domingo, 7 de octubre de 2012

VAMPIRISMO

Ahora que vuelve el Festival de Cine Fantástico de Sitges, con su mercadillo de terrores varios, vampiros super guapos de la serie Crepúsculo y porciones de sangre Gore, para hacerla, o no, con cebolla, he bajado al quiosco que está junto al bar de los locos, porque me he despertado a las seis de la mañana y el gas del encendedor se ha terminado, a comprar otro, amarillo, el morado no me gustaba.

En el expositor de la prensa he encontrado una historia de vampirismo que va en la primera de 'Levante'. En ocasiones, adopto una posición escéptica al leer las noticias en los periódicos, sobre todo cuando noto que sus fuentes son los gabinetes de prensa de los ministerios.

En el caso del titular gordo de 'Levante' de hoy, 'La inversión del Estado en la Comunitat Valenciana ha caído un 75% en cinco años. El modelo de financiación ha provocado un agujero de 8.926 millones en la Generalitat en una década', a pesar de que se da una cifra exacta, 8.926, lo que da a entender que se han consultado los papeles para hacer el titular, me he dado una vuelta por el barrio buscando signos de la credibilidad de la noticia y, si, los he encontrado.

(...)
Un cartel en una valla llamaba a los valencianos para que vayamos a ver teatro con el AVE a la capital del Estado, que está llena de teatros, lo sé, porque el pasado mes de agosto estuve por allí a ver unas exposiciones de pintura.

En Madrid no vi reclamo alguno para que los madrileños vengan con el AVE a disfrutar de nuestra vida teatral. Nuestros teatros están en trance de desaparición, igual que nuestros bancos, y la única vida teatral que queda está acaparada por un tal José Sancho, --no se quien es-- me parece tan misterioso como un guión escrito para Sitges que siempre que el Rialto anuncia una producción teatral lo haga con el mismo personaje, al parecer un señor de Manises, supongo que radicado en Madrid. 

Conclusión, si la vida financiera, véase Bankia, y la vida cultural, véase Rialto y los teatros madrileños, esta organizada desde Madrid, podemos prestar cierta credibilidad al titular de 'Levante', el Estado, a través de su capitalidad, nos chupa algo la sangre, aunque no sea el único, algunos políticos locales se han dedicado a lo mismo en los últimos años. 

Me suena haber leído, repetidamente, desde hace tiempo, que la causa del desequilibrio en la financiación de esta autonomía, está en la población. El modelo de financiación que se estableció hace tiempo no consideró los incrementos de población, así, los gastos derivados de ese incremento han ido creciendo y la financiación se ha quedado estancada.

Si esto es así, hay dos soluciones al problema. Incrementar la financiación desde el Estado central, adecuándola a la población, o dejar que la población decrezca hasta los niveles que tenía hace años. De momento, la ausencia de intenciones declaradas por el Estado central de incrementar esas dotaciones, parece dar a entender que se inclina por la segunda solución. En este caso, la emigración, o el suicidio colectivo, como en Numancia, podrían dar lugar a ese nuevo equilibro de las finanzas locales.

Hablar de vampirismo puede parecer exagerado, pero si vas todos los años a Madrid, a ver pintura o teatro,  y observas en cada visita que han construido un anillo nuevo que circunvala la ciudad, que hay anchas autopistas --algunas no sirven para nada-- y llama la atención la insistencia de Gallardón (cuando se ocupó de esos temas) en gastar dinero por si alguna vez le dan las Olimpiadas, la figura mítica del Leviatán del Estado central, en forma de vampiro, comienza a cobrar un aire algo verosímil.

Toda esa pasta, naturalmente, no sale solo de la productividad de allí, sino de lo que nos escaquean aquí. Ahora está aquí, por cierto, en el Cármen, una exposición de pintura holandesa procedente del Prado, muy interesante, Brueghel, Rubens, y esos barnices holandeses que conservan en perfecto estado lo que se pintó hace siglos. No dejen de visitarla, por esta vez, ni siquiera hay que subir al AVE.

Pero, no solo hablamos de vampiros. Hay que tomar nota, también, de que además de vampirismo existe el victimismo, vean si no la que está armando Mas, con profusión de banderas y bailes folclóricos --he visto con mis ojos al presidente del Barça recomendar a sus jugadores que celebren sus goles con una sardana, lo juro-- para convertir un simple encuentro de fútbol en una justa medieval.

Señores, un poquito de por favor. Lo que nos conviene, a todos, no es vampirismo, ni victimismo, sino equilibrio. La financiación autonómica, en general, debe ser equilibrada, y eso incluye, porque no, un cierto desequilibrio, porque sin el, las autonomías depauperadas hace treinta años no habrían mejorado su situación de partida, ese desequilibrio aparente ha devenido, al final, en un mayor equilibrio.

Equilibrio y solidaridad, revisada si se quiere, porque ya no estamos en la situación de partida, sino en una nueva. 

La capitalidad del Estado, por su parte, ha de dejar de ser un pozo sin fondo de los recursos aportados por otros, a la mayor gloria de la 'imagen de España'. España es un collage, no se puede representar a través de una foto fija de la capitalidad madrileña, a costa de empobrecer a otros.

Otra cosa es que nuestros políticos de aquí, hayan malgastado o malversado fondos, ya se les ha imputado. Ahora es cosa de los jueces juzgar esa conducta, los administradores de la cosa pública central no deben imponer sus propias penas, al margen de los jueces.

Conclusión, el vampirismo, debe limitarse a la ficción de Sitges, no impregnar la política nacional, en su versión del reparto de fondos derivados de los impuestos, para premiar a unos o castigar a otros.

En fin. Vampirismo.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 7-10-12.

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