Acostumbro a leer la columna de los meteorólogos que aparece en la penúltima de 'Levante'. El viernes la leí, pero lo había olvidado, hasta que Krugman, el premio Nobel de economía, en su artículo de hoy en el suplemento de Negocios de 'El Pais- --no quedaba 'Levante'-- me lo ha recordado.
Afirma Krugman en su artículo, 'El planeta republicano', que el pensamiento conservador se distingue por su negacionismo, de raíces autoritarias, no solo niega
los argumentos científicos, basados en investigaciones geológicas, sobre el origen del planeta y su evolución. Además niega las pruebas, cada vez mas sólidas, del calentamiento del planeta, y extiende esa negación a muchos otros ámbitos, el mas reciente, la evidencia de las encuestas que apuntaban a la victoria de Obama.
La negación sobre el origen de las alteraciones en el clima, tiene viejos antecedentes, de cuando Parménides afirmaba, nada cambia, todo permanece, aunque Heráclito, quien sostuvo que todo cambia, nada permanece, a la vista de lo que vemos cada día parece mas en lo cierto. En consecuencia, el discurso del meteorólogo, parece proceder de un pensamiento conservador, mas que de una evidencia científica.
Si consideramos la formación científica de Montón, quien firma la columna del viernes en la que se apunta claramente al negacionismo, la pregunta es, ¿Quién te paga, Montón,
por extender el negacionismo?. La pregunta es pertinente, porque ya me informó alguien de mi confianza que M.Toharia, a quien luego premiaron con la dirección del Museo de la Ciencia, cobraba del loby nuclear por defender sus postulados en sus divulgaciones científicas.
(...)
Los argumentos de Montón, contra la hipótesis del cambio climático, son interesantes y permiten su análisis para desmontarlos. Vean lo que dice entre otras cosas, en su columna titulada ¿Quien Mata?.
'Dinero que se invierte en prevenir el Cambio, desgraciadamente se deja de invertir en prevenir enfermedades, investigar su curación, suministrar agua potable (..) o eliminar el hambre en el mundo..' (Lo que en Economía se llama el coste de oportunidad, si inviertes en una cosa, dejas de invertir en otra).
Menuda tontería, como si dejar de invertir en investigar el clima o energías limpias,asegurara que se va a invertir en la lucha contra el hambre, etcétera. Vaya falacia, sobre todo en estos tiempos en los que las políticas conservadoras llevan a que se deje de invertir en todo, en el clima, y en cualquier otra necesidad social.
Vamos ahora al título de la columna ¿Quien mata? 'Puestos a hablar del clima, no es el calor sino el frío lo que mas mata.' Claro, imaginen una vivienda (en Rusia, por ejemplo), mal dotada de calefacción, lo que mata es la falta de calefacción, no el frío. Seguro que en Escandinavia, los que pueden van en pelotas dentro de casa, y el frío, oiga, no les hace nada, pero veremos cuantos indigentes deja muertos de frío este invierno, no en los países lejanos, sino en nuestro propio país.
Lo que mata, Montón, ahora mismo, no es tanto el cambio del clima o el frío, sino las
desigualdades sociales, así que, lo que sería menester, es mas inversión en calefacción doméstica, energías mas limpias para alimentarla, y mejores políticas sociales para que nadie duerma en la calle en pleno invierno, por no adaptarse a la disciplina de los albergues.
En cuanto al clima y su cambio, parece que hay una legión de científicos estudiándolo allí donde comienza a notarse mas, en zonas del Pacifico, en glaciares y otros lugares extremos.
Antes de hacer de propagandista de su negación, porque no te pasas por allí, y luego nos lo cuentas. Sería mas serio, no?.
En fin. Clima y cambio.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 25-11-12.
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