domingo, 14 de octubre de 2012

ALARMAS

Acabo de regresar de mi escapada de tres días a un lugar aislado adonde no llega la prensa, y la lectura de los titulares de los diarios que cuelgan en el expositor del quiosco sugiere que debía haberme quedado allí un poco mas, tres años por lo menos, por lo amenazante de sus mensajes.

La palabra 'alarma', implícita en la entradilla del artículo de la primera de El País, junto a la de 'amenaza' de su titular gordo, evocan, no se si sin querer, o queriendo, el naufragio del Concordia ¿Se llamaba así?, aquel crucero que zozobró por la impericia de sus conductores, recuerdan?.

No es justo que, cuando te has recuperado de los sustos que te impulsaron a huir, un redactor, desde Tokío, te diga lo siguiente: 'La crisis de los países más ricos amenaza con un derrumbe global' 'El FMI ve 'alarmantemente' probable una desaceleración mundial', todo ello acompañado de la imagen de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo y Olli Rehn, presidente del cuarto Reich, ambos con la mirada enfocada hacia otro lado, para no verse, como si se odiaran.
(...)  
Es normal que dos personas que tienen el mismo carácter, los mismos defectos, se rehuyan, para no chocar, pero resulta extravagante que estos dos sujetos miren para otro lado cuando parecen tan distintos. Olli es la representación de la prepotencia, la soberbia, lo hemos visto a menudo en sus comparecencias públicas, Draghi, en cambio, evoca al mayordomo del Papa,  aunque tiene toda la información en su mano, no se atreve a usarla. 

No me gusta la palabra derrumbe. Aprendí, con las lecturas de Octavio Paz, que es mas bella la expresión demolición. No solo suena mejor, sino que describe con mas precisión lo que sucede con la economía. El derrumbe parece una caída súbita de alguna arquitectura,sin que intervenga la mano humana, mientras que la demolición exige la participación activa de una cuadrilla de especialistas afanados en demoler lo que hay.

Por otro lado, causa cierto respeto volver a leer la palabra 'desaceleración' de tan infausta memoria, que pasará a los anales del eufemismo porque la empleó ay! el señor Zapatero, aunque las malas lenguas dijeron que la inspiró Pedro Solbes, ambos, después de aquello, desaparecieron de la escena pública.

Da miedo, no?, que el Fondo Monetario Internacional, hable ahora de 'desaceleración mundial'. Para empezar, esta institución se llama igual, 'Fondo...' que los inversores que nos atacan ahora con la prima de riesgo. Por otra parte, si Christine Lagarde tuviera la deferencia de permitirme pasar un fin de semana con ella, --solo tomando el té-- no se si tendría tiempo suficiente para recordar junto a ella todos los fiascos que ha montado su Fondo allí donde le han dejado quedarse largo tiempo.

Basta ver lo que ha progresado América Latina desde que echó al F.M.I. de los alrededores de sus instituciones, por no remontarse mas atrás, cuando la política monetaria del Fondo colaboraba con todo tipo de golpistas, para que el aura que se desprende de la bella cabellera de Christine deje de iluminar las esperanzas en que una institución como esa sirva para algo útil a los países que, de algún modo, tutela.

Ayer mismo vi en la televisión el feo rostro de Guindos --feo desde niño-- tratando de convencernos, sin sonreír, de que en España estamos mejor que a principios de año. Se notaba que ni el mismo creía lo que decía, pero es que ese mismo día, 'Levante' publicaba un informe en el que se decía que los inversores se han llevado de este país mas de 300.000 millones de euros.

Serían suyos, naturalmente, sumen a esa cifra los 70 u 80.000 millones de la economía sumergida, una parte de esos, si era nuestra, y da los 400.000 millones que decía el titular, sin que la letra pequeña lo explicara. Esto indica que, quienes se han llevado lo suyo, y lo nuestro, no se fían de Guindos, ni de Montoro, que llevan casi un año diciendo cosas, por lo menos, contradictorias.

Que esos señores sean, en su mayor parte, Fondos, que se llamen como la institución que dirige Lagarde, da que pensar, no?. Me parece exagerado lo de 'amenaza de derrumbe global', en todo caso, parece una demolición.

Si una de las causas de todo esto es la desconfianza --estoy empezando a convencerme de que es así-- el capitán del barco debería dar señales de que es capaz de evitar el hundimiento, cambiar la tripulación, corregir la escora y enderezar el rumbo. No sería tan difícil si estas cosas funcionaran de un  modo racional, pero, no se porqué,  parece que no es así.

Si no se hace nada, si no se corrige el rumbo, no se exactamente adonde nos llevará todo esto. Siempre nos quedará la casa de la sierra. No tiene hipoteca, ni contadores de luz o agua. No diré donde está. El aforo es limitado, y no hay que tirar piedras al propio tejado.

En fin. Alarmas. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 14-10-12.

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