miércoles, 4 de marzo de 2009

DEMOCRACIA, PRENSA, INTERNET.

“Sin prensa profesional, ¿habrá democracia?”. Esta pregunta, con la que Gregorio Martín titula su artículo de hoy en las páginas de opinión de “Levante”, mueve a la reflexión, incluso, a quienes no somos profesionales de la prensa.

Que la prensa ha crecido con la democracia, y la democracia lo hace cada día gracias a la prensa profesional es algo que seguramente compartimos todos los que apreciamos la democracia como sistema político y la prensa, no solo como medio de comunicación, sino como expresión de un grupo de profesionales capaces de denunciar ilegalidades y abusos que, sin su concurso, no serían del dominio público.

“Hacer un periodismo responsable que interese, dedicar semanas a una investigación de final incierto y defender la libertad de expresión son tareas difíciles y caras, que no están al alcance ni de la publicación gratuita, ni del internauta. La única entidad con capacidad para afrontarlas ha sido el periódico profesional.”

El párrafo entrecomillado creo que todos, internautas o no, lo suscribimos, pero es Martin, el articulista, precisamente, quien, al usar la expresión “ha sido”, en lugar de “es”, indica que tal vez la prensa escrita se encuentra cerca del final de un ciclo que le va a exigir cambios sustanciales para poder afirmarse y adaptarse a un proceso de cambio tecnológico al que no puede sustraerse.

Ese ciclo comenzó, tal vez, cuando los lectores contaban en los mercados, en un entorno de analfabetismo preponderante, las noticias que llevaban los periódicos locales. Tuvo su punto álgido cuando los periodistas del Washington Post demostraron que eran capaces de enfrentarse al poder político de su país, denunciar sus excesos, y contribuir a derribarlo. Tal vez comenzó a declinar cuando la CNN transmitió en directo la primera guerra de Irak y quizás se acentuó ese declive cuando la prensa de Estados Unidos se plegó a las mentiras de Bush, por un sentido del patriotismo inducido por los atentados del 11-S, mientras Internet, al margen de la prensa profesional, era el refugio de comunicadores no profesionales, algunos de los cuales, bien informados, contaban la verdad de los hechos que había detrás de todas aquellas manipulaciones interesadas.

En mi opinión, sería una pérdida para todos que la prensa escrita profesional desapareciera. Una pérdida para los profesionales que la ejercen, para la democracia, para sus lectores, y también para los internautas, sobre todo para los comunicadores no profesionales que interactuamos con las informaciones que publica. No creo que vaya a desaparecer, aunque seguramente tendrá que adaptarse a los cambios tecnológicos del entorno.

La naturaleza del progreso tecnológico parece indicar que va mas deprisa que el progreso humano. Basta poner unas sumas ingentes de dinero al servicio de ese proceso, para que se produzca el cambio. Sin embargo, las mentalidades, las creencias, los hábitos de las personas funcionan a otro ritmo y el dinero, generalmente, no resulta tan eficaz como en el caso de la tecnología para estimular esos cambios.

Aquí estamos, en el siglo XXI, con un modelo de democracia formal que tiene su origen en la Grecia clásica, --donde aquella forma social coexistió con relaciones esclavistas-- que está en la base de nuestras mentalidades, nuestras creencias, nuestras opiniones sobre los modos de organización política y social.

La tecnología ha añadido Internet –que no es solo un sitio cibernético para hacerse pajas mentales-- a ese panorama. La suma de prensa escrita profesional mas Internet ofrece unas posibilidades inéditas para progresar en formas y procedimientos democráticos que se han quedado por detrás de los avances tecnológicos, precisamente por el decalage entre ciencia y tecnología y progreso humano.

Por tanto, la pregunta pertinente, en mi opinión, es ¿Que puede hacerse en Internet y en la prensa escrita, para que los modos y procedimientos democráticos se pongan a la altura que el progreso tecnológico permite?”

Se puede hacer mucho. La prensa escrita tiene un bien ganado prestigio en la denuncia y corrección de conductas antidemocráticas, para las que sus estructuras están bien preparadas. Internet le ofrece un ámbito universal para que su voz tenga mayor repercusión, y la publicidad en Internet es otra fuente de ingresos a añadir a las que ya tiene. Ya se que hay ahora una crisis de ventas y de publicidad, pero eso no durará siempre. Espero y deseo un futuro brillante, en el que seguramente tendrán que estar presentes acuerdos entre los grandes grupos de comunicación y los grandes patrones de la red.

¿Que puede hacerse en Internet, una vez integrada la potencia de la prensa escrita en sus redes, en favor de modos y procedimientos democráticos mas avanzados y extendidos? Muchísimo.
¿Que sentido tiene, cuando todos los actores políticos pueden preguntar a los ciudadanos internautas, la mayoría en este momento, cualquier día, a cualquier hora, cuestiones relacionadas con la práctica cotidiana de los gobiernos democráticos, que no lo hagan?

No estoy hablando de un página web de un determinado partido, donde uno deja su opinión genérica sobre cualquier cosa, pienso en un sistema de toma de decisiones, con contenido político, económico y presupuestario, con participación ciudadana que, por primera vez en la historia, es ahora viable, económica y políticamente.

Si es barato y viable,¿ porque no se lleva a la práctica, ya.? Temo que los personas que tienen privilegios en los centros de poder no están preparadas. Nosotros si. Los ciudadanos, los internautas, gracias precisamente a la labor de los periódicos, que comenzaron llegando a los analfabetos en los mercados a través de un lector y alcanzaron su mayor gloria con la gesta del Washington Post, estamos mas preparados que nunca para formular opiniones, elegir alternativas, premiar conductas políticamente honestas y censurar las deshonestas, y podemos hacerlo, además de por los procedimientos tradicionales, a través de la red.

Pero el problema no es tecnológico, ese está resuelto, el asunto, como siempre, son las relaciones de poder, esas que, cuando siguen una dirección perversa, intentando vaciar de contenido las democracias, todos estamos obligados a denunciar. Los periódicos desde sus estructuras, los blogueros desde sus contactos, sus intuiciones, sus interpretaciones. Unos y otros somos útiles en esa tarea permanente que, en uno u otro escenario tecnológico, siempre será necesaria.

LOHENGRIN. (CIBERLOHENGRIN.COM) 4-03-09.

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