martes, 13 de noviembre de 2012

EL AVAL

Cuando alguien te da un aval, suele ser porque un tercero, que debe concederte su crédito, no se fía de ti. Si admitimos que esto es así, a mayor número de avales, en igual proporción debemos suponer que crece la desconfianza en el individuo avalado.

Ignorando esta lógica financiera, 'Levante', en su página 24, titulada muy propiamente 'Promociones', cae en la trampa semántica de enunciar que 'El periodista? Antonio Vergara es avalado por los mejores cocineros de España', como si eso fuera un mérito, cuando es un hecho que necesitar tantos avalistas es una muestra de la falta de solvencia, de crédito, si no financiero, profesional.

Me encanta la existencia de publicaciones gastronómicas, me parece genial que 'Levante' promocione la suya, si no existiera, habría que inventarla, pero una cosa es apreciar el producto, y otra considerar crítico gastronómico a alguien con tantas limitaciones, éticas, profesionales y gastronómicas como Vergara.

(...)
No me molestaría en aludir a Vergara, de no ser porque el aludió primero con un manifiesto desprecio, con una generalización indecente, a quienes ejercen la comunicación en Internet. Ahora, la foto a media página del acto de presentación del Anuario de la Cocina, en su edición 2013, ofrece una valiosa información no verbal en los rostros de los asistentes.

Nada indica que estén disfrutando de su presencia en el acto. Todo son muestras de desinterés, aburrimiento, como si hubieran sido motivados a acudir a un acto de exaltación del jefe, con quien no mantienen una relación afectiva, aunque uno de sus patrocinadores, dice --que va a decir-- ...'Antonio Vergara, uno de los referentes de la gastronomía española..' 

¿Que significa ser un referente de una gastronomía, sea esta valenciana, española o cantonesa? Significa, básicamente, que debes saber hacer un uso sabio de las negritas cuando escribes, porque eso te da poder para encumbrar a unos y defenestrar a otros, pues te eriges en árbitro influyente de un mercado muy competitivo.

Una vez se siente el dueño de las influencias de algún trozo de tarta en ese mercado, se puede entender que el 'crítico gastronómico' evolucione en la dirección de hacer crecer su relativo poder e influencia y, como en toda relación de poder, muchos busquen el aval del avalado para proteger y hacer crecer su relativo prestigio. 

El entramado de relaciones que surgen de ese interés recíproco, en el peor de los casos, --el de Vergara, por ejemplo-- puede culminar en la construcción de un personaje mafioso, como el padrino, que Antonio Vergara cultiva hasta el extremo de reflejarlo fielmente con el aspecto físico que se ha construido para el consumo público. 

Desde ese púlpito en el que Vergara impone las leyes de la promoción, las preferencias por este, o el agravio a aquel otro profesional de la restauración, se percibe el incienso de la personalidad reaccionaria de Vergara quien, como un Rouco cualquiera, destila en su discurso, en lo gastronómico, pero también en todo lo demás, su aversión por lo nuevo, se trate de innovaciones en la cocina, o de las redes sociales. 

Desde su poltrona consolidada de periodista? influyente parece satisfecho como un obispo integrista, pero su aportación profesional a la gastronomía vulnerada por el mismo es prácticamente nula. 

El archivo de la crítica gastronómica está habitado por nombres ilustres, el de Vergara, aparte de suscitar algún interés para quienes, puntualmente, usan de su promoción, no dejará ninguna aportación al fascinante mundo de la cocina. 

Sin embargo, la publicación, Anuario de la Cocina, está muy por encima del manipulador que la usa para su propia promoción, así que me propongo adquirirla, y les animo a que lo hagan. El mundo de la gastronomía es demasiado interesante para perdérselo, a pesar de que Vergara ejerza como uno de sus mas torpes propagandistas.

En fin. El Aval. 

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 13-11-12.

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