lunes, 20 de febrero de 2012

LA PROTESTA

He tenido dos días interrumpido el acceso a mi propia página, vaya usted a saber porqué. Ahora que está de nuevo disponible gracias a los arcanos de los procedimientos de Google que me son del todo desconocidos, redacto esta entrada que debió ser publicada el sábado, con lo que ha perdido por completo su actualidad, ya que se inspiraba en los incidentes habidos por la actuación policial ante las protestas de los estudiantes de secundaria que fueron reprimidas con una brutalidad innecesaria.

Pido disculpas a los usuarios por esta tardanza involuntaria.
(...)

La responsable directa de tal actuación policial, la delegada del gobierno Sánchez de León, justificó el uso de la violencia porque, según declaró, la actitud de los estudiantes fue ilícita, lo que da pie a algunas reflexiones.

Según esta concepción del uso de la libertad ciudadana, cuando un grupo de ciudadanos decide protestar contra alguien, primero debe pedir permiso para hacerlo. Me parece absolutamente surrealista que una actitud de protesta deba ir precedida de una muestra de sumisión, aunque sospecho cual es el origen de esta cosa tan absurda.

En tiempos de la dictadura, a nadie se le habría ocurrido la peregrina idea de pedir permiso para manifestar su protesta por la falta de libertades ciudadanas. Luego, conseguidas esas libertades, el famoso consenso que puso en manos de los partidos mayoritarios el ejercicio de la democracia parlamentaria, que no es lo mismo que la democracia ciudadana ejercida de modo directo, algún partido de izquierdas, algún sindicato, cayeron en la práctica absurda requerida por las nuevas leyes de que para manifestarse había que pedir permiso.

No recuerdo que nadie pidiera permiso a nadie para presionar en la calle por las cosas justas que, aunque se alcanzaron en buena medida por la muerte en la cama del dictador, una parte muy considerable de la población estuvo reclamando durante los años duros del tardo franquismo, sin pasar por ninguna ventanilla antes para comunicar sus intenciones.

En mi opinión, la ilicitud a que alude Sánchez de León para justificar la dureza aplicada a reprimir a los estudiantes, es un término jurídico de validez mas que relativa, pues la libertad de expresión es un término consagrado por la constitución, y ningún reglamento o desarrollo de ley alguna redactada para hacer mas cómoda la vida de los ministros del Interior y el personal a sus órdenes, puede invocarse para limitar ese derecho por medio de la fuerza.

El domingo asistí a la manifestación convocada por los sindicatos, y debo decir que me pareció una cosa triste , en la que no encontré demasiados mensajes, lemas y actitudes combativas, eché de menos mensajes solidarios con los estudiantes maltratados y en general, observé una actitud tan pasiva que me pareció un desfile que se hacía con la única intención de que alguien que contara el número de asistentes se atribuyera el dudoso mérito del anodino acto.

Mi impresión fue que, si alguna fuerza social tiene la capacidad de influir en el actual estado de cosas, no son los sindicatos, aunque si no existieran, habría que inventarlos, pero, lamentablemente, después de la mucha sangre derramada para obtener el derecho de sindicación, lo que tenemos ahora son organizaciones dependientes del poder al que no se atreven a plantar cara, al menos de momento. Por el contrario, son las generaciones mas jóvenes las que parecen dispuestas a la protesta, a la lucha, a la reivindicación de un futuro que quieren que les pertenezca.

Pedir a estos jóvenes, como hace Sánchez de León, que pidan permiso para protestar, es desconocer la naturaleza, el origen, del impulso de la protesta, que no es otro
que la necesidad de liberarse de las ataduras de un sistema que no solo es injusto, sino que ha sido puesto en manos de decisiones foráneas que lo condicionan todo.

¿Como se atreven los políticos locales a hablar de licitud, cuando están conculcando
todo nuestro Estado social, poniéndolo a disposición de poderes ajenos a los que no hemos sancionado con el voto democrático.?

Todo nuestro marco legislativo ha perdido legitimidad al ponerse la clase política al servicio de intereses ajenos, con la excusa de los requerimientos financieros de nuestras cuentas públicas.

¿Ilicitud? Venga ya.

En fin. La Protesta.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN)20-02-12.

1 comentario:

  1. Lo mas seguro es que alguien intento acceder a tu blog, y como no tenia el user y password, hizo varios intentos sin exito, asi que google por seguridad desactivo el acceso por unos días.
    Saludos.
    Debes sentirte alagado, ya tienes enemigos ciberneticos, a alguien le preocupa lo que escribes y lo que te leen.
    http://www.satelliteview.org

    ResponderEliminar

Comentarios