sábado, 25 de agosto de 2012

ENTRE PARÉNTESIS

He bajado al bar de los locos en una mañana dulce y fresquita antes de que se active el horno de calor mediterráneo, con la ilusión de comprar El País, pero en el quiosco comunicado con ese bar (mucho mejor que anexo, no?) solo se han recibido hoy tres ejemplares y ya los han vendido. Lástima, quería consultar su suplemento literario, a veces un ladrillo, porque antes de usar los latiguillos  literatura del ego, y del ello, necesitaba documentarme un poco.

 Así de memoria, creo que Neruda, Joyce o Sartre, pusieron mucho ego en lo que escribieron, pero me parece que eso no está bien visto ahora en el gremio. No me importa demasiado --algo sí-- el que dirán, por eso uso la literatura del ego como un fin en si mismo, para volcar mis impulsos egocéntricos en la caligrafía de ordenador (Millás) que practico, y trato de usar el medio de la prosa efectista para ese fin. A veces funciona, otras veces no.

 (...)
Matías Vallés intenta lo de la prosa efectista en la última de 'Levante', 'La autora del 'Ecce Homo', un asunto repetido en toda la prensa mundial, nacional y local importante, en las redes sociales y demás soportes, porque la tendencia a la imitación, no ya en la sociedad, sino en la información que genera esa sociedad, es infinita, y yo no voy a repetir, solo a celebrar que esa tendencia haya convertido al zaragozano pueblo de Borja en una potencia turística

Vallés intenta, en las primeras diez líneas de su columna, un efecto de llamada al lector, pero sus párrafos desestructurados, la ausencia de esa cadencia, de esa continuidad circular en la que Vicent es maestro, lo deja todo en un acto fallido. Otra vez será, Matías.

Quiero hablar de un recurso narrativo de una potencia insospechada, que he vuelto a descubrir últimamente y que permite el insulto (no confundir con la amenaza) con condón. El paréntesis. Me explico. Si tu escribes, la guarra Cospedal, a todos les sonará como un insulto puro y duro, pero si, por el contrario, encierras la parte mas ofensiva de esa frase entre esos dos segmentos de curvas tan eróticos, tan sugerentes, que son los paréntesis, la forma cambia radicalmente, la (guarra) Cospedal, observen, esa forma aísla, físicamente, la asociación de la hembra del cerdo con el apellido del personaje político. Estamos, claramente, ante una nueva forma de expresión, el insulto con condón.

Todo esto viene a cuento de que, al parecer, hay gente en las redes sociales que no solo no usa condón para insultar, sino que al parecer, se dedica a la amenaza pura y dura.

 Reconozco que yo también he amenazado, al menos una vez, con pintar de negro a la ministra de Fomento si quita la línea de cercanías de Alcoi, pero ahora se trata de que un tal señor Maluenda, síndico del partido Impopular, que engañó a los electores --la mayoría se dejó engañar a sabiendas-- haciendo creer que era Popular, que estaba a favor del pueblo al que ha machacado con decretos antisociales desde que empezó la legislatura,  denuncia amenazas 'terroristas', está en su derecho, pero otros estamos en nuestro derecho de denunciar que ahora nuestro gobierno autonómico Impopular se ha convertido en un mendigo que pone la mano rogando una limosna a sus colegas de Madrid, a lo que estos responden con el socorrido 'otra vez será'.

 Tengo algunas dudas al respecto, se trata de amenazas 'terroristas' puras, o son tal vez amenazas derivadas del (t)errorismo, es decir, una sucesión de errores políticos acumulados en el tiempo?. Otra vez, se ve la enorme importancia de los paréntesis, cómo un paréntesis puede alterar el sentido de una frase, de una palabra, por no hablar de que el lenguaje mismo, sea el del ego, el del ello, o el de aquello, puede ser, en si mismo, una amenaza

De lo que no hay duda es de que Maluenda ha sido amenazado, al parecer, por persona o personas que no atienden al lado sutil del lenguaje. No me parece bien que se amenace a los políticos, si no te amenazan ellos con llevarse un servicio público por delante, como el tren de Alcoi. En todo caso, se les puede defenestrar en las elecciones. 

En una comunidad como esta que lleva mas de quince años votando a la derecha,a quienes habría que desautorizar es a los capullos que lo siguen haciendo, a pesar de toda la evidencia acumulada sobre su horrible gestión.

 El señor Maluenda, a quien, al final, me veo obligado a defender de las amenazas que ha recibido, al parecer graves y que perjudican su sosiego personal, ha estimulado, con su foto y su apellido en la 5 de 'Levante', mi memoria antigua.

Alguien con un apellido semejante, Malonda, un ingeniero industrial, que fue delegado del gobierno en la extinta CAMPSA, fue quien me dio mi primer empleo serio en la empresa privada. A su modo, fue un empresario modelo, que se molestaba en leer textos sobre gestión empresarial, pagaba dietas a los responsables de áreas de gestión por asistir a las reuniones y creaba empresas nuevas. 

El hecho de que la que creó en el sector del gas, en la que ejercí de director financiero no durara, --en la comida que se dio en el Náutico con motivo de la inauguración de una nueva planta gasística, ya no se pagó la factura de la paella de langosta-- no fue enteramente de su responsabilidad, sino de todos los que participamos en aquel proyecto, a pesar de que un director comercial que también trabajaba para el usara el fácil chascarrillo, 'quien malonda, mal acaba'

En fin. Entre paréntesis.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25-08-12.

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