domingo, 29 de marzo de 2009

MAS ALLÁ DE LA CRISIS

Ayer bajé al Maravillas y Tony había puesto unas mamparas para separar ese espacio de ficción hostelera en tres secciones diferenciadas. Fumadores, No fumadores y Aquí no se habla de la crisis.
Me acomodé en el tercero, aunque, después de un rato, incapaz de resistir la ansiedad que me provocaba el síndrome de abstinencia, me pasé a la de fumadores.

Esa es la razón por la que ayer me salió la entrada del blog algo mas mística, una cosa sobre la oscuridad y la luz, en relación con la HORA DEL PLANETA, a la que me sumé cenando un panaché de verduras a la luz de unas velas. Ese gesto tan romántico fue recompensado porque, después de apagar las velas y cambiar la hora en el despertador, me fui a la cama con mi mujer y mojé.

Esta mañana, como el Maravillas no abre, he ido a tomar café al bar de los locos, que está frente a mi casa. La locura se expresa con diferentes grados. El mas peligroso es la normalidad, que se caracteriza por la aceptación de la realidad tal como se percibe, como nos la cuentan, sin la menor inquietud por hacer algo para cambiarla, para devolverla a la auténtica normalidad. Los locos que frecuentan el bar de enfrente son menos peligrosos. Envueltos en la bruma de la cazalla matinal exhalan su aliento algo pestilente y comparten sus conversaciones absurdas, sin que puedas atisbar en ellas el menor signo de peligrosa normalidad.

He comprado “El País” porque llueve y se avecina una mañana doméstica mas sedentaria que de costumbre, y he encontrado, de momento, tres cosas que me han interesado. La columna de Vicent, y el artículo de Millás, que son dos de los escritores de por aquí que mas me interesan, y la cubierta de “El País Semanal” que lleva una pregunta que me resulta familiar en su formulación, "¿Y si la atómica fuera la energía del futuro”, que formula un tal Jesús Rodríguez.

Vicent advierte en su columna “contra la peligrosidad de los hombres de principios inalterables que, aplicados en un marco de poder absoluto y muy devoto, pueden mandarte a la horca , sin ahorrarse las lágrimas, mediante una forma de extrema violencia amparada en la piedad”, y en la normalidad, añado yo.

Millás pone la letra a la música de la foto de una niña haitiana malnutrida, otra forma de normalidad, llamada Venecia Lonis, “un nombre con el que habría hecho fortuna en cualquier sitio” “Vienes al mundo con ese nombre en Nueva York --añade Millás-- en Londres o en Berlín y tienes hecha media carrera de escritora, de arquitecta, de jefa de protocolo o de poeta maldita. Pero en Haití te llamas Venecia Lonis y como si lloviera.”.

No he leído en cambio el previsible reportaje del semanal “Y si la atómica fuera la energía del futuro?", del tal Rodríguez, porque la sola formulación de esa pregunta ya da cuenta de por donde van a ir los tiros. Me recuerda sobremanera el titulo del artículo de Baviera, director de un colegio mayor del Opus en Heliópolis que comenzaba con una pregunta similar ¿ Y si fueran tontos”, referido a los agnósticos y que motivó una contundente respuesta por mi parte en la página “LA FOTOSÍNTESIS”, que fue la mas visitada del Blog durante el mes de Enero.

Puede parecer pretencioso y frívolo opinar sobre un reportaje que no se ha leído, pero tengo algunos argumentos que justifican mi actitud. Durante años me tragué las intervenciones divulgadoras de la ciencia de un sujeto aparentemente honesto, Toharia, quien ahora dirige el museo de la ciencia en Heliópolis, hasta que una persona muy informada del movimiento anarco ecologista me dio pruebas de que Toharia estaba al servicio del lobby interesado en la promoción de la energía nuclear. Su posición mas reciente, junto a otros que difunden el escepticismo ante el cambio climático, lo confirma.

Estos tipos de aspecto honesto, tan integrados en la normalidad, son los mas peligrosos. Desde su posición de prestigio, bien instalados en los canales de los medios de comunicación, divulgan sus aparentemente sólidos y objetivos conceptos científicos, con un aire inocente, pero en realidad están largando todo el tiempo basura pro nuclear, al servicio de una comunidad muy selecta de físicos, operadores de centrales nucleares, financieros, que tratan de extender su influencia por todo el planeta, y ahora se están planteando que su oportunidad de oro para vendernos la cabra se encuentra, justamente, mas allá de la crisis.

Es un hecho que pocos discuten, sobre todo si están bien informados, que cuando las economías remonten su anorexia actual se producirá una crisis de oferta en el sector energético, por el desequilibrio entre las fuentes energética entonces disponibles y las necesidades de consumo inducidas por el aumento de la demanda.

Un futuro dominado por la energía nuclear, que es lo que aventuran estos lobistas, sin que se haya resuelto el grave problema del almacenamiento de residuos, y con unas tecnologías sucias, que se nos promete mejorar, pero que, cada cierto tiempo, nos dan un susto en alguna parte del planeta, -¿Se acuerdan de Chernobil?-- no es precisamente lo que yo deseo para mis nietos, sobre todo ahora que tengo dos –el segundo vino la semana pasada.

Si, además, consideramos que las cuantiosas inversiones que precisan esos procedimientos de conversión energética, requieren de altos precios para ser viables, un futuro de energía nuclear significa, en román´paladino, una energía mas cara, una factura mas elevada para el consumidor, que es lo que, sin duda, mas les interesa a quienes promueven la defensa de este tipo de fuentes energéticas.

Frente a ese planteamiento interesado, que es cualquier cosa menos neutral, y que defienden tipos como Toharia y Rodríguez, ellos sabrán muy bien porqué, hay un grupo muy numeroso de científicos, expertos y activistas anti nucleares, que están por procedimientos de conversión energética menos dañinos, mas baratos, y que en los últimos decenios han conseguido, con su insistencia, que un porcentaje significativo de la energía producida, lo sea de energías limpias y renovables. Ese es el futuro que yo deseo para mis nietos. Supongo que muchos de ustedes también.

Pero si seguimos instalados en la peligrosa normalidad, aceptando la realidad como nos la cuentan tipos tan peligrosos como Toharia, Rodríguez y compañía, sin la mínima inquietud por hacer algo para cambiarla, quizás porque es mas cómodo que abrir un poco los ojos, el futuro que nos aguarda mas allá de la crisis, puede ser algo inquietante.

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 29-03-09.

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