"Le vamos a sedar, notará una sensación muy agradable, luego le induciremos un coma, del que le despertaremos cuando se cumplan los parámetros fijados por usted mismo en el contrato. Si quiere, podemos dejarlo ahora, si prefiere seguir
ponga su huella aquí, como confirmación de lo convenido...
El complejo de edificios de la fundación estaba ubicado a las afueras de la ciudad, una amplia zona arbolada lo rodeaba. El edificio de administración, el mas pequeño, un módulo de tres plantas diseñado con un estilo minimalista, se encontraba algo alejado del pabellón sanitario, que tenía aire de hospital, pintado de un blanco luminoso, pero carecía de ventanas, igual que el bunker de almacenamiento, dotado de las mas sofisticadas instalaciones domóticas para el acceso, la vigilancia y la conservación del material almacenado.
Docenas de cámaras vigilaban el interior, transmitiendo las imágenes al centro de control instalado en la tercera planta del edificio de administración, y numerosos sensores median la temperatura, la humedad y el ambiente estéril, que se mantenía libre de bacterias por medio de equipos de limpieza y desinfección automáticos, pero, sobre todo, porque era rara la presencia humana allí, y cuando se producía, las personas que accedían al interior lo hacían equipadas con trajes como los que se emplean en laboratorios radioactivos, o sitios parecidos.
(...)
Félix había tenido conocimiento del servicio que prestaba la fundación a través de Internet, y en la primera visita que hizo al complejo, para comprobar que aquello no era una de las muchas estafas que circulan por la Red, quedó impresionado con el aspecto general de aquel conjunto de edificios, al que accedió a pie, por un camino entre los pinos, después de estacionar su coche en la zona convenientemente alejada del lugar, destinada a ese fin.
No se percató de que en aquel bosquecillo que ocultaba discretamente los pabellones de los diversos servicios, no había vida animal alguna.
No había ratones, ardillas, ni un maldito gato, pero tampoco mariposas, libélulas, moscas o mosquitos, ni arañas, o cualquier otro signo de vida insectívora. Por no haber, no había ni esas bolsas en los pinos que acogen a las plagas que se cargan esos árboles, orugas procesionarias.
Si se hubiera percatado de esas ausencias, habría comprobado la veracidad del lema que la fundación divulgaba en Internet, 'La asepsia es la condición que nos distingue', pero Félix tenía otras preocupaciones en aquel momento. Deseaba, mas que cualquier otra cosa, evadirse de las dificultades que le ahogaban, a el, a su patrimonio, a sus empresas, había visto a demasiados colegas caer víctimas de la crisis y, cuando leyó la promesa de que podía librarse de todo eso mediante un sueño reparador, del que despertaría cuando los fantasmas que le amenazaban durante el sueño y la vigilia ya no estuvieran, decidió hacer una primera visita a la fundación.
En el pre contrato, leyó los variados parámetros que podía elegir para el momento de su despertar. Desempleo del 4%, Prima de Riesgo 100 puntos, Deuda Pública, 25%, Crecimiento del PIB 3,5%. Se entendía que la fundación, cuando se diera, en la realidad, alguno de los parámetros elegidos por el cliente, se encargaría de devolverlo a la vida activa.
Félix, quizás demasiado afectado por su estado deprimido, cometió el error de incluir en el contrato la totalidad de esos parámetros, de modo que solo debería ser
despertado cuando se cumplieran todos a la vez.
Cuando estaba a punto de perder la consciencia, comprendió que había sido demasiado exigente, o demasiado ingenuo, al escuchar con el poco oído que le quedaba, el murmullo del cirujano que decía al oído de su ayudante, 'Otro primo que ha picado. Di a los de administración que pueden disponer del patrimonio de este cliente. Y llama a los del bunker, que se hagan cargo de el y lo pongan en la sección de sueño eterno.'
Queda demostrado, con este cuento macabro, que hay, al menos, dos maneras de afrontar la crisis, unos se forran con ella, otros intentan su negación o evadirse de ella. Naturalmente, hay otras maneras, pero no las menciono porque no encajan con el cuento."
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 8-10-12.
Hola! Esto no tiene nada que ver con tu relato pero aprovecho para decirte que como la semana que viene hay huelga en la universidad aprovecharé para pasarme por las clases de teatro a haceros una visita, compis. Y a lo mejor hasta hacer algo de teatro, ¿no? jeje
ResponderEliminarp.d. soy Inma, la chica casi escritora...jajaja