miércoles, 22 de abril de 2009

EL TREINTA POR CIENTO

He bajado al Maravillas y, después de tomar un café con leche y un agua mineral con gas, Toni me ha dicho, --Es la hora feliz. Hacemos un descuento del treinta por ciento. Luego he ojeado el Levante y me he enterado de que, aproximadamente, el número de turistas extranjeros que visitan Heliópolis ha descendido un treinta por ciento. En igual porcentaje han descendido, mas o menos, las compraventas de bienes inmuebles y la demanda de automóviles. No sabíamos aún como nombrar esta crisis, que si era financiera, económica, que si endógena o exógena, que si se parecía o no a la del 29. Ahora ya lo sabemos. Es la crisis del 30%, pero no es solo económica o financiera.

Esta madrugada he comprobado, con estupor, al moverme en la cama del lado izquierdo, que mi capacidad pulmonar ha disminuido por el tabaquismo, un treinta por ciento. Lo malo es que la chaman me llamó ayer para decirme que todavía no puede admitirme en ningún grupo de aspirantes a no fumadores, porque solo tiene un 30% de matrícula y con eso no puede empezar.

Mientras me afeitaba, he comprobado que un treinta por ciento de la superficie pilosa de mi rostro, algo ajado, porqué no decirlo, se quedaba tal cual, después de pasar el filo de la cuchilla por las mejillas enjabonadas. He mirado la cuchilla, y tiene un grado de deterioro del 30%. Lo jodido es que hoy tengo clase de periodismo y no puedo ir a Mercadona a comprar cuchillas nuevas.

No se trata de hechos aislados. Observo una uniformidad persistente en esto del treinta por ciento.
Anoche, sin ir mas lejos, estaba leyendo un libro de Caballero Bonald, que saqué de la biblioteca, y comprobé, con horror, que mi indice de comprensión de lectura ha descendido, ¿lo adivinan?, un treinta por ciento.

Nada queda ajeno a este fenómeno. He leído en algún sitio que la probabilidad de que el Valencia C.F: consiga algún título en la actual campaña deportiva es del 30%. Raro, no?.

La universalidad de esta caída de los valores estadísticos económicos, deportivos y vitales le hace a uno dudar.¿Será verdad lo que apuntan los científicos rusos? ¿El sol se está apagando? Esa caída de la energía que mueve el mundo, alcanza en estos momentos un nivel del treinta por ciento y produce una regularidad en los índices de otras caídas que miden las crisis económicas y personales?

No seamos pesimistas. Utilicemos el viejo truco de la botella –no el de colocarnos-- medio vacía o medio llena. Con ese enfoque optimista, siempre podemos concluir que todo va bien al 70%. Es otro punto de vista.

No es un enfoque muy válido para celebrar la situación económica, pero si la personal. Si mantenemos un setenta por ciento de la capacidad respiratoria en estado útil, si nuestra virilidad todavía funciona al setenta por ciento, si el setenta por ciento de nuestros amigos todavía no se ha hartado de nosotros y aún nos ofrece su amistad, si el setenta por ciento de las mujeres con las que nos relacionamos aún considera agradable nuestra presencia, a pesar de que solo nos hemos afeitado la barba en un setenta por ciento, si, en fin, nuestro índice de felicidad alcanza todavía el setenta por ciento, si aún nos queda una expectativa de vida del treinta por ciento, mas vale darse con un canto en los dientes, que sumarse a los lamentos por la pérdida del treinta por ciento.

En fin. El treinta por ciento, o el setenta. Esa es la cuestión.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM) 22-04-09.

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