incluir las oportunas provisiones para hacer frente a la parte que les toque en la financiación de los costes públicos adicionales que, tal vez aquí, pero no solo aquí, aparecerán de la mano de los cambios que los científicos hace años que están anticipando.
Es lo que tiene la realidad. No es plana. Suele ser poliédrica, presenta distintas caras. El Mediterráneo que predicen los científicos a partir de 2011, a mi me gusta, pero si suben mucho las temperaturas y hacemos caso a su correlación con las tasas de mortalidad, a lo mejor para entonces ya estaré muerto.
Había otras noticias, pero las dejo para mañana.Salud.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 26-03-09.
miércoles, 25 de marzo de 2009
METABOLISMOS
Intuitivamente, el metabolismo parece un proceso complejo a través del cual el organismo humano
toma recursos del exterior, los transforma siguiendo pautas de distinta naturaleza, y de este modo alimenta las necesidades corporales.
A veces, estos procesos no funcionan de modo adecuado y de esa disfunción se derivan inconvenientes y enfermedades que afectan a la salud de las personas, generalmente, por exceso o defecto de las sustancias ingeridas o excretadas en el transcurso de los procesos metabólicos que las transforman.
Como la vida se suele manifestar con ciertas similitudes entre lo grande y lo pequeño, se puede intentar describir las causas y los efectos de la crisis económica y financiera que afecta al sistema (algo demasiado grande para llegar a entenderlo cabalmente) como un fracaso metabólico, algo mas cercano y comprensible, al referirse a las personas, de las que el sistema es, en cierta medida, con relaciones complejas añadidas, un reflejo ampliado.
Con mayor rigor, mi diccionario define el metabolismo como un “Conjunto de mecanismos bioquímicos por los que el organismo se mantiene en estado de equilibrio (..) en intercambio con el medio, tomando de él alimentos y oxígeno, y liberando productos de excreción y dióxido de carbono.”
Por otro lado, los viejos manuales que, en un momento de lucidez, tiré al contenedor de papel para su reciclaje, recuerdo que definían la Economía como una ciencia que se ocupa de la asignación óptima de recursos escasos, susceptibles de usos alternativos.
Como se puede apreciar, el rigor lingüístico y académico no contradicen demasiado mi proposición que intenta analizar la crisis como si fuera un proceso metabólico, por lo que voy a seguir mi línea intuitiva, sin saber, exactamente, adonde conduce.
Si ingerimos una cantidad excesiva de azúcar, sal, café, alcohol, o hacemos un uso inmoderado del tabaco y otras sustancias en nuestros hábitos cotidianos, esa ausencia de moderación convierte esos hábitos en tóxicos. Si, además, hay propensión en nuestra naturaleza a replicar con estados patológicos que habrían permanecido latentes en ausencia de esos factores de riesgo, la probabilidad de que nuestros procesos metabólicos deriven en disfunciones, inconvenientes, enfermedades y hasta crisis agudas que pueden amenazar la supervivencia del organismo humano, crece a un ritmo exponencial.
Algunas personas asocian la moderación con el aburrimiento, y declaran preferir una vida mas corta, pero intensa, a otra mas larga y aburrida. Declaro rotundamente que, en mi opinión, la moderación no tiene nada que ver con el aburrimiento y citaré dos ejemplos en apoyo de esta proposición. La moderación orientada a mantener un sano equilibrio físico, suele producir efectos espectaculares, por ejemplo, en nuestra capacidad sexual, y supongo que los usuarios que me lean estarán de acuerdo conmigo en que el sexo es una de las actividades mas divertidas, placenteras y gratificantes que puede acometer el ser humano.
Por otro lado, la moderación en los hábitos, alimentarios y no alimentarios, no excluye la radicalidad en otros aspectos de la vida, que requieren de nuestra máxima energía y entrega.
Criticar de un modo radical los excesos de los poderosos, los errores del sistema, es perfectamente compatible, incluso cuando se aproxima uno al exceso, --la radicalidad en la actitud crítica no parece suficiente, a la vista de los escasos resultados que obtiene--- con la moderación en los hábitos cotidianos, y además para algunos de nosotros, que aún no hemos perdido la fe en su práctica cotidiana, es la sal añadida a la vida, que previamente hemos eliminado de nuestra dieta cotidiana.
Todo esto nos lleva a reconocer que las causas y los efectos de la crisis que tiene atribuladas a tantas personas, están vinculadas al hecho de que, quienes han tenido el poder de decisión en los sistemas económicos y financieros en la última década, han permanecido instalados durante demasiado tiempo en unas conductas que tienen una sorprendente semejanza con las disfunciones en los procesos metabólicos. Durante un tiempo indeterminado, pero que se puede situar en los últimos diez o quince años, estas personas poderosas han estado inmersas en los excesos de un proceso de sobreabundancia de recursos financieros, que han canalizado hasta sus propias economías domésticas, por el procedimiento de envenenar el metabolismo de los sistemas financieros con productos tóxicos, hasta provocar una reacción semejante a la del metabolismo humano, una réplica materializada en un estado patológico que ha roto todos los equilibrios del sistema, que se revela así, no solo como un concepto abstracto, sino como un organismo vivo, no personal, no individual, pero vivo.
Nada de esto habría sucedido si, quienes podían hacerlo, hubieran optado por la moderación, en lugar del exceso, pero al igual que hay personas que sostienen que prefieren el exceso y el riesgo de una vida intensa, aunque corta, al aburrimiento que, según ellos, acompaña la moderación, por primera vez en la historia reciente se han conjugado una seria de elementos que han coincidido para que los actores de los procesos financieros, banqueros, reguladores, brokers, autoridades monetarias, todo el conjunto de personas y entidades, responsables en otro tiempo de mantener el equilibro de los sistemas financieros, se hayan lanzado a una orgía sin precedentes cercanos, como si en lugar de guiar sus actitudes y sus hechos por la tradicional prudencia y responsabilidad social que se suele atribuir a quienes tienen en su mano la salud financiera del planeta, estuvieran totalmente pasados de cocaína y otras sustancias mas o menos prohibidas.
Lo demás, ya lo sabemos. La respuesta del metabolismo del sistema a los excesos de quienes lo alimentaban, es bastante semejante a la de un organismo vivo, individual, maltratado por los excesos de quien está obligado a cuidarlo. La réplica de ese sistema metabólico a las agresiones recibidas, en forma de patologías financieras y económicas que se extienden por un sistema de intercambios sin apenas fronteras, es lo que hemos dado en llamar “La crisis”, pero así como en las dolencias individuales el médico tiene a su disposición un arsenal de tratamientos y métodos terapéuticos potencialmente eficaces para tratar al enfermo, de las dolencias del sistema, que se sepa, no hay ningún chamán que pueda ocuparse con eficacia.
Volver, cuando sea posible, a una senda de moderación, pueda que sea, tal vez, una de las opciones a elegir. Si usted sabe de otras, no deje de hacerlas públicas, por el bien de nuestro equilibrio metabólico, el del sistema, el de todos nosotros.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 25-03-09.
toma recursos del exterior, los transforma siguiendo pautas de distinta naturaleza, y de este modo alimenta las necesidades corporales.
A veces, estos procesos no funcionan de modo adecuado y de esa disfunción se derivan inconvenientes y enfermedades que afectan a la salud de las personas, generalmente, por exceso o defecto de las sustancias ingeridas o excretadas en el transcurso de los procesos metabólicos que las transforman.
Como la vida se suele manifestar con ciertas similitudes entre lo grande y lo pequeño, se puede intentar describir las causas y los efectos de la crisis económica y financiera que afecta al sistema (algo demasiado grande para llegar a entenderlo cabalmente) como un fracaso metabólico, algo mas cercano y comprensible, al referirse a las personas, de las que el sistema es, en cierta medida, con relaciones complejas añadidas, un reflejo ampliado.
Con mayor rigor, mi diccionario define el metabolismo como un “Conjunto de mecanismos bioquímicos por los que el organismo se mantiene en estado de equilibrio (..) en intercambio con el medio, tomando de él alimentos y oxígeno, y liberando productos de excreción y dióxido de carbono.”
Por otro lado, los viejos manuales que, en un momento de lucidez, tiré al contenedor de papel para su reciclaje, recuerdo que definían la Economía como una ciencia que se ocupa de la asignación óptima de recursos escasos, susceptibles de usos alternativos.
Como se puede apreciar, el rigor lingüístico y académico no contradicen demasiado mi proposición que intenta analizar la crisis como si fuera un proceso metabólico, por lo que voy a seguir mi línea intuitiva, sin saber, exactamente, adonde conduce.
Si ingerimos una cantidad excesiva de azúcar, sal, café, alcohol, o hacemos un uso inmoderado del tabaco y otras sustancias en nuestros hábitos cotidianos, esa ausencia de moderación convierte esos hábitos en tóxicos. Si, además, hay propensión en nuestra naturaleza a replicar con estados patológicos que habrían permanecido latentes en ausencia de esos factores de riesgo, la probabilidad de que nuestros procesos metabólicos deriven en disfunciones, inconvenientes, enfermedades y hasta crisis agudas que pueden amenazar la supervivencia del organismo humano, crece a un ritmo exponencial.
Algunas personas asocian la moderación con el aburrimiento, y declaran preferir una vida mas corta, pero intensa, a otra mas larga y aburrida. Declaro rotundamente que, en mi opinión, la moderación no tiene nada que ver con el aburrimiento y citaré dos ejemplos en apoyo de esta proposición. La moderación orientada a mantener un sano equilibrio físico, suele producir efectos espectaculares, por ejemplo, en nuestra capacidad sexual, y supongo que los usuarios que me lean estarán de acuerdo conmigo en que el sexo es una de las actividades mas divertidas, placenteras y gratificantes que puede acometer el ser humano.
Por otro lado, la moderación en los hábitos, alimentarios y no alimentarios, no excluye la radicalidad en otros aspectos de la vida, que requieren de nuestra máxima energía y entrega.
Criticar de un modo radical los excesos de los poderosos, los errores del sistema, es perfectamente compatible, incluso cuando se aproxima uno al exceso, --la radicalidad en la actitud crítica no parece suficiente, a la vista de los escasos resultados que obtiene--- con la moderación en los hábitos cotidianos, y además para algunos de nosotros, que aún no hemos perdido la fe en su práctica cotidiana, es la sal añadida a la vida, que previamente hemos eliminado de nuestra dieta cotidiana.
Todo esto nos lleva a reconocer que las causas y los efectos de la crisis que tiene atribuladas a tantas personas, están vinculadas al hecho de que, quienes han tenido el poder de decisión en los sistemas económicos y financieros en la última década, han permanecido instalados durante demasiado tiempo en unas conductas que tienen una sorprendente semejanza con las disfunciones en los procesos metabólicos. Durante un tiempo indeterminado, pero que se puede situar en los últimos diez o quince años, estas personas poderosas han estado inmersas en los excesos de un proceso de sobreabundancia de recursos financieros, que han canalizado hasta sus propias economías domésticas, por el procedimiento de envenenar el metabolismo de los sistemas financieros con productos tóxicos, hasta provocar una reacción semejante a la del metabolismo humano, una réplica materializada en un estado patológico que ha roto todos los equilibrios del sistema, que se revela así, no solo como un concepto abstracto, sino como un organismo vivo, no personal, no individual, pero vivo.
Nada de esto habría sucedido si, quienes podían hacerlo, hubieran optado por la moderación, en lugar del exceso, pero al igual que hay personas que sostienen que prefieren el exceso y el riesgo de una vida intensa, aunque corta, al aburrimiento que, según ellos, acompaña la moderación, por primera vez en la historia reciente se han conjugado una seria de elementos que han coincidido para que los actores de los procesos financieros, banqueros, reguladores, brokers, autoridades monetarias, todo el conjunto de personas y entidades, responsables en otro tiempo de mantener el equilibro de los sistemas financieros, se hayan lanzado a una orgía sin precedentes cercanos, como si en lugar de guiar sus actitudes y sus hechos por la tradicional prudencia y responsabilidad social que se suele atribuir a quienes tienen en su mano la salud financiera del planeta, estuvieran totalmente pasados de cocaína y otras sustancias mas o menos prohibidas.
Lo demás, ya lo sabemos. La respuesta del metabolismo del sistema a los excesos de quienes lo alimentaban, es bastante semejante a la de un organismo vivo, individual, maltratado por los excesos de quien está obligado a cuidarlo. La réplica de ese sistema metabólico a las agresiones recibidas, en forma de patologías financieras y económicas que se extienden por un sistema de intercambios sin apenas fronteras, es lo que hemos dado en llamar “La crisis”, pero así como en las dolencias individuales el médico tiene a su disposición un arsenal de tratamientos y métodos terapéuticos potencialmente eficaces para tratar al enfermo, de las dolencias del sistema, que se sepa, no hay ningún chamán que pueda ocuparse con eficacia.
Volver, cuando sea posible, a una senda de moderación, pueda que sea, tal vez, una de las opciones a elegir. Si usted sabe de otras, no deje de hacerlas públicas, por el bien de nuestro equilibrio metabólico, el del sistema, el de todos nosotros.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 25-03-09.
martes, 24 de marzo de 2009
JERARQUÍAS
La jerarquía católica en España, con alguna honrosa excepción, sigue mostrando los mismos tics guerracivilistas de tan infausta memoria, que han caracterizado su presencia en la sociedad española desde los tiempos mas oscuros.
La jerarquía, según mi viejo diccionario enciclopédico Espasa, tiene su origen en el orden entre los diversos coros de los ángeles y los grados diversos de la Iglesia. Ese orden, de origen celestial, se ha extendido con el paso del tiempo a otras personas y cosas, y la palabra jerarca es un compuesto del griego hierós, santo, y de la acción de mandar, árcho.
El hecho de que una figura celestial en su origen, acabara simbolizada por un señor bajito con bigote, tripita y vara de mando, llevado bajo palio por la jerarquía católica de entonces, da una idea de lo poco que podemos confiar en la evolución histórica de la especie humana.
En mi familia nunca estuvo bien visto el orden jerárquico como un modo deseable de organización social, porque estuvo formada por unos cuantos anarquistas, unos de mayor renombre que otros, pero, al parecer, también hubo en ella algún cardenal, como demuestra un objeto conservado y trasmitido a las sucesivas generaciones, un marco redondo de plata y mosaico cerámico, con el emblema de las llaves de Pedro como remate.
Esa, tal vez dudosa, ascendencia eclesiástica no me autoriza por si sola a criticar a parte de la jerarquía católica actual, pero, como cualquier otra jerarquía, su intervención en la vida pública, sus opiniones y consejos, su ideología, en fin, profusamente transmitida a través de los medios de comunicación y de campañas de propaganda financiadas con dinero del Estado, legitiman el ejercicio crítico de sus actividades y mensajes, a cualquier ciudadano.
Vaya por delante que, siendo la jerarquía una forma institucional que aprendí a detestar desde muy joven, mi experiencia me indica que no todos los jerarcas son iguales. Tenemos ejemplos de conductas dignas, positivas, socialmente ejemplares, de jerarcas de la iglesia que han hecho compatible su función jerárquica, con el amor al prójimo y un sentimiento de bondad natural que han trasladado a su misión evangélica.
También hubo otros que pusieron sus habilidades políticas y diplomáticas, en tiempos difíciles, al servicio de la paz y la reconciliación. Estoy pensando en monseñor Tarancón, que propició la apertura de la iglesia a una sociedad en proceso de cambio, y en ese obispo, cuyo nombre lamento no recordar, que estos días ha ofrecido una décima parte de su salario para las personas mas directamente afectadas por la crisis económica en su diócesis, y ha exhortado a sus feligreses a que hagan lo mismo.
Por desgracia, la nómina de jerarcas católicos desviados de los principios evangélicos y mas atentos a fortalecer el poder y la influencia de la institución que los acoge, que a la preocupación por sus fieles, es, históricamente, mucho mas extensa, como cualquier historiador especializado en el papel de la Iglesia en la guerra civil española y en la dictadura que la prolongó bajo la ficción de una paz de cementerio, puede demostrar.
En Heliópolis, ahora mismo, tenemos un ejemplo del ejercicio desviado de la jerarquía católica, en la persona de García Gasco, ahora gratificado con el nombramiento de cardenal por sus servicios al papa mas reaccionario de los últimos decenios.
Este individuo, que dice apellidarse Gasco, parece que ha renunciado a la tilde de su segundo apellido, Gascó, es decir, Gascón, o sea catalán, lo que da una idea de su afición a renegar de los orígenes y de una cierta tendencia al travestismo, en el sentido del cambio de nombre al que tan proclives son los aspirantes a actores que quieren trepar en Hollywood.
Con la misma facilidad con la que parece haber cambiado el significado de su apellido, ha renegado de los principios del amor evangélico a los que está obligado por su condición, y se ha entregado a un apetito desmedido de poder temporal, del que son expresión, su aduladora intervención en la organización de la visita que nos hizo su Jefe, la residencia palaciega que ha mandado preparar para su retiro, la promoción de monumentos a la memoria de quienes ya estaban suficientemente honrados por el lado fascista de nuestra infausta contienda, el desprecio de las mismas demandas de reconocimiento de los que fueron vencidos, y no satisfecho con eso, ha tratado de politizar las comisiones falleras, y ahora las hermandades de semana santa, en una labor de agitación incesante, que recuerda, por su obscenidad, las actitudes de las jerarquías católicas españolas en tiempos mas oscuros y lóbregos.
Si la iglesia católica fuera, en nuestro tiempo, mas evangélica que jerárquica, como al parecer lo fue en sus orígenes, G.G. sería excomulgado de manera fulminante, por su falta de amor a su rebaño, por su dedicación exclusiva a trepar en la escala jerárquica, con un olvido flagrante de los principios que inspiraron el magisterio que tan mal representa.
Como se trata, actualmente, de una iglesia mas jerárquica que evangélica, G.G., junto a quienes le acompañan en este momento , Camino, Cañizares, Rouco, por citar a los mas representativos y que mas se prodigan en su actividad , se han ido convirtiendo en una pandilla de trepas, dedicada, con una agresividad inaudita, a hacer méritos en favor de su personal promoción jerárquica en la institución romana, y para ello no tienen ningún recato en invadir espacios que no les son propios, se niegan a respetar las leyes emanadas del parlamento y, para mayor escarnio, tratan de convertir las hermandades de Semana Santa en portavoces de su estrecha y reaccionaria concepción de la iglesia católica en España, en contra de los muchos cristianos de a pie que me consta que no la comparten.
El derecho a la libre expresión no se puede limitar a nadie, tampoco a la jerarquía católica en España, pero me parece de un cinismo excesivo que estos trepas, que solo buscan su propio interés personal, que, además, se nota que no son buenas personas, porque en caso de serlo se habrían quedado en su parroquia, ayudando a los feligreses, sin jorobar a nadie, hagan campañas para su propia promoción, buscando el favor del Vaticano, con dinero del Estado.
Ya está bien. ¿Para cuando la derogación de los flecos legales del viejo concordato firmado en tiempos gerracivilistas? Si hay que esperar a que estos impresentables alcancen, todos, el cardenalato, se vayan a Roma, y nos dejen en paz, nos gustaría saberlo. Que alguien lo aclare, por favor.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 24-03-09.
La jerarquía, según mi viejo diccionario enciclopédico Espasa, tiene su origen en el orden entre los diversos coros de los ángeles y los grados diversos de la Iglesia. Ese orden, de origen celestial, se ha extendido con el paso del tiempo a otras personas y cosas, y la palabra jerarca es un compuesto del griego hierós, santo, y de la acción de mandar, árcho.
El hecho de que una figura celestial en su origen, acabara simbolizada por un señor bajito con bigote, tripita y vara de mando, llevado bajo palio por la jerarquía católica de entonces, da una idea de lo poco que podemos confiar en la evolución histórica de la especie humana.
En mi familia nunca estuvo bien visto el orden jerárquico como un modo deseable de organización social, porque estuvo formada por unos cuantos anarquistas, unos de mayor renombre que otros, pero, al parecer, también hubo en ella algún cardenal, como demuestra un objeto conservado y trasmitido a las sucesivas generaciones, un marco redondo de plata y mosaico cerámico, con el emblema de las llaves de Pedro como remate.
Esa, tal vez dudosa, ascendencia eclesiástica no me autoriza por si sola a criticar a parte de la jerarquía católica actual, pero, como cualquier otra jerarquía, su intervención en la vida pública, sus opiniones y consejos, su ideología, en fin, profusamente transmitida a través de los medios de comunicación y de campañas de propaganda financiadas con dinero del Estado, legitiman el ejercicio crítico de sus actividades y mensajes, a cualquier ciudadano.
Vaya por delante que, siendo la jerarquía una forma institucional que aprendí a detestar desde muy joven, mi experiencia me indica que no todos los jerarcas son iguales. Tenemos ejemplos de conductas dignas, positivas, socialmente ejemplares, de jerarcas de la iglesia que han hecho compatible su función jerárquica, con el amor al prójimo y un sentimiento de bondad natural que han trasladado a su misión evangélica.
También hubo otros que pusieron sus habilidades políticas y diplomáticas, en tiempos difíciles, al servicio de la paz y la reconciliación. Estoy pensando en monseñor Tarancón, que propició la apertura de la iglesia a una sociedad en proceso de cambio, y en ese obispo, cuyo nombre lamento no recordar, que estos días ha ofrecido una décima parte de su salario para las personas mas directamente afectadas por la crisis económica en su diócesis, y ha exhortado a sus feligreses a que hagan lo mismo.
Por desgracia, la nómina de jerarcas católicos desviados de los principios evangélicos y mas atentos a fortalecer el poder y la influencia de la institución que los acoge, que a la preocupación por sus fieles, es, históricamente, mucho mas extensa, como cualquier historiador especializado en el papel de la Iglesia en la guerra civil española y en la dictadura que la prolongó bajo la ficción de una paz de cementerio, puede demostrar.
En Heliópolis, ahora mismo, tenemos un ejemplo del ejercicio desviado de la jerarquía católica, en la persona de García Gasco, ahora gratificado con el nombramiento de cardenal por sus servicios al papa mas reaccionario de los últimos decenios.
Este individuo, que dice apellidarse Gasco, parece que ha renunciado a la tilde de su segundo apellido, Gascó, es decir, Gascón, o sea catalán, lo que da una idea de su afición a renegar de los orígenes y de una cierta tendencia al travestismo, en el sentido del cambio de nombre al que tan proclives son los aspirantes a actores que quieren trepar en Hollywood.
Con la misma facilidad con la que parece haber cambiado el significado de su apellido, ha renegado de los principios del amor evangélico a los que está obligado por su condición, y se ha entregado a un apetito desmedido de poder temporal, del que son expresión, su aduladora intervención en la organización de la visita que nos hizo su Jefe, la residencia palaciega que ha mandado preparar para su retiro, la promoción de monumentos a la memoria de quienes ya estaban suficientemente honrados por el lado fascista de nuestra infausta contienda, el desprecio de las mismas demandas de reconocimiento de los que fueron vencidos, y no satisfecho con eso, ha tratado de politizar las comisiones falleras, y ahora las hermandades de semana santa, en una labor de agitación incesante, que recuerda, por su obscenidad, las actitudes de las jerarquías católicas españolas en tiempos mas oscuros y lóbregos.
Si la iglesia católica fuera, en nuestro tiempo, mas evangélica que jerárquica, como al parecer lo fue en sus orígenes, G.G. sería excomulgado de manera fulminante, por su falta de amor a su rebaño, por su dedicación exclusiva a trepar en la escala jerárquica, con un olvido flagrante de los principios que inspiraron el magisterio que tan mal representa.
Como se trata, actualmente, de una iglesia mas jerárquica que evangélica, G.G., junto a quienes le acompañan en este momento , Camino, Cañizares, Rouco, por citar a los mas representativos y que mas se prodigan en su actividad , se han ido convirtiendo en una pandilla de trepas, dedicada, con una agresividad inaudita, a hacer méritos en favor de su personal promoción jerárquica en la institución romana, y para ello no tienen ningún recato en invadir espacios que no les son propios, se niegan a respetar las leyes emanadas del parlamento y, para mayor escarnio, tratan de convertir las hermandades de Semana Santa en portavoces de su estrecha y reaccionaria concepción de la iglesia católica en España, en contra de los muchos cristianos de a pie que me consta que no la comparten.
El derecho a la libre expresión no se puede limitar a nadie, tampoco a la jerarquía católica en España, pero me parece de un cinismo excesivo que estos trepas, que solo buscan su propio interés personal, que, además, se nota que no son buenas personas, porque en caso de serlo se habrían quedado en su parroquia, ayudando a los feligreses, sin jorobar a nadie, hagan campañas para su propia promoción, buscando el favor del Vaticano, con dinero del Estado.
Ya está bien. ¿Para cuando la derogación de los flecos legales del viejo concordato firmado en tiempos gerracivilistas? Si hay que esperar a que estos impresentables alcancen, todos, el cardenalato, se vayan a Roma, y nos dejen en paz, nos gustaría saberlo. Que alguien lo aclare, por favor.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 24-03-09.
lunes, 23 de marzo de 2009
REINVENCIÓN
Estoy en la consulta del dentista, leyendo un diario conservador. Hay poco donde elegir. Entre la revista QUO, un compendio de basura psicológica neo conductista mal traducida del inglés y el diario local “Las Provincias”, me quedo con el diario local conservador.
¿Como se puede ser conservador en estos tiempos? ¿Como se puede apostar por conservar un sistema que ha demostrado ser nocivo para la salud del planeta y de sus habitantes, que ha chocado con sus límites y ya no puede continuar como hasta ahora?
Por otra parte, las etiquetas de conservador y progresista que hasta ahora marcaban mayoritariamente nuestra apariencia externa, después de tanto lavado, están tan desgastadas por el mal uso que se ha hecho de ellas que tal vez solo sirvan ya para vestir unos presupuestos elaborados por las fuerzas políticas que aún se identifican así, y que en su cuantía y composición todavía reflejan unas ciertas diferencias cosméticas, orientadas a quienes todavía depositan su voto por motivos ideológicos, o por pereza intelectual.
En mi opinión, cada vez tiene menos vigencia declararse conservador o progresista, lo que el mundo necesita de nosotros es que nos declaremos innovadores. Hace falta que nos reinventemos.
Nos hace falta a nosotros y a nuestro gastado entorno. Lo que nos están vendiendo como “La Crisis”, una situación excepcional, única y superable, tras la que volveremos a recuperar unas formas de vida vinculadas al sistema que unos pretenden conservar y otros hacer progresar, es solo un episodio de algo mas profundo.
Desde la lucidez que de vez en cuando nos visita a quienes, como yo, somos algo diferentes, por la tendencia a la bipolaridad, y con la abundante información de la que todos disponemos sobre lo que ha pasado y lo que esta sucediendo ahora mismo, cualquiera, con un mínimo esfuerzo de reflexión, podrá percibir que a la vuelta de la esquina de la tan traída y llevada crisis que, insisto, es solo un episodio, nos espera otra sacudida gruesa, la crisis energética que aflorará en cuanto las economías intenten moverse de nuevo hacia la expansión ilimitada, y tropiecen con la falta de recursos energéticos, derivada, de un lado, del abandono de las inversiones en nuevos yacimientos, efecto de los bajos precios energéticos actuales, y de otro, por la incapacidad de las reservas mundiales para sostener el ritmo de crecimiento anterior a la crisis, que todos los políticos prometen que alcanzaremos en un plazo relativamente corto.
Hemos de hacernos a la idea de que estamos en el umbral de unas nuevas formas de civilización, de distintas relaciones entre los hombres y el medio que habitan y ese umbral, de momento, está definido sobre todo por la incertidumbre. En una situación así, que los políticos a nivel mundial no se atreven a reconocer, menos aún a comunicarla francamente a sus electores, enmerdados como están en el corto plazo, lo que es coherente con sus motivaciones e intereses, pero no con la necesidad de ver el horizonte con miras mas amplias y realistas, todos estamos obligados a reinventarnos, cada uno, desde la dialéctica que define su situación, su entorno, y su capacidad de situarse frente a un futuro de incertidumbre generalizada.
Los hombres no son iguales, se supone que tienen iguales derechos y obligaciones establecidos por las cartas que tratan de regularlos para una convivencia ordenada y civilizada, pero son radicalmente distintos en su individualidad, los hay jóvenes, maduros, viejos, algunos son mas fuertes, otros mas frágiles, los hay relativamente sanos y moderada o gravemente enfermos, sus grados de instrucción son muy variados, su situación económica distinta, y su mentalidad no es igual, modelada por la experiencia, los mensajes que reciben y su peculiar capacidad o esfuerzo intelectual para interpretarlos de un modo crítico o interiorizarlos con mayor o menor sumisión.
Este conjunto de caracteres que acompaña la condición humana, determina su diversidad, con independencia de que nos comportemos, según el grupo al que pertenecemos, con una cierta homogeneidad en nuestras preferencias políticas, lo que los políticos reconocen y alientan para la defensa de sus propios intereses. Esa diversidad indica que nuestro esfuerzo de reinvención, de adaptación a lo que cada día se revela con mayor fuerza como un cambio de civilización al que, probablemente, estamos abocados, será distinto según sea el grupo social al que pertenecemos.
El diario conservador con el que he distraído mi espera en el dentista afirma que en lo que he dado en llamar Heliópolis, la comunidad valenciana, hay nada menos que un ejército pasivo de ochocientos mil individuos, es decir, que un dieciséis por ciento de la población, según el último cálculo del I.N.E. en 2.008, entre los que me cuento, ha cumplido ya los sesenta y cinco años y está separado de la vida laboral activa.
Si añadimos a esa cifra la población de menor edad pero que ya está prejubilada, los desempleados, registrados o no, los sin papeles, los menores que aún no están en edad de trabajar, las personas que permanecen en las economías domésticas sin participar del mercado laboral, es evidente que la cifra de 800.000 aumenta considerablemente.
Si consultamos las cifras de población a nivel nacional, resulta que de una población total de 46 millones de habitantes, (2.008), veintitrés millones son población activa, lo que nos da una tasa de ocupación de la población del 50%. Es decir, de cada dos españolitos, uno está excluido, por diferentes razones, del mercado laboral.
Este fárrago de cifras viene a confirmar que nos hemos de reinventar, si, pero no todos los grupos de población están situados de la misma manera para intentarlo. Nosotros, los viejos, estamos condenados a hacerlo de distinta manera. Somos, además de una población separada de la vida laboral activa, una fuente cada vez mas importante de ingresos, por nuestro número creciente, no por nuestros niveles de rentas, para determinados sectores económicos.
Nuestro futuro mas inmediato está vinculado al uso cada vez mas intensivo de servicios asistenciales, residencias, uso de prótesis dentales, de toda la parafernalia que ofrecen los ortopedistas, y en el futuro, tal vez, de la prolongación de partes de nuestro cuerpo sustituidas por ingenios derivados de la investigación en biomecatrónica, (página del mismo nombre). En suma, nuestro necesario proceso de reinvención civilizadora, común a toda la población, se caracteriza, además, por la necesaria reconstrucción física inducida por la coincidencia de la decadencia de la edad y las crecientes tasas de longevidad que han crecido de modo espectacular en los últimos decenios.
En mi caso particular, ese proceso de reinvención pasa, en primer lugar, por dejar de fumar. Me lo ha dicho mi odontóloga. Mi cavidad bucal, mi sistema buco dental está francamente obsoleto y necesito reinventarlo, pero ninguna técnica quirúrgica podrá dejarme en condiciones si no dejo el tabaco, que no es la única causa de mi deterioro, pero tiene peso suficiente para neutralizar cualquier acción curativa de una parte tan sensible de mi cuerpo como es la boca, que todavía tengo aspiraciones de seguir utilizando con fines poco correctos.
Mi dilema personal en este asunto de la reinvención es bastante modesto, en comparación con la innovación de los modos de civilización que planteaba al principio, pero es lo que hay. Si no se que hacer con mis viejos hábitos, dejarlos o no, si no me decido por cuidar, o no, mi propia salud, no estoy en condiciones de fijarme mayores metas, por ahora.
Tengo sobre la mesa del ordenador un sugerente folleto. ¿Quiere dejar de fumar? Sin sufrimiento. Con comodidad. Definitivamente. ¿En 5 semanas?. Y un número de teléfono, que no voy a citar, para que no saquen conclusiones de que esto es publicidad encubierta. Cualquiera de ustedes tiene acceso a una información parecida, no lo necesitan. De lo que se trata es de dejar constancia de que todos, cada uno de nosotros, de cualquier grupo social, tiene ante si un dilema ineludible.
Reinventarse? O nos reinventamos, cada uno desde sus limitaciones, desde la dialéctica de su situación, o alguien lo hará por nosotros. Dejar de fumar, es una forma de reinvención? ¿Contribuye en algo a la necesario renovación de nuestros modos de vida, vistos en un contexto mas amplio?
No se. Al menos, una modesta reinvención de esta naturaleza, puede contribuir a disminuir el gasto sanitario, y liberar recursos para otras reinvenciones mas ambiciosas. Además, los chinos dicen que dar el primer paso es el único modo de iniciar un camino (nuevo). Pues eso.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 23-03-09.
¿Como se puede ser conservador en estos tiempos? ¿Como se puede apostar por conservar un sistema que ha demostrado ser nocivo para la salud del planeta y de sus habitantes, que ha chocado con sus límites y ya no puede continuar como hasta ahora?
Por otra parte, las etiquetas de conservador y progresista que hasta ahora marcaban mayoritariamente nuestra apariencia externa, después de tanto lavado, están tan desgastadas por el mal uso que se ha hecho de ellas que tal vez solo sirvan ya para vestir unos presupuestos elaborados por las fuerzas políticas que aún se identifican así, y que en su cuantía y composición todavía reflejan unas ciertas diferencias cosméticas, orientadas a quienes todavía depositan su voto por motivos ideológicos, o por pereza intelectual.
En mi opinión, cada vez tiene menos vigencia declararse conservador o progresista, lo que el mundo necesita de nosotros es que nos declaremos innovadores. Hace falta que nos reinventemos.
Nos hace falta a nosotros y a nuestro gastado entorno. Lo que nos están vendiendo como “La Crisis”, una situación excepcional, única y superable, tras la que volveremos a recuperar unas formas de vida vinculadas al sistema que unos pretenden conservar y otros hacer progresar, es solo un episodio de algo mas profundo.
Desde la lucidez que de vez en cuando nos visita a quienes, como yo, somos algo diferentes, por la tendencia a la bipolaridad, y con la abundante información de la que todos disponemos sobre lo que ha pasado y lo que esta sucediendo ahora mismo, cualquiera, con un mínimo esfuerzo de reflexión, podrá percibir que a la vuelta de la esquina de la tan traída y llevada crisis que, insisto, es solo un episodio, nos espera otra sacudida gruesa, la crisis energética que aflorará en cuanto las economías intenten moverse de nuevo hacia la expansión ilimitada, y tropiecen con la falta de recursos energéticos, derivada, de un lado, del abandono de las inversiones en nuevos yacimientos, efecto de los bajos precios energéticos actuales, y de otro, por la incapacidad de las reservas mundiales para sostener el ritmo de crecimiento anterior a la crisis, que todos los políticos prometen que alcanzaremos en un plazo relativamente corto.
Hemos de hacernos a la idea de que estamos en el umbral de unas nuevas formas de civilización, de distintas relaciones entre los hombres y el medio que habitan y ese umbral, de momento, está definido sobre todo por la incertidumbre. En una situación así, que los políticos a nivel mundial no se atreven a reconocer, menos aún a comunicarla francamente a sus electores, enmerdados como están en el corto plazo, lo que es coherente con sus motivaciones e intereses, pero no con la necesidad de ver el horizonte con miras mas amplias y realistas, todos estamos obligados a reinventarnos, cada uno, desde la dialéctica que define su situación, su entorno, y su capacidad de situarse frente a un futuro de incertidumbre generalizada.
Los hombres no son iguales, se supone que tienen iguales derechos y obligaciones establecidos por las cartas que tratan de regularlos para una convivencia ordenada y civilizada, pero son radicalmente distintos en su individualidad, los hay jóvenes, maduros, viejos, algunos son mas fuertes, otros mas frágiles, los hay relativamente sanos y moderada o gravemente enfermos, sus grados de instrucción son muy variados, su situación económica distinta, y su mentalidad no es igual, modelada por la experiencia, los mensajes que reciben y su peculiar capacidad o esfuerzo intelectual para interpretarlos de un modo crítico o interiorizarlos con mayor o menor sumisión.
Este conjunto de caracteres que acompaña la condición humana, determina su diversidad, con independencia de que nos comportemos, según el grupo al que pertenecemos, con una cierta homogeneidad en nuestras preferencias políticas, lo que los políticos reconocen y alientan para la defensa de sus propios intereses. Esa diversidad indica que nuestro esfuerzo de reinvención, de adaptación a lo que cada día se revela con mayor fuerza como un cambio de civilización al que, probablemente, estamos abocados, será distinto según sea el grupo social al que pertenecemos.
El diario conservador con el que he distraído mi espera en el dentista afirma que en lo que he dado en llamar Heliópolis, la comunidad valenciana, hay nada menos que un ejército pasivo de ochocientos mil individuos, es decir, que un dieciséis por ciento de la población, según el último cálculo del I.N.E. en 2.008, entre los que me cuento, ha cumplido ya los sesenta y cinco años y está separado de la vida laboral activa.
Si añadimos a esa cifra la población de menor edad pero que ya está prejubilada, los desempleados, registrados o no, los sin papeles, los menores que aún no están en edad de trabajar, las personas que permanecen en las economías domésticas sin participar del mercado laboral, es evidente que la cifra de 800.000 aumenta considerablemente.
Si consultamos las cifras de población a nivel nacional, resulta que de una población total de 46 millones de habitantes, (2.008), veintitrés millones son población activa, lo que nos da una tasa de ocupación de la población del 50%. Es decir, de cada dos españolitos, uno está excluido, por diferentes razones, del mercado laboral.
Este fárrago de cifras viene a confirmar que nos hemos de reinventar, si, pero no todos los grupos de población están situados de la misma manera para intentarlo. Nosotros, los viejos, estamos condenados a hacerlo de distinta manera. Somos, además de una población separada de la vida laboral activa, una fuente cada vez mas importante de ingresos, por nuestro número creciente, no por nuestros niveles de rentas, para determinados sectores económicos.
Nuestro futuro mas inmediato está vinculado al uso cada vez mas intensivo de servicios asistenciales, residencias, uso de prótesis dentales, de toda la parafernalia que ofrecen los ortopedistas, y en el futuro, tal vez, de la prolongación de partes de nuestro cuerpo sustituidas por ingenios derivados de la investigación en biomecatrónica, (página del mismo nombre). En suma, nuestro necesario proceso de reinvención civilizadora, común a toda la población, se caracteriza, además, por la necesaria reconstrucción física inducida por la coincidencia de la decadencia de la edad y las crecientes tasas de longevidad que han crecido de modo espectacular en los últimos decenios.
En mi caso particular, ese proceso de reinvención pasa, en primer lugar, por dejar de fumar. Me lo ha dicho mi odontóloga. Mi cavidad bucal, mi sistema buco dental está francamente obsoleto y necesito reinventarlo, pero ninguna técnica quirúrgica podrá dejarme en condiciones si no dejo el tabaco, que no es la única causa de mi deterioro, pero tiene peso suficiente para neutralizar cualquier acción curativa de una parte tan sensible de mi cuerpo como es la boca, que todavía tengo aspiraciones de seguir utilizando con fines poco correctos.
Mi dilema personal en este asunto de la reinvención es bastante modesto, en comparación con la innovación de los modos de civilización que planteaba al principio, pero es lo que hay. Si no se que hacer con mis viejos hábitos, dejarlos o no, si no me decido por cuidar, o no, mi propia salud, no estoy en condiciones de fijarme mayores metas, por ahora.
Tengo sobre la mesa del ordenador un sugerente folleto. ¿Quiere dejar de fumar? Sin sufrimiento. Con comodidad. Definitivamente. ¿En 5 semanas?. Y un número de teléfono, que no voy a citar, para que no saquen conclusiones de que esto es publicidad encubierta. Cualquiera de ustedes tiene acceso a una información parecida, no lo necesitan. De lo que se trata es de dejar constancia de que todos, cada uno de nosotros, de cualquier grupo social, tiene ante si un dilema ineludible.
Reinventarse? O nos reinventamos, cada uno desde sus limitaciones, desde la dialéctica de su situación, o alguien lo hará por nosotros. Dejar de fumar, es una forma de reinvención? ¿Contribuye en algo a la necesario renovación de nuestros modos de vida, vistos en un contexto mas amplio?
No se. Al menos, una modesta reinvención de esta naturaleza, puede contribuir a disminuir el gasto sanitario, y liberar recursos para otras reinvenciones mas ambiciosas. Además, los chinos dicen que dar el primer paso es el único modo de iniciar un camino (nuevo). Pues eso.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 23-03-09.
domingo, 22 de marzo de 2009
VIAJE A LISBOA
En un cuaderno escolar encontrado en una vieja caja de cartón, aparecen las notas de un viaje a Lisboa realizado en fecha indeterminada. Como he perdido el Blog, extraviado por una operación incorrecta la última vez que accedí a el, entretengo el ocio con el relato de ese viaje, que publicaré en el Blog cuando lo haya recuperado, por si fuera de interés para los usuarios que piensen visitar esa mítica ciudad.
Antes de iniciar el viaje, me comunicaron desde la central del grupo de empresas dedicadas a la electrónica industrial para el que trabajaba por entonces, que no iban a renovar mi contrato. No me sorprendió, porque cuando me contrataron, cuatro años antes, yo ya sabía que no iba a permanecer en ese empleo mas allá de ese horizonte temporal. Cuando le dije a mi jefe de Madrid, --Mándame el finiquito enseguida, que me voy de viaje a Lisboa, y no quiero dejar nada pendiente-- se sorprendió y antes de mi partida me mandó a los auditores, porque en esa empresa todos vivían acojonados y no entendían que uno se pusiera contento cuando lo despedían. Cumplido el trámite de la auditoria, cuyos resultados demostraron que mi contento por marcharme no se debía a que hubiera cometido una malversación de fondos y pensara fugarme con el botín, pillé la pasta del finiquito y tomé, junto a mi mujer y mis amigos, el Lusitania Exprés.
“Entramos en el Alentejo, dejamos atrás Evora y a medida que nos aproximamos a la costa, una bruma atlántica cubre de gris los verdes campos cubiertos de alcornocales entre los que pastan las ovejas. Los sonidos rurales se rompen con el fragor de la locomotora del Lusitania Exprés y, en la lejanía, el eco del ladrido nervioso de un perro que conduce el rebaño, es el primer saludo que nos da la bienvenida a las tierras lisboetas.
Cerca de Palmela, dejamos el expreso para alquilar un coche y entrar en Lisboa por la autopista del sur. No queremos perdernos la experiencia de cruzar por primera vez la ría del Tajo cabalgando sobre el puente colgante y contemplar la ciudad extendida sobre la ribera, desde Belém hasta Alfama, como una mujer dormida, ajena al caos urbano que se cierne s sus espaldas, al otro lado de las colinas que dominan la ría.
En la ladera mas occidental de la colina, se asientan las favelas con sus casas multicolores de madera y cartón, mientras en la lejanía asoma la verticalidad funcional de las torres del centro comercial y financiero, con sus fachadas grises y negras brillando al sol de la tarde. Algunas cigüeñas se asientan en las cúpulas de las torres de los palacios decimonónicos, del Panteón y de las Iglesias de los barrios mas elevados de la ciudad.
En el lado oriental de la ciudad, la luz de la tarde ilumina la aglomeración ocre de la parte alta de Alfama, cuyas callejas se acumulan hasta las proximidades del Puerto, en un laberinto de casas maltratadas por la herrumbre que muestran una apariencia trasteverina, pero el sol que dora sus fachadas le da al barrio un aire florentino, porque el sol sale para todos y su pátina dorada es generosa y no distingue entre ricos y pobres.
Está próxima la hora de comienzo del partido y algo mas de la mitad de los portugueses aficionados al fútbol intentan cruzar el puente al mismo tiempo que nosotros, para ver jugar al Benfica frente al Milán, porque precisamente ahora, cuando llegamos nosotros, están a punto de disputarse los cuartos de final de la copa europea de fútbol.
En el peaje, el atasco alcanza proporciones olímpicas y después de una hora de espera, conseguimos cruzar el Tajo y luego de un buen rato llegamos a la Plaza del Marqués de Pombal. El Hotel en el que nos alojaremos en nuestra breve estancia en Lisboa es el Holiday Inn, en la avenida de Antonio Almeida, cerca de Plaza Saldanha. Llevamos unos bonos de hotel sobrados de un viaje anterior, y esa es la razón por la que hemos elegido el Holiday, que está en la lista que nos permite pernoctar allí con esos bonos.
Como unos pardillos, en lugar de dirigirnos a Saldanha, preguntamos por el hotel a un guardia local quien, en un esfuerzo de atención, con la característica cortesía portuguesa, pregunta a un compañero, quien a su vez, nos envía en dirección contraria, cerca del Aeropuerto, porque allí hay otro hotel Holiday Inn, pero no es el nuestro.
Aclarado el error, deshacemos el camino desde el Aeropuerto hasta Saldanha y una vez instalados en el hotel, después de una ducha rápida, nos cambiamos y bajamos, impacientes, a conocer Lisboa.
Hay dos Lisboas. La que quedó destruida y enterrada entre las fisuras que provocó el terremoto de 1.755, y la que el Marqués de Pombal reedificó sobre aquellas ruinas, con gran provecho para su bolsillo, en una operación especulativa de una dimensión tan enorme, que deja pequeñas las aventuras inmobiliarias acaecidas en el suelo ibérico en los últimos años. Cuando visitamos la Catedral, comprobamos que era un rara síntesis de esas dos ciudades, pues en ella subsiste aún el testimonio arquitectónico de aquella gran catástrofe, junto con las parsimoniosas obras nuevas que se han dedicado a su restauración.
La Plaza del Rossío es un espacio de la ciudad cercano al puerto, que tiene la rara virtud de hacer que te sientas tan a gusto en su entorno, que no puedes evitar dejar morir allí dos horas. Sentados junto a un velador, mientras nos dedicamos a contemplar como transcurre la vida lisboeta, la cercana figura de bronce, tan literaria, de Pessoa, monta su guardia en el lugar que tantas veces frecuentó mientras rellenaba sus cuartillas que luego sirvieron para componer su “Libro del desasosiego”.
Mientras tomamos un daiquiri, planeamos las etapas de este breve viaje urbano. Visitaremos Alfama y El Chiado, vagabundearemos por el puerto, comeremos bacalao dourado en alguna de esas tabernas marineras que exponen los bacalaos en los escaparates. Dedicaremos un tiempo a los monumentos lisboetas, habitados por esa cerámica azul tan característica, y nos acercaremos hasta Cascaes, Estoril y Sintra.
En Lisboa, el tiempo transcurre de una manera distinta a como lo hace en otros lugares.
Paseas por su centro comercial y financiero y te sorprende ver tras las lunas de los escaparates, expuesto como si fuera un modelo de alta costura, con toda clase de artificios decorativos, el rey de la gastronomía portuguesa, el bacalao. Nada que ver con las tabernas cutres de Alfama, donde ese pescado aparece del modo mas humilde que se pueda imaginar. No tiene nada de raro que un país abierto al mar haya hecho de ese pescado el rey de su jerarquía gastronómica, y que aparezca, omnipresente, en todos los barrios, en Alfama , en el Chiado, en las boutiques mas chics y en los tugurios mas cutres. Mas raro es que, en Calatayud, una ciudad interior de Aragón, el congrio seco esté presente, colgado a la vista del público, en todos los comercios de alimentación del lugar.
Para mi mala fortuna, el día en que decidí probar el bacalao dourado en un restaurante lisboeta, me excedí en la cantidad, y esa amalgama de bacalao desmigado, huevos y aceite, me produjo tal diarrea que al día siguiente de haberlo ingerido no pude salir del hotel, porque mi maltrecho estado intestinal me lo impidió de manera recurrente, cada vez que lo intenté.
Cuando por fin pudimos dejar la habitación y nos marchamos a Sintra, después de visitar el palacio de la peña, una recaída en mis espasmos intestinales me obligó a dejar huella de mi paso, sin tiempo para encontrar un lugar mas adecuado, tras un seto del hermoso jardín que rodea el palacio, que dicen que sirvió de modelo al que Disney recreó en su primer parque temático. El interior del palacio está decorado como si su dueño, un aristócrata portugués de carrillos colorados, fuera a llegar de un momento a otro. La mesa puesta, con su vajilla de porcelana, su cubertería de plata y su cristalería checa. Las camas de las habitaciones principescas estaban preparadas, aunque la amiga que nos acompañaba se negó a probar conmigo si el colchón era bastante mullido, ante la mirada de desaprobación del empleado que nos vigilaba, vestido como si fuera un almirante de la armada portuguesa. La arquitectura palaciega de Sintra es un capricho de rico, un recinto regio de cuento de hadas que casa poco con el aire vulgar y rural de su dueño.
De Sintra nos trasladamos a Estoril, ese lugar tan visitado por los reyes en el exilio. No jugamos en el casino. A la vuelta, nos detuvimos en Cascaes, una localidad turística cercana a Lisboa, donde tomamos una cerveza en un bar, a un precio exorbitante, pero, eso si, nos regalaron unos ceniceros de cerámica, incluidos en el astronómico precio. Dicen que Portugal es barato, puede que lo sea en algunos lugares, pero en Cascaes, esa afirmación es mas bien un mito. En Lisboa cenamos muy bien a un precio razonable, en una tabernita cercana al hotel.
Dedicamos la mañana del día siguiente a pasear por el Chiado, subir en su famoso elevador, tomar el tranvía para visitar el Panteón, callejear por Alfama, dar un vistazo a las calles peatonales cercanas al puerto y recalar de nuevo en la plaza del Rossío, el lugar en el que mas a gusto me he encontrado, de cualquiera de los sitios que he visitado en mi relativamente variada experiencia viajera. No se lo pierdan.
Lisboa es, entre otras cosas, una populosa ciudad cuyo distrito albergaba dos millones de habitantes
cuando la visitamos. Su carácter de ciudad imperial marítima aún conserva la monumentalidad característica de los países que han tenido ambiciones imperiales y han dominado extensos y lejanos territorios. La influencia inglesa está muy presente en esta ciudad, en sus horarios, en sus comercios, porque, probablemente, la vecindad del poder español siempre ha creado desconfianza entre los portugueses, que han buscado sus alianzas y sus influencias culturales en otra parte.
La vuelta la haremos en coche, en un Rover 620 que nos han prestado y al pasar por Cáceres, nos detendremos para comprar una torta del Casar y unas criadillas de la huerta, conoceremos su bien conservado centro histórico, después visitaremos Mérida y su museo, que contiene la mas completa colección de mosaicos romanos, pararemos en Tordesillas y, probablemente, mientras tomamos un café en su plaza mayor, acudirá a nuestro ánimo un hondo sentimiento de nostalgia por haber estado en Lisboa y no haber permanecido allí mas tiempo, pues es una de esas ciudades de fuerte personalidad, edificada a diferentes niveles, con una variedad urbana y paisajistica muy notable y al mismo tiempo con un ambiente tan interesante, unas gentes tan amables, y unas plazas tan tranquilas y al mismo tiempo tan cosmopolitas, que el tiempo del viaje transcurre aquí de una manera distinta a como lo hace en otros lugares.
Cumplido el programa de la parte portuguesa de nuestro breve viaje, Lisboa, Cascaes, Estoril y Sintra, montamos en el flamante Rover 620 que nos han prestado y nos encaminamos hacia Cáceres, para visitar, sobre todo, su centro histórico. Pero, esa, es otra historia.”
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 22-03-09.
Antes de iniciar el viaje, me comunicaron desde la central del grupo de empresas dedicadas a la electrónica industrial para el que trabajaba por entonces, que no iban a renovar mi contrato. No me sorprendió, porque cuando me contrataron, cuatro años antes, yo ya sabía que no iba a permanecer en ese empleo mas allá de ese horizonte temporal. Cuando le dije a mi jefe de Madrid, --Mándame el finiquito enseguida, que me voy de viaje a Lisboa, y no quiero dejar nada pendiente-- se sorprendió y antes de mi partida me mandó a los auditores, porque en esa empresa todos vivían acojonados y no entendían que uno se pusiera contento cuando lo despedían. Cumplido el trámite de la auditoria, cuyos resultados demostraron que mi contento por marcharme no se debía a que hubiera cometido una malversación de fondos y pensara fugarme con el botín, pillé la pasta del finiquito y tomé, junto a mi mujer y mis amigos, el Lusitania Exprés.
“Entramos en el Alentejo, dejamos atrás Evora y a medida que nos aproximamos a la costa, una bruma atlántica cubre de gris los verdes campos cubiertos de alcornocales entre los que pastan las ovejas. Los sonidos rurales se rompen con el fragor de la locomotora del Lusitania Exprés y, en la lejanía, el eco del ladrido nervioso de un perro que conduce el rebaño, es el primer saludo que nos da la bienvenida a las tierras lisboetas.
Cerca de Palmela, dejamos el expreso para alquilar un coche y entrar en Lisboa por la autopista del sur. No queremos perdernos la experiencia de cruzar por primera vez la ría del Tajo cabalgando sobre el puente colgante y contemplar la ciudad extendida sobre la ribera, desde Belém hasta Alfama, como una mujer dormida, ajena al caos urbano que se cierne s sus espaldas, al otro lado de las colinas que dominan la ría.
En la ladera mas occidental de la colina, se asientan las favelas con sus casas multicolores de madera y cartón, mientras en la lejanía asoma la verticalidad funcional de las torres del centro comercial y financiero, con sus fachadas grises y negras brillando al sol de la tarde. Algunas cigüeñas se asientan en las cúpulas de las torres de los palacios decimonónicos, del Panteón y de las Iglesias de los barrios mas elevados de la ciudad.
En el lado oriental de la ciudad, la luz de la tarde ilumina la aglomeración ocre de la parte alta de Alfama, cuyas callejas se acumulan hasta las proximidades del Puerto, en un laberinto de casas maltratadas por la herrumbre que muestran una apariencia trasteverina, pero el sol que dora sus fachadas le da al barrio un aire florentino, porque el sol sale para todos y su pátina dorada es generosa y no distingue entre ricos y pobres.
Está próxima la hora de comienzo del partido y algo mas de la mitad de los portugueses aficionados al fútbol intentan cruzar el puente al mismo tiempo que nosotros, para ver jugar al Benfica frente al Milán, porque precisamente ahora, cuando llegamos nosotros, están a punto de disputarse los cuartos de final de la copa europea de fútbol.
En el peaje, el atasco alcanza proporciones olímpicas y después de una hora de espera, conseguimos cruzar el Tajo y luego de un buen rato llegamos a la Plaza del Marqués de Pombal. El Hotel en el que nos alojaremos en nuestra breve estancia en Lisboa es el Holiday Inn, en la avenida de Antonio Almeida, cerca de Plaza Saldanha. Llevamos unos bonos de hotel sobrados de un viaje anterior, y esa es la razón por la que hemos elegido el Holiday, que está en la lista que nos permite pernoctar allí con esos bonos.
Como unos pardillos, en lugar de dirigirnos a Saldanha, preguntamos por el hotel a un guardia local quien, en un esfuerzo de atención, con la característica cortesía portuguesa, pregunta a un compañero, quien a su vez, nos envía en dirección contraria, cerca del Aeropuerto, porque allí hay otro hotel Holiday Inn, pero no es el nuestro.
Aclarado el error, deshacemos el camino desde el Aeropuerto hasta Saldanha y una vez instalados en el hotel, después de una ducha rápida, nos cambiamos y bajamos, impacientes, a conocer Lisboa.
Hay dos Lisboas. La que quedó destruida y enterrada entre las fisuras que provocó el terremoto de 1.755, y la que el Marqués de Pombal reedificó sobre aquellas ruinas, con gran provecho para su bolsillo, en una operación especulativa de una dimensión tan enorme, que deja pequeñas las aventuras inmobiliarias acaecidas en el suelo ibérico en los últimos años. Cuando visitamos la Catedral, comprobamos que era un rara síntesis de esas dos ciudades, pues en ella subsiste aún el testimonio arquitectónico de aquella gran catástrofe, junto con las parsimoniosas obras nuevas que se han dedicado a su restauración.
La Plaza del Rossío es un espacio de la ciudad cercano al puerto, que tiene la rara virtud de hacer que te sientas tan a gusto en su entorno, que no puedes evitar dejar morir allí dos horas. Sentados junto a un velador, mientras nos dedicamos a contemplar como transcurre la vida lisboeta, la cercana figura de bronce, tan literaria, de Pessoa, monta su guardia en el lugar que tantas veces frecuentó mientras rellenaba sus cuartillas que luego sirvieron para componer su “Libro del desasosiego”.
Mientras tomamos un daiquiri, planeamos las etapas de este breve viaje urbano. Visitaremos Alfama y El Chiado, vagabundearemos por el puerto, comeremos bacalao dourado en alguna de esas tabernas marineras que exponen los bacalaos en los escaparates. Dedicaremos un tiempo a los monumentos lisboetas, habitados por esa cerámica azul tan característica, y nos acercaremos hasta Cascaes, Estoril y Sintra.
En Lisboa, el tiempo transcurre de una manera distinta a como lo hace en otros lugares.
Paseas por su centro comercial y financiero y te sorprende ver tras las lunas de los escaparates, expuesto como si fuera un modelo de alta costura, con toda clase de artificios decorativos, el rey de la gastronomía portuguesa, el bacalao. Nada que ver con las tabernas cutres de Alfama, donde ese pescado aparece del modo mas humilde que se pueda imaginar. No tiene nada de raro que un país abierto al mar haya hecho de ese pescado el rey de su jerarquía gastronómica, y que aparezca, omnipresente, en todos los barrios, en Alfama , en el Chiado, en las boutiques mas chics y en los tugurios mas cutres. Mas raro es que, en Calatayud, una ciudad interior de Aragón, el congrio seco esté presente, colgado a la vista del público, en todos los comercios de alimentación del lugar.
Para mi mala fortuna, el día en que decidí probar el bacalao dourado en un restaurante lisboeta, me excedí en la cantidad, y esa amalgama de bacalao desmigado, huevos y aceite, me produjo tal diarrea que al día siguiente de haberlo ingerido no pude salir del hotel, porque mi maltrecho estado intestinal me lo impidió de manera recurrente, cada vez que lo intenté.
Cuando por fin pudimos dejar la habitación y nos marchamos a Sintra, después de visitar el palacio de la peña, una recaída en mis espasmos intestinales me obligó a dejar huella de mi paso, sin tiempo para encontrar un lugar mas adecuado, tras un seto del hermoso jardín que rodea el palacio, que dicen que sirvió de modelo al que Disney recreó en su primer parque temático. El interior del palacio está decorado como si su dueño, un aristócrata portugués de carrillos colorados, fuera a llegar de un momento a otro. La mesa puesta, con su vajilla de porcelana, su cubertería de plata y su cristalería checa. Las camas de las habitaciones principescas estaban preparadas, aunque la amiga que nos acompañaba se negó a probar conmigo si el colchón era bastante mullido, ante la mirada de desaprobación del empleado que nos vigilaba, vestido como si fuera un almirante de la armada portuguesa. La arquitectura palaciega de Sintra es un capricho de rico, un recinto regio de cuento de hadas que casa poco con el aire vulgar y rural de su dueño.
De Sintra nos trasladamos a Estoril, ese lugar tan visitado por los reyes en el exilio. No jugamos en el casino. A la vuelta, nos detuvimos en Cascaes, una localidad turística cercana a Lisboa, donde tomamos una cerveza en un bar, a un precio exorbitante, pero, eso si, nos regalaron unos ceniceros de cerámica, incluidos en el astronómico precio. Dicen que Portugal es barato, puede que lo sea en algunos lugares, pero en Cascaes, esa afirmación es mas bien un mito. En Lisboa cenamos muy bien a un precio razonable, en una tabernita cercana al hotel.
Dedicamos la mañana del día siguiente a pasear por el Chiado, subir en su famoso elevador, tomar el tranvía para visitar el Panteón, callejear por Alfama, dar un vistazo a las calles peatonales cercanas al puerto y recalar de nuevo en la plaza del Rossío, el lugar en el que mas a gusto me he encontrado, de cualquiera de los sitios que he visitado en mi relativamente variada experiencia viajera. No se lo pierdan.
Lisboa es, entre otras cosas, una populosa ciudad cuyo distrito albergaba dos millones de habitantes
cuando la visitamos. Su carácter de ciudad imperial marítima aún conserva la monumentalidad característica de los países que han tenido ambiciones imperiales y han dominado extensos y lejanos territorios. La influencia inglesa está muy presente en esta ciudad, en sus horarios, en sus comercios, porque, probablemente, la vecindad del poder español siempre ha creado desconfianza entre los portugueses, que han buscado sus alianzas y sus influencias culturales en otra parte.
La vuelta la haremos en coche, en un Rover 620 que nos han prestado y al pasar por Cáceres, nos detendremos para comprar una torta del Casar y unas criadillas de la huerta, conoceremos su bien conservado centro histórico, después visitaremos Mérida y su museo, que contiene la mas completa colección de mosaicos romanos, pararemos en Tordesillas y, probablemente, mientras tomamos un café en su plaza mayor, acudirá a nuestro ánimo un hondo sentimiento de nostalgia por haber estado en Lisboa y no haber permanecido allí mas tiempo, pues es una de esas ciudades de fuerte personalidad, edificada a diferentes niveles, con una variedad urbana y paisajistica muy notable y al mismo tiempo con un ambiente tan interesante, unas gentes tan amables, y unas plazas tan tranquilas y al mismo tiempo tan cosmopolitas, que el tiempo del viaje transcurre aquí de una manera distinta a como lo hace en otros lugares.
Cumplido el programa de la parte portuguesa de nuestro breve viaje, Lisboa, Cascaes, Estoril y Sintra, montamos en el flamante Rover 620 que nos han prestado y nos encaminamos hacia Cáceres, para visitar, sobre todo, su centro histórico. Pero, esa, es otra historia.”
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 22-03-09.
AVISOS Y ESPANTADAS
Un error operativo, debido a mis escasos conocimientos de informática, ha dejado el Blog sin operar desde la entrada anterior “Las Fallas” del 17 de Marzo. Como las compañías de navegación aérea cuando suspenden sus vuelos por razones técnicas, pido disculpas a los usuarios del Blog, pero no pienso invitar a nadie a cenar para resarcirlo, ni devolverle el importe del billete.
Resuelto por mi asesor informático ese problema técnico, me dispongo a reanudar las entradas, y lo hago con la crónica de un viaje a Lisboa, realizado en fecha indeterminada, cuyo relato he recreado estos días, y que espero que le sirva a alguien interesado en viajar a esa ciudad.
Un saludo cibernauta.
LOHENGRIN. CIBERLOHENGRIN.COM. 22-03-09.
Resuelto por mi asesor informático ese problema técnico, me dispongo a reanudar las entradas, y lo hago con la crónica de un viaje a Lisboa, realizado en fecha indeterminada, cuyo relato he recreado estos días, y que espero que le sirva a alguien interesado en viajar a esa ciudad.
Un saludo cibernauta.
LOHENGRIN. CIBERLOHENGRIN.COM. 22-03-09.
martes, 17 de marzo de 2009
LAS FALLAS
Para quienes apreciamos la belleza del caos, las fiestas falleras de Heliópolis son la manifestación mas acabada de ese fenómeno humano en el que la anarquía individual deja de lado temporalmente las normas de convivencia ciudadana y la población, residente y sobrevenida, se entrega por unas días al ejercicio de la transgresión impune. Nadie respeta horarios de sueño, convenciones de tránsito, espacios de silencio y en cualquier momento y lugar aparece una banda de música seguida de una tropa de indígenas disfrazados de marcianos, que irrumpen en el tráfico urbano produciendo unos atascos monumentales, entre el regocijo general y los ataques de nervios de los taxistas y conductores de autobús.
Un millón de visitantes se abalanza, como una horda de espermatozoides enfurecidos, sobre las caóticas calles, para tomar el útero de la ciudad, en cuyo balcón preside nuestra mas excelsa vacaburra, con su traje rojo, la ceremonia de la confusión de las dos de la tarde, en la que no falta de nada, vendedores de artículos ilegales y sustancias dudosas que se anuncian elevando carteles artesanales entre la multitud, trileros que se cobijan en las calles mas estrechas y transitadas, churreros y otros nómadas trashumantes cuyos puestos suelen estar colocados en los sitios mas inverosímiles de las vías urbanas, manguis, descuideros y carteristas que han venido a hacer la temporada, mimos, músicos de jazz y otras gentes del arte dramático, guiris, muchos guiris, y gentes de la ribera, de la canal de Navarrés, que las puertas de la Estación Norte vomitan por decenas de miles, cuando el reloj municipal señala la hora y un pirotécnico que suele cobrar la mitad de lo que vale su trabajo, dicen que por el prestigio de disparar aquí, se dispone a iniciar el ritual estruendoso que congrega aquí a tanta gente durante horas, y dura cuatro minutos.
Cuando termina el ritual, las gentes toman las calzadas y cruzan por cualquier lugar excepto por los señalados y protegidos que les corresponden, ante la desesperación de los conductores de vehículos, públicos y privados que, si no son de aquí, se quedan estupefactos ante esa manifestación de desprecio colectivo hacia la seguridad vial. Ese momento, lo confieso, es el que mayor placer me produce de todo este desbarajuste de truenos, música nocturna ruidosa, apreturas, precios retorcidos hasta la extenuación, --aunque este año observo que no todos crecen, sino que algunos decrecen--
atascos de tráfico que no tienen igual en ningún sitio, una anarquía total en los servicios de transporte público, y otros efectos externos de nuestra fiesta nacional.
Cruzar por donde me sale del bolo, contemplando los ojos inyectados en sangre de los coléricos conductores atrapados en medio de la multitud, es un placer hedonista, gratuito, intenso, que compensa de todas las molestias añadidas que se puedan señalar a esta fiesta excesiva, en la que cruzas una calle y te das de bruces con una docena de paellas que se cocinan en el suelo, sobre un montón de leña, un trueno disparado con alevosía te silba en el oído derecho, mientras el izquierdo reconoce las familiares notas del pasodoble “En el mundo” y tus ojos advierten que una turba de marcianos, con una banda de música detrás, viene hacia ti, dispuesta a aplastarte, a toda velocidad.
Hoy he tomado el autobús, --el noventa-- para ir a Nou Campanar, y como he elegido la hora en que mis paisanos están comiendo, he podido disfrutar de un horario regular de ese servicio, he sido transportado cómodamente sentado y he disfrutado de la visita a esa falla, a la que ha sido concedido el máximo premio de este año, y solo ha costado 900.000 Euros.
Es frecuente que quienes no conocen la fiesta, se lamenten de las grandes cantidades de dinero que se queman aquí en la noche del diecinueve de marzo. Hay que explicarles que esas sumas ya han cumplido su función, permitir que se gane la vida un montón de gente que vive de la industria de esta fiesta, que, además, su celebración genera una cantidad ingente de dinero en el comercio y los servicios, debido al gran número de visitantes que atrae, por no mencionar que no habría museo, parque temático, o lo que fuere, capaz de albergar el innumerable número de monumentos que se han plantado desde que se celebra, y por último, y no menos importante, que el acto ritual del fuego contiene en si mismo un impulso regenerador que libera las energías de la gente para volver a edificar algo nuevo a partir de las cenizas de lo viejo. Algo a lo que quizás debamos aplicarnos todos si, como parece, este año, 2009, va a ser el año mas cenizo de toda nuestra historia económica.
En fin. Tengo que ir terminando. He de preparar una cena informal para compartirla con unos amigos que vienen a casa. Después saldremos a ver las calles iluminadas mas premiadas del barrio, a visitar los mercadillos, ver alguna falla, tomar un te verde, un mojito cubano, contemplar los fuegos artificiales desde algún puente del río viejo, perdernos entre la gente que abarrotará hoy la ciudad nocturna y festiva. Cumplir, en suma, ese ritual anual, al que ustedes aún pueden acudir si lo desean. Heliópolis. Fallas de San José. Se queman la noche del jueves. Todo el mundo lo sabe, lo digo por si alguien no se ha enterado.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 17-03-09.
Un millón de visitantes se abalanza, como una horda de espermatozoides enfurecidos, sobre las caóticas calles, para tomar el útero de la ciudad, en cuyo balcón preside nuestra mas excelsa vacaburra, con su traje rojo, la ceremonia de la confusión de las dos de la tarde, en la que no falta de nada, vendedores de artículos ilegales y sustancias dudosas que se anuncian elevando carteles artesanales entre la multitud, trileros que se cobijan en las calles mas estrechas y transitadas, churreros y otros nómadas trashumantes cuyos puestos suelen estar colocados en los sitios mas inverosímiles de las vías urbanas, manguis, descuideros y carteristas que han venido a hacer la temporada, mimos, músicos de jazz y otras gentes del arte dramático, guiris, muchos guiris, y gentes de la ribera, de la canal de Navarrés, que las puertas de la Estación Norte vomitan por decenas de miles, cuando el reloj municipal señala la hora y un pirotécnico que suele cobrar la mitad de lo que vale su trabajo, dicen que por el prestigio de disparar aquí, se dispone a iniciar el ritual estruendoso que congrega aquí a tanta gente durante horas, y dura cuatro minutos.
Cuando termina el ritual, las gentes toman las calzadas y cruzan por cualquier lugar excepto por los señalados y protegidos que les corresponden, ante la desesperación de los conductores de vehículos, públicos y privados que, si no son de aquí, se quedan estupefactos ante esa manifestación de desprecio colectivo hacia la seguridad vial. Ese momento, lo confieso, es el que mayor placer me produce de todo este desbarajuste de truenos, música nocturna ruidosa, apreturas, precios retorcidos hasta la extenuación, --aunque este año observo que no todos crecen, sino que algunos decrecen--
atascos de tráfico que no tienen igual en ningún sitio, una anarquía total en los servicios de transporte público, y otros efectos externos de nuestra fiesta nacional.
Cruzar por donde me sale del bolo, contemplando los ojos inyectados en sangre de los coléricos conductores atrapados en medio de la multitud, es un placer hedonista, gratuito, intenso, que compensa de todas las molestias añadidas que se puedan señalar a esta fiesta excesiva, en la que cruzas una calle y te das de bruces con una docena de paellas que se cocinan en el suelo, sobre un montón de leña, un trueno disparado con alevosía te silba en el oído derecho, mientras el izquierdo reconoce las familiares notas del pasodoble “En el mundo” y tus ojos advierten que una turba de marcianos, con una banda de música detrás, viene hacia ti, dispuesta a aplastarte, a toda velocidad.
Hoy he tomado el autobús, --el noventa-- para ir a Nou Campanar, y como he elegido la hora en que mis paisanos están comiendo, he podido disfrutar de un horario regular de ese servicio, he sido transportado cómodamente sentado y he disfrutado de la visita a esa falla, a la que ha sido concedido el máximo premio de este año, y solo ha costado 900.000 Euros.
Es frecuente que quienes no conocen la fiesta, se lamenten de las grandes cantidades de dinero que se queman aquí en la noche del diecinueve de marzo. Hay que explicarles que esas sumas ya han cumplido su función, permitir que se gane la vida un montón de gente que vive de la industria de esta fiesta, que, además, su celebración genera una cantidad ingente de dinero en el comercio y los servicios, debido al gran número de visitantes que atrae, por no mencionar que no habría museo, parque temático, o lo que fuere, capaz de albergar el innumerable número de monumentos que se han plantado desde que se celebra, y por último, y no menos importante, que el acto ritual del fuego contiene en si mismo un impulso regenerador que libera las energías de la gente para volver a edificar algo nuevo a partir de las cenizas de lo viejo. Algo a lo que quizás debamos aplicarnos todos si, como parece, este año, 2009, va a ser el año mas cenizo de toda nuestra historia económica.
En fin. Tengo que ir terminando. He de preparar una cena informal para compartirla con unos amigos que vienen a casa. Después saldremos a ver las calles iluminadas mas premiadas del barrio, a visitar los mercadillos, ver alguna falla, tomar un te verde, un mojito cubano, contemplar los fuegos artificiales desde algún puente del río viejo, perdernos entre la gente que abarrotará hoy la ciudad nocturna y festiva. Cumplir, en suma, ese ritual anual, al que ustedes aún pueden acudir si lo desean. Heliópolis. Fallas de San José. Se queman la noche del jueves. Todo el mundo lo sabe, lo digo por si alguien no se ha enterado.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 17-03-09.
sábado, 14 de marzo de 2009
RETRATOS (4)
En una caja de cartón olvidada he encontrado un legajo de viejos papeles, folios mecanografiados, cuadernos escolares conteniendo historias aun no reveladas, el relato de un viaje a Lisboa con amigos en un flamante Rover 620 de color blanco, prestado, adornado como si hubiera transcurrido en el Lusitania Exprés, que suena mas literario. Junto a esos materiales de desecho, he hallado un relato de ficción que transcurre entre los calores húmedos de un Julio ya perdido en los rincones de la memoria y que, después de algunas dudas, he decidido incorporar al Blog.
“Ahora salgo con una siciliana de Palermo que se lava el pelo con canela, desayuna ostras con vino de aguja a las once de la mañana, tiene una afición desmedida por el brandy 1.866 y los cigarros Montecristo del cinco, y pasea su bien proporcionado metro sesenta envuelta en la luz excesiva de este verano terrible para los que pesamos mas de setenta kilos.
Ana se organiza un discurso de mujer libre, independiente, dura, pero el nudo de sus argumentos se licua en el güisqui de la tarde como si fuera un azucarillo y los hielos de tono pajizo del vaso que sostiene con su mano izquierda, reflejan la fragilidad de su entramado emocional, producto, tal vez, de sucesivos fracasos afectivos, con la misma crudeza con que las vísceras humanas se ofrecen, abiertas, a los dedos precisos y enguantados del cirujano.
Esa fragilidad la humaniza, y a la vez, la vuelve menos deseable. La pasión, cuando deviene en compasión por el dolor humano del otro, entra en una pendiente suave en la que se abandonan, poco a poco, las cumbres flamígeras del deseo inspirado por el misterio, en dirección a un estanque de aguas quietas y límpidas, en las que se reflejan otros sentimientos, la ternura, el instinto de protección de alguien a quien creías fuerte, libre y ahora reconoces como un ser frágil, necesitado de protección y consuelo, a quien la vida no ha tratado bien
Alcanzas esa certeza cuando la luz entra a las ocho por el balcón y la tarde interminable se cuece en el caldo estival, mientras en la cocina las costillas de toro de lidia se maceran en tomillo y laurel sobre un fondo de cebolla y zanahoria cortadas en juliana, y el lento azul del fuego las dora en el aromático aceite de la sierra de Espadán.
Un cielo cargado de vapores grises pone un marco adherente, pegajoso y húmedo a los últimos días de Julio, cuando la figura de Ana, desnuda, con su hermosa melena que le llega hasta la cintura, su abundante y negrísimo vello púbico, y su aire de fragilidad, de indefensión, aparece en la puerta de la cocina de su exiguo apartamento, en el primer verano de mi decadencia.
--Huele bien. ¿Ya está la cena?”
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 14-03-09.
“Ahora salgo con una siciliana de Palermo que se lava el pelo con canela, desayuna ostras con vino de aguja a las once de la mañana, tiene una afición desmedida por el brandy 1.866 y los cigarros Montecristo del cinco, y pasea su bien proporcionado metro sesenta envuelta en la luz excesiva de este verano terrible para los que pesamos mas de setenta kilos.
Ana se organiza un discurso de mujer libre, independiente, dura, pero el nudo de sus argumentos se licua en el güisqui de la tarde como si fuera un azucarillo y los hielos de tono pajizo del vaso que sostiene con su mano izquierda, reflejan la fragilidad de su entramado emocional, producto, tal vez, de sucesivos fracasos afectivos, con la misma crudeza con que las vísceras humanas se ofrecen, abiertas, a los dedos precisos y enguantados del cirujano.
Esa fragilidad la humaniza, y a la vez, la vuelve menos deseable. La pasión, cuando deviene en compasión por el dolor humano del otro, entra en una pendiente suave en la que se abandonan, poco a poco, las cumbres flamígeras del deseo inspirado por el misterio, en dirección a un estanque de aguas quietas y límpidas, en las que se reflejan otros sentimientos, la ternura, el instinto de protección de alguien a quien creías fuerte, libre y ahora reconoces como un ser frágil, necesitado de protección y consuelo, a quien la vida no ha tratado bien
Alcanzas esa certeza cuando la luz entra a las ocho por el balcón y la tarde interminable se cuece en el caldo estival, mientras en la cocina las costillas de toro de lidia se maceran en tomillo y laurel sobre un fondo de cebolla y zanahoria cortadas en juliana, y el lento azul del fuego las dora en el aromático aceite de la sierra de Espadán.
Un cielo cargado de vapores grises pone un marco adherente, pegajoso y húmedo a los últimos días de Julio, cuando la figura de Ana, desnuda, con su hermosa melena que le llega hasta la cintura, su abundante y negrísimo vello púbico, y su aire de fragilidad, de indefensión, aparece en la puerta de la cocina de su exiguo apartamento, en el primer verano de mi decadencia.
--Huele bien. ¿Ya está la cena?”
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 14-03-09.
TRAJES, COCHES, MERETRICES, CACERÍAS.
He bajado al Maravillas en esta mañana primaveral y soleada, preludio de la consolidación del buen tiempo que suele acompañar las fiestas falleras en Heliópolis. Una pulsión optimista me invita a la frivolidad, y me apetece pulsar la clave de comedia satírica, con un toque de filosofía de bar, a lo Max Estrella, porque de la tragedia de los efectos en la población mas vulnerable, por los excesos de los poderosos, ya se ocupan otros en la prensa diaria.
Una parte de la vida política nacional, en particular la local y autonómica, se expresa cada vez mas como un espectáculo surrealista, un esperpento de Valle Inclán poblado de pícaros, bujarrones, jaraneros noctámbulos, arribistas, merodeadores, golfos aficionados al lujo y el desenfreno, falsos virtuosos adictos a la ropa a medida, a los coches caros, y señoritos con escopeta que se dan al tiro en la cerviz de inocentes cérvidos. En las diversas compañías que representan el espectáculo faltan dos actores principales, que se retiraron, o los retiraron, de la farándula, y ahora andan dando conferencias en Universidades vinculadas a la moda neocón o enchufados en el estado mayor de empresas públicas privatizadas.
Me asombra que de todos estos enredos, denuncias, chismes, cintas grabadas, filtraciones de sumarios, contrataciones digitales, sastres con nombre de torero y otros adobos del plato nacional estén ausentes las señoras. No las señoras en general, sino las que hacen de su cuerpo, con toda legitimidad, un comercio de lujo.
No me puedo creer que entre todas las aficiones hedonistas de sus señorías que se han hecho públicas, no aparezca el sexo. No concibo que esos alcaldes que guardaban los euros en el colchón, que los consejeros que, presuntamente, han prevaricado, que quienes han recibido regalos y prebendas de distinta naturaleza para recalificar tal o cual suelo, para otorgar por la vía digital tal o cual contrato, no se hayan visto gratificados además con la visita inesperada de las mas bellas, apetecibles y experimentadas señoritas del ramo, enviadas por sus aduladores corruptores, como un arma letal de persuasión masiva.
Ese silencio solo puede deberse al hecho de que en este país, a diferencia de lo que sucede en la puritana sociedad política de Estados Unidos, los pecados de la bragueta son considerados veniales y no suscitan el rechazo popular, sino la envidia, mientras que en USA el declive político de míster Clinton se debió a una simple mamada.
No dispongo de información fiable sobre el asunto, pero intuyo que en esas cintas grabadas, cuyo contenido ha sido filtrado de manera selectiva, en los partes de seguimiento contenidos en los archivadores a los que se ha dado un carpetazo que produce sonrojo ajeno, no están ausentes las aventuras galantes pagadas con dinero negro por los merodeadores, pícaros, arribistas y golfos que buscaban obtener favores de quienes podían concederlos, sin reparar en los medios.
El oficio de meretriz de lujo, téngase en cuenta, es uno de los mejor pagados del mercado de servicios y probablemente, las top woman, o los top man, que se dedican a el, tendrán unos ingresos solo inferiores a los de Paco González, el ceño mejor pagado de la banca española, por lo que hay que descartar que pongan en peligro su saneado negocio apareciendo en las pantallas de televisión, por una contraprestación que no alcanzará su categoría, para contar sus intimidades con políticos cuya honestidad está ahora en tela de juicio. Mi impresión es que nunca conoceremos este aspecto del asunto, a menos que, algún productor avispado que lea el blog, considere que puede aumentar sustancialmente sus tarifas de publicidad a costa de divulgar supuestos secretos escabrosos.
Mientras esa comedia satírica se representa en una parte de los escenarios políticos españoles,
el mentado Paco González se descuelga con unas declaraciones en las que reconoce una “grave situación de emergencia nacional” y aconseja el rechazo de las ayudas públicas a las entidades financieras irremediablemente dañadas, al mismo tiempo que las dos primeras entidades de ahorro de Heliópolis, se disponen a vender “Terra Mítica”con una urgencia sospechosa. Son dos aspectos de la misma realidad, la tragedia y la comedia nos visitan cada día en los telediarios y en las páginas de los periódicos con historias cotidianas de las que, por ahora, están ausentes las meretrices de lujo.
Parece que fue ayer cuando esos mismos medios servían de tribuna a quienes afirmaban, con una solemnidad que ahora se antoja excesiva, que nuestro sistema financiero era el mas saneado del mundo, y ahora nos hablan de emergencia nacional y de entidades irremediablemente dañadas, mientras en las pantallas de televisión una subasta gigantesca de grúas, hormigoneras y excavadoras da cuenta de la extinción, espero que temporal, del sector de la construcción.
Todo es así de raro y tragicómico, ahora mismo, en este país, como en los esperpentos de Valle Inclán. Si usted puede, es mejor tomarlo por el lado cómico, si no puede, también conviene tomar una cierta distancia, porque el sentimiento trágico, solo contribuye a aumentar la tragedia.
De nada.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 14-03-09.
Una parte de la vida política nacional, en particular la local y autonómica, se expresa cada vez mas como un espectáculo surrealista, un esperpento de Valle Inclán poblado de pícaros, bujarrones, jaraneros noctámbulos, arribistas, merodeadores, golfos aficionados al lujo y el desenfreno, falsos virtuosos adictos a la ropa a medida, a los coches caros, y señoritos con escopeta que se dan al tiro en la cerviz de inocentes cérvidos. En las diversas compañías que representan el espectáculo faltan dos actores principales, que se retiraron, o los retiraron, de la farándula, y ahora andan dando conferencias en Universidades vinculadas a la moda neocón o enchufados en el estado mayor de empresas públicas privatizadas.
Me asombra que de todos estos enredos, denuncias, chismes, cintas grabadas, filtraciones de sumarios, contrataciones digitales, sastres con nombre de torero y otros adobos del plato nacional estén ausentes las señoras. No las señoras en general, sino las que hacen de su cuerpo, con toda legitimidad, un comercio de lujo.
No me puedo creer que entre todas las aficiones hedonistas de sus señorías que se han hecho públicas, no aparezca el sexo. No concibo que esos alcaldes que guardaban los euros en el colchón, que los consejeros que, presuntamente, han prevaricado, que quienes han recibido regalos y prebendas de distinta naturaleza para recalificar tal o cual suelo, para otorgar por la vía digital tal o cual contrato, no se hayan visto gratificados además con la visita inesperada de las mas bellas, apetecibles y experimentadas señoritas del ramo, enviadas por sus aduladores corruptores, como un arma letal de persuasión masiva.
Ese silencio solo puede deberse al hecho de que en este país, a diferencia de lo que sucede en la puritana sociedad política de Estados Unidos, los pecados de la bragueta son considerados veniales y no suscitan el rechazo popular, sino la envidia, mientras que en USA el declive político de míster Clinton se debió a una simple mamada.
No dispongo de información fiable sobre el asunto, pero intuyo que en esas cintas grabadas, cuyo contenido ha sido filtrado de manera selectiva, en los partes de seguimiento contenidos en los archivadores a los que se ha dado un carpetazo que produce sonrojo ajeno, no están ausentes las aventuras galantes pagadas con dinero negro por los merodeadores, pícaros, arribistas y golfos que buscaban obtener favores de quienes podían concederlos, sin reparar en los medios.
El oficio de meretriz de lujo, téngase en cuenta, es uno de los mejor pagados del mercado de servicios y probablemente, las top woman, o los top man, que se dedican a el, tendrán unos ingresos solo inferiores a los de Paco González, el ceño mejor pagado de la banca española, por lo que hay que descartar que pongan en peligro su saneado negocio apareciendo en las pantallas de televisión, por una contraprestación que no alcanzará su categoría, para contar sus intimidades con políticos cuya honestidad está ahora en tela de juicio. Mi impresión es que nunca conoceremos este aspecto del asunto, a menos que, algún productor avispado que lea el blog, considere que puede aumentar sustancialmente sus tarifas de publicidad a costa de divulgar supuestos secretos escabrosos.
Mientras esa comedia satírica se representa en una parte de los escenarios políticos españoles,
el mentado Paco González se descuelga con unas declaraciones en las que reconoce una “grave situación de emergencia nacional” y aconseja el rechazo de las ayudas públicas a las entidades financieras irremediablemente dañadas, al mismo tiempo que las dos primeras entidades de ahorro de Heliópolis, se disponen a vender “Terra Mítica”con una urgencia sospechosa. Son dos aspectos de la misma realidad, la tragedia y la comedia nos visitan cada día en los telediarios y en las páginas de los periódicos con historias cotidianas de las que, por ahora, están ausentes las meretrices de lujo.
Parece que fue ayer cuando esos mismos medios servían de tribuna a quienes afirmaban, con una solemnidad que ahora se antoja excesiva, que nuestro sistema financiero era el mas saneado del mundo, y ahora nos hablan de emergencia nacional y de entidades irremediablemente dañadas, mientras en las pantallas de televisión una subasta gigantesca de grúas, hormigoneras y excavadoras da cuenta de la extinción, espero que temporal, del sector de la construcción.
Todo es así de raro y tragicómico, ahora mismo, en este país, como en los esperpentos de Valle Inclán. Si usted puede, es mejor tomarlo por el lado cómico, si no puede, también conviene tomar una cierta distancia, porque el sentimiento trágico, solo contribuye a aumentar la tragedia.
De nada.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 14-03-09.
viernes, 13 de marzo de 2009
RONSARD
Nunca he sabido que carajo era la rosa de Ronsard, ni quien era Ronsard. He vivido mi existencia mas o menos intensa, mas o menos contemplativa, sin el menor interés por Ronsard y su jodida rosa. Sin saber porqué, de repente me ha entrado una urgente curiosidad por saber algo de aquello que ignoraba desde la mas deliberada indiferencia y ahora se que Pierre Ronsard fue un poeta francés del siglo dieciséis, nacido en Vendôme hacia 1.524, y aunque sus poemas que he consultado están llenos de chorradas y cursilerías, es interesante saber que bebió de las fuentes de Petrarca y Píndaro y que, entre chorrada y chorrada, haya escrito un par de líneas que cualquiera que esté en la etapa declinante de la vida apreciará debidamente, “pensad también que el tiempo ciego, impío, todo lo va royendo hora tras hora”.
Al leer los poemas de Ronsard, he podido reconocer su influencia en la poesía simbolista de un paisano suyo, Paul Valèry, cuyo poema "El cementerio marino", conocido universalmente, ha sido de lectura obligatoria en las escuelas francesas durante varias generaciones, y está presente en la cabecera de la página del Blog, “La playa”, “La mar, la mar, siempre recomenzada...”
Ni Ronsard ni el simbolismo de Valéry están presentes en el mundo literario contemporáneo, pero ambos se ocuparon de cuestiones universales que trascienden las modas y los movimientos artísticos y literarios, como el paso del tiempo, la muerte, el deseo de inmortalidad, cuestiones que aún interesan, sobre todo, a quienes andan ya escasos de tiempo disponible y se enfrentan a su finitud, entre los que me cuento.
El párrafo anterior no era exactamente así, como se muestra ahora, pero un fulminante apagón eléctrico que ha dejado la ciudad en sombras, bajo una luna entera y redonda, se ha llevado consigo las últimas líneas, sin que haya sabido reconstruirlas en su integridad.
La gente se divierte en la calle, aprovecha el apagón para lanzar impunemente petardos ruidosos, elevan sus voces hasta alcanzar un griterío histérico. Se diría que, como los niños, sienten miedo a la oscuridad y tratan de exorcizarlo de esa manera.
Ha vuelto la luz, seguramente suspendida por el exceso de alumbrado público de los adornos luminosos callejeros con motivo de las fiestas falleras en Heliópolis, que cada día hacen notar mas su presencia, sin que al parecer la red eléctrica esté preparada para tanto exceso.
Vuelvo a Ronsard. El propósito de saber algo de Ronsard y de su jodida rosa, mas bien un impulso, una urgencia inexplicable mas que un propósito, me lleva al intento de componer algo, de poner una palabra detrás de otra, algo que evoque, sin nombrarla, la rosa de Ronsard, a ver si así me desprendo para siempre de esa urgencia irracional.
“Roto por el deshielo/ apenas un vestigio/ la torcida textura de algo que fue/ exhala su perfume misterioso/ nada sabemos de colores y formas/ de aquella forma que ya fue/ y ahora es solo aroma.”
Ya está. He conseguido librarme de el. Adiós Pierre Ronsard. Hasta nunca. Adiós a ti, y a tu jodida rosa.
Quienes quieran saber mas de el, pueden consultar en la página abierta con su nombre en Google.
De nada.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 13-03-09.
Al leer los poemas de Ronsard, he podido reconocer su influencia en la poesía simbolista de un paisano suyo, Paul Valèry, cuyo poema "El cementerio marino", conocido universalmente, ha sido de lectura obligatoria en las escuelas francesas durante varias generaciones, y está presente en la cabecera de la página del Blog, “La playa”, “La mar, la mar, siempre recomenzada...”
Ni Ronsard ni el simbolismo de Valéry están presentes en el mundo literario contemporáneo, pero ambos se ocuparon de cuestiones universales que trascienden las modas y los movimientos artísticos y literarios, como el paso del tiempo, la muerte, el deseo de inmortalidad, cuestiones que aún interesan, sobre todo, a quienes andan ya escasos de tiempo disponible y se enfrentan a su finitud, entre los que me cuento.
El párrafo anterior no era exactamente así, como se muestra ahora, pero un fulminante apagón eléctrico que ha dejado la ciudad en sombras, bajo una luna entera y redonda, se ha llevado consigo las últimas líneas, sin que haya sabido reconstruirlas en su integridad.
La gente se divierte en la calle, aprovecha el apagón para lanzar impunemente petardos ruidosos, elevan sus voces hasta alcanzar un griterío histérico. Se diría que, como los niños, sienten miedo a la oscuridad y tratan de exorcizarlo de esa manera.
Ha vuelto la luz, seguramente suspendida por el exceso de alumbrado público de los adornos luminosos callejeros con motivo de las fiestas falleras en Heliópolis, que cada día hacen notar mas su presencia, sin que al parecer la red eléctrica esté preparada para tanto exceso.
Vuelvo a Ronsard. El propósito de saber algo de Ronsard y de su jodida rosa, mas bien un impulso, una urgencia inexplicable mas que un propósito, me lleva al intento de componer algo, de poner una palabra detrás de otra, algo que evoque, sin nombrarla, la rosa de Ronsard, a ver si así me desprendo para siempre de esa urgencia irracional.
“Roto por el deshielo/ apenas un vestigio/ la torcida textura de algo que fue/ exhala su perfume misterioso/ nada sabemos de colores y formas/ de aquella forma que ya fue/ y ahora es solo aroma.”
Ya está. He conseguido librarme de el. Adiós Pierre Ronsard. Hasta nunca. Adiós a ti, y a tu jodida rosa.
Quienes quieran saber mas de el, pueden consultar en la página abierta con su nombre en Google.
De nada.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 13-03-09.
jueves, 12 de marzo de 2009
MATRIMONIO DE CONVENIENCIA
“Conrado es un tipo corriente, bajito, medio calvo y algo soñador que comparte una vivienda con su mujer, que pesa unos ciento cuarenta kilos, aunque el único vínculo que los une es la hipoteca, de la que no se pueden separar.
Trabajó de camarero y cuando se quedó en el paro vivía una vida resignada, porque no encontraba motivos que le animaran a salir de su resignación, hasta que conoció a una chica colombiana que le cambió la vida. Cincuentón y poco atractivo para las mujeres, Conrado no se preguntó que veía en el aquella chica dulce y educada, cuya entonación al hablar tenía una cadencia que evocaba los sonidos del puerto fluvial de Barranquilla, donde María Guadalupe se había criado, después de que su padre, procedente del departamento de Antioquía, se trasladó allí para instalarse en un modesto negocio de suministros para los buques que fondeaban en ese puerto.
Conrado nada sabía de Colombia, solo le sonaba su producción de café por su condición de camarero, pero ilusionado como estaba por el amor sobrevenido con la muchacha colombiana, comenzó a elaborar una fantasía sobre ese país, no cesó de preguntar cosas a la muchacha sobre su tierra para saber mas, y juntos comenzaron a elaborar un difuso proyecto que les incluía a los dos y al lugar mágico que Conrado comenzaba a descubrir a través de sus ilusiones, pero no se extendía a la mujer de ciento cuarenta kilos que compartía hipoteca con el.
Estimulado por ese proyecto y por la compañía física de la muchacha que le sacó de su resignación, Conrado comenzó a moverse mas activamente para salir de sus limitaciones económicas.Consiguió gracias a las influencias buscadas entre amigos y vecinos, un trabajo en la planta de basuras de Heliópolis, estabilizó su situación económica y, cuando el proyecto difuso que ambos, la chica colombiana y el, habían acariciado, comenzó a tomar la forma de un viaje a Colombia sin retorno, los dos juntos, para instalarse allí, Conrado acordó con la empresa donde trabajaba su prejubilación, lo que suponía una entrada de dinero en efectivo por la indemnización que ya tenía su destino prefijado.
Una vez prejubilado, Conrado mandó por delante a María Guadalupe a Colombia, con la suma de dinero que había conseguido al extinguir su contrato, con el encargo de que comprara una casa allí donde se instalarían ambos, una vez el hubiera terminado todos los trámites y actuaciones que su nuevo estado de casi jubilado le demandaba.
Conrado no volvió a saber mas de la chica, una vez esta tomó el avión con destino a su país con el bolso bien forrado de pasta. En realidad, no encuentro mala fe ni premeditación en la conducta de la chica colombiana, por lo que he sabido, fueron las fantasías de Conrado las que empujaron con vehemencia a consentir en aquel plan a aquella chica, quien, seguramente, nunca buscó un matrimonio de conveniencia, que por otra parte no se produjo, sino que se vio finalmente con la posesión de una suma de dinero relativamente importante y libre de las ataduras con el majara de Conrado, sin haberlo planeado.
Conrado se encontró en una situación semejante a la que tenía antes de conocer a María Guadalupe.
La pensión que recibía no era mayor que la prestación de desempleo que cobraba antes y apenas le daba para vivir. Volvió al domicilio familiar, donde le esperaban su hipoteca y su mujer y como entre ambos, apenas podían con aquella carga, aunque estaba jubilado, se las arregló para conseguir un trabajo extra como guardia de seguridad en un local nocturno.
Esta mañana, al terminar el turno de noche, ha aparecido por el Maravillas y contaba, a quien quisiera oírle, su historia con María Guadalupe. Afirmaba, muy seguro, que los tres meses que pasó con ella fueron los mejores de su vida, que no se arrepentía de nada, y que de encontrarse en la misma situación, volvería a hacer exactamente lo mismo que hizo. Valió la pena, dijo”
Oyes una historia como esta, en la que no estás implicado con el protagonista por ningún vínculo y piensas, este tío es gilipollas. ¿O será un soñador? No me quedó claro, después de escuchar la historia de Conrado y María Guadalupe, que matrimonios de conveniencia son los mas numerosos, si los de las personas de distinta nacionalidad en los que una de las partes busca obtener alguna ventaja, o aquellos otros en los que los cónyuges siguen juntos solo porque tienen que pagar una hipoteca común.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 12-03-09.
Trabajó de camarero y cuando se quedó en el paro vivía una vida resignada, porque no encontraba motivos que le animaran a salir de su resignación, hasta que conoció a una chica colombiana que le cambió la vida. Cincuentón y poco atractivo para las mujeres, Conrado no se preguntó que veía en el aquella chica dulce y educada, cuya entonación al hablar tenía una cadencia que evocaba los sonidos del puerto fluvial de Barranquilla, donde María Guadalupe se había criado, después de que su padre, procedente del departamento de Antioquía, se trasladó allí para instalarse en un modesto negocio de suministros para los buques que fondeaban en ese puerto.
Conrado nada sabía de Colombia, solo le sonaba su producción de café por su condición de camarero, pero ilusionado como estaba por el amor sobrevenido con la muchacha colombiana, comenzó a elaborar una fantasía sobre ese país, no cesó de preguntar cosas a la muchacha sobre su tierra para saber mas, y juntos comenzaron a elaborar un difuso proyecto que les incluía a los dos y al lugar mágico que Conrado comenzaba a descubrir a través de sus ilusiones, pero no se extendía a la mujer de ciento cuarenta kilos que compartía hipoteca con el.
Estimulado por ese proyecto y por la compañía física de la muchacha que le sacó de su resignación, Conrado comenzó a moverse mas activamente para salir de sus limitaciones económicas.Consiguió gracias a las influencias buscadas entre amigos y vecinos, un trabajo en la planta de basuras de Heliópolis, estabilizó su situación económica y, cuando el proyecto difuso que ambos, la chica colombiana y el, habían acariciado, comenzó a tomar la forma de un viaje a Colombia sin retorno, los dos juntos, para instalarse allí, Conrado acordó con la empresa donde trabajaba su prejubilación, lo que suponía una entrada de dinero en efectivo por la indemnización que ya tenía su destino prefijado.
Una vez prejubilado, Conrado mandó por delante a María Guadalupe a Colombia, con la suma de dinero que había conseguido al extinguir su contrato, con el encargo de que comprara una casa allí donde se instalarían ambos, una vez el hubiera terminado todos los trámites y actuaciones que su nuevo estado de casi jubilado le demandaba.
Conrado no volvió a saber mas de la chica, una vez esta tomó el avión con destino a su país con el bolso bien forrado de pasta. En realidad, no encuentro mala fe ni premeditación en la conducta de la chica colombiana, por lo que he sabido, fueron las fantasías de Conrado las que empujaron con vehemencia a consentir en aquel plan a aquella chica, quien, seguramente, nunca buscó un matrimonio de conveniencia, que por otra parte no se produjo, sino que se vio finalmente con la posesión de una suma de dinero relativamente importante y libre de las ataduras con el majara de Conrado, sin haberlo planeado.
Conrado se encontró en una situación semejante a la que tenía antes de conocer a María Guadalupe.
La pensión que recibía no era mayor que la prestación de desempleo que cobraba antes y apenas le daba para vivir. Volvió al domicilio familiar, donde le esperaban su hipoteca y su mujer y como entre ambos, apenas podían con aquella carga, aunque estaba jubilado, se las arregló para conseguir un trabajo extra como guardia de seguridad en un local nocturno.
Esta mañana, al terminar el turno de noche, ha aparecido por el Maravillas y contaba, a quien quisiera oírle, su historia con María Guadalupe. Afirmaba, muy seguro, que los tres meses que pasó con ella fueron los mejores de su vida, que no se arrepentía de nada, y que de encontrarse en la misma situación, volvería a hacer exactamente lo mismo que hizo. Valió la pena, dijo”
Oyes una historia como esta, en la que no estás implicado con el protagonista por ningún vínculo y piensas, este tío es gilipollas. ¿O será un soñador? No me quedó claro, después de escuchar la historia de Conrado y María Guadalupe, que matrimonios de conveniencia son los mas numerosos, si los de las personas de distinta nacionalidad en los que una de las partes busca obtener alguna ventaja, o aquellos otros en los que los cónyuges siguen juntos solo porque tienen que pagar una hipoteca común.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 12-03-09.
miércoles, 11 de marzo de 2009
FRENAZO Y MARCHA ATRÁS
Después de años de mantener un discurso triunfalista en el que se describía a Heliópolis (la comunidad Valenciana) como el país de las maravillas y lo mejor del mundo mundial, Camps, su Presidente, cuyo semblante adquiere día tras día la lividez del fracaso, se descuelga ahora, nada menos, que postulando que sea el gobierno central quien intervenga en asuntos de competencia autonómica como la sanidad, la educación, la política industrial y las infraestructuras públicas, además de precisar que el impulso al sector del automóvil, --la Ford-- se realice desde Madrid.
Vascos y catalanes han dedicado su esfuerzo político, durante décadas, a ampliar y potenciar las competencias de sus gobiernos, para hacer mas efectiva su autonomía política. Aquí, en el mejor de los mundos posibles, se constata el fracaso político, económico y financiero de una comunidad frenada en sus aspiraciones por una clase política dominante fracasada, que ha dilapidado todos sus recursos, se encuentra en situación de quiebra técnica y, por tanto, huye hacia adelante mediante el procedimiento, algo infantil, de pedir que intervenga papá estado para resolver sus problemas.
Y aún tienen la cara dura de decir que, en 2.004, Aznar dejó un país boyante, que luego han arruinado los socialistas. Se les olvida un pequeño detalle que, por cierto, casi nadie recuerda.
Aznar se cargó de un plumazo el Impuesto sobre Actividades Económicas, que era la fuente tributaria con la que las administraciones locales hacían frente a una parte sustancial de sus gastos corrientes.
Como consecuencia de esa decisión, encuadrada en la ideología neocón de la pandilla de Bush, nuestros Ayuntamientos se lanzaron a especular con el suelo, para sustituir esa fuente de ingresos que se les había suprimido, y de aquellos polvos vinieron los lodos que ahora ahogan a la economía de la comunidad, centrada en la especulación, el maltrato del territorio, el abandono de los sectores industriales y agrarios, la divinización de la construcción y los servicios como los nuevos dioses de la prosperidad, ahora devenida en fracaso, como confirma la infantil demanda de auxilio de Camps,que revela la incapacidad financiera, la impotencia de una política incapaz de hacer frente a la situación.
Esta mañana he almorzado con unos amigos libertarios en el Barrio del Cristo. Después he visitado una industria gráfica recién instalada en un polígono industrial de Ribarroja. Unas instalaciones modélicas, un edificio imponente, pero una de sus plantas, dotada con equipos de la tecnología mas vanguardista, estaba vacía. El empresario que decidió hacer esas inversiones, en lugar de distraer esos recursos en actividades especulativas, ha tenido que recurrir a un ERE, y va a despedir a parte de su plantilla.
Mi amigo, el empresario, no ha trasladado ninguna queja por lo duro de la situación por la que atraviesa, pero en su semblante se advertía una cierta frustración, una sensación de fracaso. La misma sensación que percibo en el rostro de Camps cuando sale a decir unas cosas, cuando en su interior siente otras.
Porque la comunidad que nos deja, la que tenemos ahora mismo, es la expresión de su fracaso personal y de otros muchos fracasos empresariales como el que he conocido de primera mano esta mañana. Cuantos otros empresarios, cuantos trabajadores, sentirán ahora mismo esa sensación, que podría haber sido otra si los máximos responsables de nuestra vida pública hubieran actuado
de otro modo. Si hubieran buscado apoyar el equilibrio de nuestro modelo económico, potenciando la industria, modernizando nuestras estructuras agrarias, en lugar de dejarlas en la indigencia, derivando, de manera suicida, toda su política económica y financiera, hacia actividades puramente especulativas y a espectáculos grandilocuentes y efímeros.
No comparto, para nada, el sentimiento de fracaso implícito en una administración que practica el frenazo y la marcha atrás ante la envergadura del problema que tiene que enfrentar. Tampoco, aún entendiéndolo, el sentimiento de frustración de muchos empresarios que han seguido invirtiendo a pesar de saberse olvidados por quienes estaban obligados a apoyarlos.
Por el contrario, creo que nuestro potencial humano, empresarial, económico y financiero, pese a las dificultades de la situación actual, tiene grandes expectativas de futuro. Pero para que esas expectativas, esos nuevos proyectos, esas energías, esas sinergias, afloren, es condición necesaria la renovación de la clase política que nos ha traído donde estamos.
Porque hay que decirlo con claridad, ni Estados Unidos, ni el gobierno central, son responsables de las consecuencias particulares de la crisis en cada economía. La crisis es un marco general que nos afecta a todos, pero cada comunidad, cada país, cada economía, es responsable del modo particular en que se ve afectada por ella, porque son las políticas de desarrollo, las elecciones sectoriales, el modo en que se articula el esfuerzo político en una u otra dirección, lo que determina la intensidad del daño económico y social que cada economía recibe, que suele ser proporcional a su fragilidad, a la falta de consistencia de su modelo económico particular.
Tenemos una crisis, es cierto, pero no es solo económica y financiera, es, en primer lugar, política, y hasta que no desaparezcan de la escena las fuerzas políticas fracasadas que nos han conducido hasta aquí, nuestra capacidad empresarial, nuestro capital humano, no levantarán cabeza.
Es una opinión.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-03-09.
Vascos y catalanes han dedicado su esfuerzo político, durante décadas, a ampliar y potenciar las competencias de sus gobiernos, para hacer mas efectiva su autonomía política. Aquí, en el mejor de los mundos posibles, se constata el fracaso político, económico y financiero de una comunidad frenada en sus aspiraciones por una clase política dominante fracasada, que ha dilapidado todos sus recursos, se encuentra en situación de quiebra técnica y, por tanto, huye hacia adelante mediante el procedimiento, algo infantil, de pedir que intervenga papá estado para resolver sus problemas.
Y aún tienen la cara dura de decir que, en 2.004, Aznar dejó un país boyante, que luego han arruinado los socialistas. Se les olvida un pequeño detalle que, por cierto, casi nadie recuerda.
Aznar se cargó de un plumazo el Impuesto sobre Actividades Económicas, que era la fuente tributaria con la que las administraciones locales hacían frente a una parte sustancial de sus gastos corrientes.
Como consecuencia de esa decisión, encuadrada en la ideología neocón de la pandilla de Bush, nuestros Ayuntamientos se lanzaron a especular con el suelo, para sustituir esa fuente de ingresos que se les había suprimido, y de aquellos polvos vinieron los lodos que ahora ahogan a la economía de la comunidad, centrada en la especulación, el maltrato del territorio, el abandono de los sectores industriales y agrarios, la divinización de la construcción y los servicios como los nuevos dioses de la prosperidad, ahora devenida en fracaso, como confirma la infantil demanda de auxilio de Camps,que revela la incapacidad financiera, la impotencia de una política incapaz de hacer frente a la situación.
Esta mañana he almorzado con unos amigos libertarios en el Barrio del Cristo. Después he visitado una industria gráfica recién instalada en un polígono industrial de Ribarroja. Unas instalaciones modélicas, un edificio imponente, pero una de sus plantas, dotada con equipos de la tecnología mas vanguardista, estaba vacía. El empresario que decidió hacer esas inversiones, en lugar de distraer esos recursos en actividades especulativas, ha tenido que recurrir a un ERE, y va a despedir a parte de su plantilla.
Mi amigo, el empresario, no ha trasladado ninguna queja por lo duro de la situación por la que atraviesa, pero en su semblante se advertía una cierta frustración, una sensación de fracaso. La misma sensación que percibo en el rostro de Camps cuando sale a decir unas cosas, cuando en su interior siente otras.
Porque la comunidad que nos deja, la que tenemos ahora mismo, es la expresión de su fracaso personal y de otros muchos fracasos empresariales como el que he conocido de primera mano esta mañana. Cuantos otros empresarios, cuantos trabajadores, sentirán ahora mismo esa sensación, que podría haber sido otra si los máximos responsables de nuestra vida pública hubieran actuado
de otro modo. Si hubieran buscado apoyar el equilibrio de nuestro modelo económico, potenciando la industria, modernizando nuestras estructuras agrarias, en lugar de dejarlas en la indigencia, derivando, de manera suicida, toda su política económica y financiera, hacia actividades puramente especulativas y a espectáculos grandilocuentes y efímeros.
No comparto, para nada, el sentimiento de fracaso implícito en una administración que practica el frenazo y la marcha atrás ante la envergadura del problema que tiene que enfrentar. Tampoco, aún entendiéndolo, el sentimiento de frustración de muchos empresarios que han seguido invirtiendo a pesar de saberse olvidados por quienes estaban obligados a apoyarlos.
Por el contrario, creo que nuestro potencial humano, empresarial, económico y financiero, pese a las dificultades de la situación actual, tiene grandes expectativas de futuro. Pero para que esas expectativas, esos nuevos proyectos, esas energías, esas sinergias, afloren, es condición necesaria la renovación de la clase política que nos ha traído donde estamos.
Porque hay que decirlo con claridad, ni Estados Unidos, ni el gobierno central, son responsables de las consecuencias particulares de la crisis en cada economía. La crisis es un marco general que nos afecta a todos, pero cada comunidad, cada país, cada economía, es responsable del modo particular en que se ve afectada por ella, porque son las políticas de desarrollo, las elecciones sectoriales, el modo en que se articula el esfuerzo político en una u otra dirección, lo que determina la intensidad del daño económico y social que cada economía recibe, que suele ser proporcional a su fragilidad, a la falta de consistencia de su modelo económico particular.
Tenemos una crisis, es cierto, pero no es solo económica y financiera, es, en primer lugar, política, y hasta que no desaparezcan de la escena las fuerzas políticas fracasadas que nos han conducido hasta aquí, nuestra capacidad empresarial, nuestro capital humano, no levantarán cabeza.
Es una opinión.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-03-09.
CONFIDENCIAL
Esta expresión tiene su raíz, según el Espasa, en la confianza, pero también en el secreto, añado yo. La confidencialidad es algo que se cuece, se hace, o se dice en confianza o con seguridad recíproca entre dos o mas personas. Lo confidencial también tiene su presencia en los argumentos y ficciones teatrales, cinematográficas y políticas, que tanto da. Las expresiones, solo para sus ojos, o quemar después de leer, son ejemplos de lo confidencial llevado a la literatura del crimen y a la pantalla.
Lo confidencial lleva implícita la figura del confidente. Si será importante esta figura en la empresa y en la política, por citar solo dos ámbitos de su actuación, que hasta hay sillas de confidente. Esas sillas sin brazos donde se sienta el comunicador de confianza, el empleado o el político subalterno para largar todo lo que sabe en la intimidad del encuentro bilateral con el jefe.
Siendo como es lo confidencial cosa de pocos, de dos o tres, uno no entiende que el Consell de Heliópolis se ampare en la confidencialidad para negar el conocimiento público de mas de una decena de contratos suscritos entre sus Consellerías y algunos entes privados. Porque, vamos a ver, quienes han firmado esos contratos del lado público, lo han hecho por delegación de cinco millones de personas que han puesto en su mano, mediante el voto, la capacidad de contratar, pero en modo alguno esa representación delegada lleva aparejada la ocultación al público de esas condiciones contractuales.¿ Es que se han vuelto locos, o que?
Da la sensación de que la patrimonialización de la gestión pública, el sentimiento de que no administran lo nuestro, sino que disponen de lo suyo, se ha generalizado entre los políticos de Heliópolis, aunque no solo de aquí. Está visto que la política no tiene enmienda. Le das a un tipo la capacidad de administrar, mediante el voto, el patrimonio común, y se cree que es una finca al servicio del señorito. Del señorito Serafín Castellano, ni hablemos. Un tipo que confunde lo legal o regular, con lo ético, necesita urgentemente unas clases de ética Kantiana, y desde luego hay que echarlo enseguida de la vida pública, para ver si aún está a tiempo de regenerarse.
En mi opinión, lo importante de todo esto no es el contenido de esos contratos, que se oculta al conocimiento público, que también, sino las actitudes de nuestros políticos electos que, cuando fueron elegidos, se dejaron llevar por la retórica habitual. Gobernarían para todos, dijeron. Ahora, la oposición, que representa a una parte importante del electorado, les reclama un nivel de transparencia acorde con aquellas promesas y se llaman andana.
No me acostumbro a las debilidades de la democracia formal. Asumo que es infinitamente mejor que la ausencia de democracia parlamentaria, que la dictadura. Cualquiera que haya vivido en un entorno de sistemas políticos autoritarios, caracterizados, entre otras cosas, por una opacidad absoluta y una impunidad permanente de los gobiernos, suscribirá esta preferencia, pero siempre hay un montón de tipos dispuestos a vaciar la democracia de sus mejores virtudes, de la transparencia en las acciones de gobierno, de la publicidad de los contratos que suscriben los gobiernos.
¿Que nos queda a los ciudadanos que sufrimos ese menoscabo de la vida democrática, en un entorno formalmente democrático? Nos queda el poder del voto, que no es poco. Pero los aparatos de propaganda de los partidos, las políticas orientadas a cautivar, a seducir a los votantes, por medio de la poderosa maquinaria que engrasan los gigantescos presupuestos que controlan, parecen tener mas peso que el voto crítico consciente de la necesidad de un cambio en las estructuras anquilosadas después de una larga temporada de mayorías absolutas.
No solo sucede aquí, en Heliópolis, ahí está Chaves gobernando Andalucía desde ni se sabe. Las mayorías absolutas son cómodas para los partidos, pero no me parecen en absoluto saludables para los gobernados, y hasta que los electorados no tomen conciencia del peligro que supone dar un cheque en blanco a una determinada opción política, y renovarlo indefinidamente, los abusos de poder perpetrados por esas mayorías no disminuirán.
Al parecer, está en la naturaleza de algunos políticos. Les das un voto para que administren un patrimonio común, y se comportan como si fuera una finca suya.
En fin. Confidencial.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-03-09.
Lo confidencial lleva implícita la figura del confidente. Si será importante esta figura en la empresa y en la política, por citar solo dos ámbitos de su actuación, que hasta hay sillas de confidente. Esas sillas sin brazos donde se sienta el comunicador de confianza, el empleado o el político subalterno para largar todo lo que sabe en la intimidad del encuentro bilateral con el jefe.
Siendo como es lo confidencial cosa de pocos, de dos o tres, uno no entiende que el Consell de Heliópolis se ampare en la confidencialidad para negar el conocimiento público de mas de una decena de contratos suscritos entre sus Consellerías y algunos entes privados. Porque, vamos a ver, quienes han firmado esos contratos del lado público, lo han hecho por delegación de cinco millones de personas que han puesto en su mano, mediante el voto, la capacidad de contratar, pero en modo alguno esa representación delegada lleva aparejada la ocultación al público de esas condiciones contractuales.¿ Es que se han vuelto locos, o que?
Da la sensación de que la patrimonialización de la gestión pública, el sentimiento de que no administran lo nuestro, sino que disponen de lo suyo, se ha generalizado entre los políticos de Heliópolis, aunque no solo de aquí. Está visto que la política no tiene enmienda. Le das a un tipo la capacidad de administrar, mediante el voto, el patrimonio común, y se cree que es una finca al servicio del señorito. Del señorito Serafín Castellano, ni hablemos. Un tipo que confunde lo legal o regular, con lo ético, necesita urgentemente unas clases de ética Kantiana, y desde luego hay que echarlo enseguida de la vida pública, para ver si aún está a tiempo de regenerarse.
En mi opinión, lo importante de todo esto no es el contenido de esos contratos, que se oculta al conocimiento público, que también, sino las actitudes de nuestros políticos electos que, cuando fueron elegidos, se dejaron llevar por la retórica habitual. Gobernarían para todos, dijeron. Ahora, la oposición, que representa a una parte importante del electorado, les reclama un nivel de transparencia acorde con aquellas promesas y se llaman andana.
No me acostumbro a las debilidades de la democracia formal. Asumo que es infinitamente mejor que la ausencia de democracia parlamentaria, que la dictadura. Cualquiera que haya vivido en un entorno de sistemas políticos autoritarios, caracterizados, entre otras cosas, por una opacidad absoluta y una impunidad permanente de los gobiernos, suscribirá esta preferencia, pero siempre hay un montón de tipos dispuestos a vaciar la democracia de sus mejores virtudes, de la transparencia en las acciones de gobierno, de la publicidad de los contratos que suscriben los gobiernos.
¿Que nos queda a los ciudadanos que sufrimos ese menoscabo de la vida democrática, en un entorno formalmente democrático? Nos queda el poder del voto, que no es poco. Pero los aparatos de propaganda de los partidos, las políticas orientadas a cautivar, a seducir a los votantes, por medio de la poderosa maquinaria que engrasan los gigantescos presupuestos que controlan, parecen tener mas peso que el voto crítico consciente de la necesidad de un cambio en las estructuras anquilosadas después de una larga temporada de mayorías absolutas.
No solo sucede aquí, en Heliópolis, ahí está Chaves gobernando Andalucía desde ni se sabe. Las mayorías absolutas son cómodas para los partidos, pero no me parecen en absoluto saludables para los gobernados, y hasta que los electorados no tomen conciencia del peligro que supone dar un cheque en blanco a una determinada opción política, y renovarlo indefinidamente, los abusos de poder perpetrados por esas mayorías no disminuirán.
Al parecer, está en la naturaleza de algunos políticos. Les das un voto para que administren un patrimonio común, y se comportan como si fuera una finca suya.
En fin. Confidencial.
LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 11-03-09.
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