EL MÓVIL

En Barcelona se celebra el Congreso Mundial del Móvil, un artilugio que ha cambiado mucho en los últimos años y ahora es objeto de negocio para las mas de ochocientas operadoras que han estado presentes en la feria para mostrar curiosas novedades que amplían sus oportunidades de negocio, como esa que consiste en que si tienes un accidente mortal en tu automóvil, tu teléfono móvil se encarga de avisar para que rescaten tu cadáver. Que bien.

Me extraña que no hayan sacado otro que, cuando votas a la izquierda, te de un calambrazo en la mano culpable. Todo se andará.
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No hace tanto, el móvil era un cacharro portátil fabricado por Motorola, que pesaba mas de un kilo y solo usaba una reducida élite de ejecutivos de empresa y funcionarios de la policía. Trabajé en una empresa de electrónica industrial y Juan Ramón, el gerente, que siempre andaba de acá para allá con su BMW a velocidades casi supersónicas, de forma que nunca lo pillaba la Guardia Civil, se movía entre Madrid, donde estaba la sede central del Grupo y Valencia, domicilio de la empresa participada que el dirigía, y nunca se separaba del Motorola, ni de las pastillas de cafeína que le ayudaban a mantenerse despierto en medio de aquella agitación empresarial.

Una década después, la reducción del tamaño de los componentes electrónicos a una dimensión nano, y la innovación de las baterías de litio --Afganistán, además de dedicarse al cultivo de las flores alucinógenas, es uno de los mayores depósitos de litio del mundo, lo que explica que un tipo tan fino como Karzay haya sido puesto de monigote para administrar uno de los sistemas mas corruptos del mundo, después de la Comunidad Valenciana-- ha permitido universalizar el uso del móvil, las tabletas y sus derivados de nombre inglés impronunciable, lo que ha permitido una expansión sin precedentes de las compañías de telefonía a nivel mundial.

En España, esas compañías disfrutan del privilegio de aplicar las tarifas mas caras de Europa. No es ajeno a esa situación el hecho de que Movistar, continuadora del antiguo monopolio de Telefónica, haya sido el establo donde han pastado los amigos políticos de los sucesivos presidentes de gobierno, desde Villalonga, a Alierta.

Otra razón para el encarecimiento de esas tarifas respecto a otros precios internacionales la encontramos al constatar los culos que se sientan en otros sillones de esa compañía, por ejemplo el de Zaplana, uno de los tipos mas listos de la política española, que ha sabido zafarse a tiempo de los asuntos de corrupción que afectan a otros presuntos, dejando que sean ellos los que den la cara.

El presunto Urdangarin, ahora tan nombrado por sus asuntos extra conyugales, también tiene un sillón en Telefónica, aunque sus tareas 'caritativas' al parecer no le dejan tiempo para fichar, sin que nadie se escandalice por su absentismo, ni proponga su cese tras nueve días de ausencia. Este maestro del braguetazo es, además, el paradigma perfecto de la estadística de masas puesto que, preguntado, 'no sabe/no contesta' como se dice en las grandes encuestas que tratan de averiguar si a los votantes de la derecha --casi todos-- les gusta mas la barba de Rajoy natural, o teñida.

Por lo que a mi concierne, el móvil es un aparato que solo gasto para que mi hija mayor me diga si he de ir o no a recoger a mi nieto mayor al colegio. Es un modelo antiguo, lo que es una ventaja. Tengo un amigo y colega en el Aula de Teatro que lleva un móvil tan moderno que cuando le pido que marca el número de casa, porque me he quedado sin batería, no sabe como hacerlo, solo sabe llamar a números previamente programados. Joder, José Luís, para que quieres un cacharro tan moderno, si no lo sabes usar.

En cuanto a mi operadora es Movistar --que incongruencia, la de Villalonga, Alierta, Zaplana, Urdangarin, si-- pero nada de firmar contratos, pongo diez euros en el quiosco y jamás he recibido una factura ni he tenido que hacer reclamación alguna, aunque me jode darle a la operadora diez Euros que no caducan,--de momento-- a cambio de unas llamadas que pueden caducar antes de hacerlas. Un robo, sin mas, aunque no se consume, pues gasto las llamadas antes de que caduquen.

Por mi, se pueden ir a la puta mierda todas las operadoras, sus directivos y enchufados. Volvamos a una civilización sin móviles y sin fábricas, a una economía de subsistencia de base rural, aunque, no crean que esto haría desparecer a los chorizos.

En una economía así, sin PIB ni nada, subsistirá la especulación, chorros de dinero circularán por el sistema financiero aplicados a las apuestas sobre cuantos ciudadanos van a morir de inanición, cuantos otros van a perder su vivienda, o su empleo, y nada de esto detendrá el impulso especulativo del mundo moderno, desligado ya de la actividad productiva.

Puede parecer una exageración, pero algo parecido es lo que viene sucediendo en la economía mundial desde que se ha puesto de moda una política de una sola dirección, hundir cada vez mas a los mas débiles.

En fin. El Móvil.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 28-02-12.