viernes, 17 de febrero de 2012

CARNAVAL

Al parecer, uno de los orígenes de la palabra 'Carnaval', podría ser 'Carro Naval'. Según mi profesor de teatro, los griegos antiguos llamaban así a una embarcación que recorría las islas del Egeo llevando a bordo la primera compañía de cómicos itinerantes de la que se tiene noticia.

En el debate que sostuvimos ayer en el aula de teatro sobre el origen y la historia de los carnavales, yo sostuve que esa fiesta es una licencia transgresora que el poder concede al pueblo para gobernar mejor después de ese desahogo tolerado, pero el profe sostuvo que el poder no es tan inteligente como se le atribuye y que esa festividad, aun siendo algo irreverente, se nutre de tradiciones rurales, --el es del país vasco, un lugar muy marcado por la tradición, y hasta por la brujería-- surgidas en el seno del pueblo, mas que de una manipulación consciente desde las estancias del poder.

Sea como fuere, es tiempo de Carnavales que, en cada sitio, tienen su propia expresión, aunque en Cádiz parece que lo celebran mas, por eso esta mañana he hecho de acompañante de mi nieto, pues en la escuela infantil a la que asiste, se celebraba un jolgorio con disfraces y chocolate, y el martes acudiré al Aula de Teatro provisto de una máscara comprada a un artesano veneciano, que representa a Arlequin, uno de los personajes de la Comedia d'il Arte, y reservaré la de Pantalone para un compañero, quien a su vez aportará un par de sombreros para completar el mínimo disfraz.

Pero no es de Carnaval de lo que voy a hablar a continuación, sino de manifestantes, pues lo que cuenta Javier Cuervo en la última de 'Levante' merece algún comentario
adicional.
(...)
Comenta Cuervo en su columna que Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso de los diputados, no sabe para que sirven las manifestaciones, no crean puestos de trabajo, dice.

Comenzaré por constatar que desde que el partido de Alonso se ha quitado la careta que llevó durante la campaña electoral y ha sacado el látigo legislativo para fustigar a los más débiles --a eso le llaman ahora 'ser valiente', yo creía que el valor se expresaba ante los fuertes-- no hay día que cuando visito el centro de la ciudad, sea para acudir al Aula de Teatro, para una sesión de cine en la Filmoteca o un concierto en La Nau, no me encuentre con grupos, mas o menos grandes, de manifestantes.

Unas veces se trata de multitudes que rebasan las cien mil personas, otras pequeños grupos que protestan frente a la Generalitat, con algunos participantes en huelga de hambre, la otra tarde vi un grupo frente al Ayuntamiento, --queremos cobrar, decían, ya ven que eslogan tan prosaico-- ayer, el autobús desvió su ruta porque una inmensa minoría de personas ocupaba San Agustín, y he visto por televisión a unas chicas,estudiantes,amenazadas por los anti disturbios, que parecían mas peligrosos que ellas. En fin, una inmensa minoría se manifiesta cada día, sin que Alonso sepa, al parecer, porqué.

Vamos a ver, Alonso, la gente se manifiesta cada día para que un imbécil como tu comprenda que está cabreada, que no comparte, en absoluto, el sentido de las medidas que está tomando tu partido, en perjuicio de los sectores menos poderosos de la sociedad, y en favor de los poderosos. Está claro, no?

Que tengáis mayoría absoluta en el parlamento solo significa que hicisteis una buena campaña, que supisteis engañar al electorado, ocultar vuestros verdaderos propósitos, pero cualquier encuesta de opinión ahora, muestra, igualmente, que existe una inmensa minoría cabreada con vosotros, y las manifestaciones son la expresión de ese cabreo.

Si no lo quieres entender, si no tienes capacidad para entender el sentido de las protestas, es que no tienes capacidad política para ocupar el puesto que ocupas. Cualquier persona inteligente, en tu lugar, habría entendido el mensaje y, tal vez, hubiera usado otros argumentos para justificarse, lo de que todos hemos de arrimar el hombro, esas cosas, pero contestar a las protestas del modo en que lo haces indica tu ignorancia supina del quehacer político.

Hay que ser del todo imbécil para afirmar que no se sabe para que sirven las manifestaciones, sobre todo porque, históricamente, las manifestaciones han precedido a las revoluciones, y las revoluciones han cambiado las relaciones de poder. Se ve
que Alonso no ha estudiado historia, de otro modo lo sabría.

Si creen que se las ven con una población sumisa, entregada, temerosa, se equivocan, cuando los niveles de explotación llevan a grandes colectivos sociales a la desesperación, cualquier cosa es posible. Por mucho que una parte de la población esté hipotecada y tenga miedo a moverse por si pierde un empleo de mierda, a este paso, la inmensa minoría agredida por la política desalmada de la derecha lleva camino de convertirse en una imparable mayoría. Solo habrá que esperar a la primavera para verlo.

No se si te enteras, Alonso, de lo que está pasando aquí en la calle. Baja de vez en cuando y lo verás. Ahora mismo, mientras corrijo esta entrada, los anti disturbios están dando leña a los estudiantes, otra vez. Esto no ha hecho mas que empezar.

En fin. Carnaval.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)17-02-12.

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