sábado, 11 de febrero de 2012

INTOLERANCIA

El grito intolerante de la portavoz del Consejo del Poder Judicial, su defensa cerrada, sin resquicio para la crítica, de sus compañeros de gremio del Tribunal Supremo, que han dictado una sentencia criticable, como todas, que en este caso ha ofendido la inteligencia y la sensibilidad democrática de una inmensa minoría, no hace sino confirmar que una parte del poder judicial, tiene conciencia de que este es un Estado de Derecho, pero no tanto de que la legitimidad de su ejercicio emana del pueblo. No es la primera vez que ese poder emite una sentencia contra el pueblo. Ocurrió con el caso Naseiro.

El argumento de que las escuchas son propias de un estado totalitario se revela falaz, cuando existen indicios fundados de delito, pero es la segunda vez en nuestra corta historia democrática que los jueces se ponen de parte de los delincuentes, y en contra del pueblo.
(...)
El cabreo de la inmensa minoría por la sentencia del caso Gürtel que ha descabezado a Garzón no es tanto, creo yo, porque no entendamos como es que el juez instructor ha sido condenado antes que los acusados, sino porque lo entendemos demasiado bien.

Tiene lógica jurídica que, si lo que se desea es torpedear un procedimiento que amenaza con poner en evidencia la financiación ilegal del partido popular, se empiece por liquidar al juez que ha instruido ese procedimiento. A partir de ahí, toda la instrucción del procedimiento queda en entredicho y se ha conseguido el fin perseguido por la sentencia del Supremo, en mi opinión, y en la de la prensa internacional, prevaricadora, como lo fue la del caso Naseiro.

La portavoz que ha gritado públicamente su indignación por las críticas al tribunal, diciendo, 'Es intolerable...' remite a la vieja sociedad del 'usted no sabe con quien está hablando', de los privilegios de clase y gremio, de la intocabilidad de ciertos poderes y claro, no justifico que alguien haya llamado fascistas a los miembros del tribunal, pero entre el fascismo y el gremialismo autoritario, no hay mucha distancia, que la portavoz ha disminuido aún mas con su actitud desaforada, que tal vez podía haber sido mas conciliadora.

He leído alguna respuesta airada a las palabras de la señora que pone la voz al CGPJ,
pero lo que menos necesitamos ahora son reacciones cabreadas. ¿Que tal si los estorninos de El Intermedio se posaran en las direcciones de correo electrónico de los magistrados del Tribunal Supremo, si es que las hay?. Podrían dejar allí los argumentos razonados que nos llevan a pensar a la inmensa minoría de este país que igual Garzón ha prevaricado, que dicen algunos entendidos que no, pero ellos, los
jueces del Supremo, a los ojos y los oídos del pueblo se han comportado como auténticos prevaricadores, en contra de los intereses soberanos del pueblo, y en favor de quienes los han vulnerado. O sea, que han dictado, a sabiendas, una resolución injusta.¿Se puede recurrir, tal cosa?

La verdad, no lo sé, el derecho no es mi fuerte. Espero que los que entiendan se pongan manos a la faena.

En fin. Intolerancia.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)11-02-12.

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