martes, 6 de noviembre de 2012

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Nunca, antes de la era de la informática personal y los servidores planetarios que transportan los mensajes entre continentes físicamente lejanos, hemos dispuesto de tantos medios para comunicarnos,y sin embargo, mi impresión personal es que no tenemos todavía muy claro que es eso de la comunicación.

Por esa razón, entre otras, asisto a clase a un centro municipal, para enterarme un poco mejor cursando una materia que se llama precisamente así, 'Medios de Comunicación'. El alumnado es algo heterogéneo, como deber ser, los hay que no disponen de ordenador personal y tienen una actitud algo negativa sobre una realidad que les sobrepasa.

Ayer, una de esas personas, al concluir la clase, manifestó esa opinión negativa, y yo, no se porqué, me sentí obligado a dar otro punto de vista.
(...)
Vamos a ver, le dije, imagina a un grupo de amigos en conversación. Uno intenta contar su experiencia de un viaje reciente. Enseguida, otro, deja de escucharle, le interrumpe para contar la suya y el encuentro deriva enseguida en una competición para ver quien escucha menos y quien cuenta mas de lo suyo. ¿Es eso comunicación? 

Lo que quiero decir es que la auténtica comunicación depende de los contenidos, no del medio que se usa para comunicarse. Si no hay intercambio, de ideas, de argumentos, de afectos, si no hay la capacidad, o la voluntad, de escuchar al otro, no hay auténtica comunicación, sea esta verbal, personal, o a través de cualquier otro medio. No se puede imputar al medio, Internet, lo que son insuficiencias de quienes lo utilizan mal.

Intercambiar ideas, argumentos, no siempre es fácil. Cuando participo en un debate y escucho argumentos largos, reiterativos, oscuros, mi natural impaciente, y mi tendencia a la rapidez en las respuestas, a veces me dificulta esperar pacientemente al final para la réplica, lo que indica que tengo un déficit asertivo en mi comunicación interpersonal.

La otra tarde se nos dio una lección de comunicación asertiva en clase, mediante le proyección de la película 'Doce hombres sin piedad', en la que uno de los protagonistas, Henry Fonda, que interpreta a un arquitecto miembro de un jurado, sin levantar la voz, ni interrumpir a nadie, con un discurso lógico y tranquilo, no agresivo, va convenciendo uno por uno a los miembros del jurado para que se adhieran a sus argumentos. 

Una cosa es la comunicación interpersonal, y otra los medios de comunicación dirigidos a un publico amplio (no me gusta lo de masas, mas bien observo que los medios se dirigen a públicos amplios pero diferenciados). Las masas, suponiendo que existan, se comportan de un modo diferenciado, de tal modo que los lectores de un periódico, tal vez nunca comprarán otros, dependiendo de sus simpatías o fobias con cada línea editorial.

Lo mismo sucede con la televisión, hay audiencias para cada programa, para cada cadena, y hay muchos receptores de sus mensajes que jamas sintonizarán una cadena determinada, como hay muchos lectores potenciales que jamás leen la prensa. Pero, cualquiera que sea el medio cuyos mensajes te lleguen, siempre es mas importante el mensaje que el medio. En eso consiste, creo yo, la esencia de la comunicación, en el mensaje. En contra del repetido tópico de que el medio es el mensaje.

Ahora bien, evoco aquí algo que leí hace tiempo en un suplemento semanal, escrito por Ruiz Zafón, en el sentido de que, para el, escribir un mensaje en Internet es como lanzarlo al mar dentro de una botella, así que tengo que admitir que este mensaje de hoy, correrá la misma suerte.

Me falta referirme a la comunicación no verbal, esos mensajes de gestos, esa ausencia de palabras que, a veces, causa un efecto mas directo que el discurso hablado.

He dejado la página a medias para ir al dentista, ahora la termino después de esa experiencia. La comunicación no verbal empleada por la dentista, el modo en que ha tratado mi boca, es un ejemplo de comunicación no verbal. La patada en el hígado que he estado a punto de propinarle como respuesta, también. 

Al final, no ha sucedido nada, solo que después de esta experiencia, gracias a la dentista, creo haber perdido el miedo a la muerte. Estar a punto de perecer por ahogamiento mientras la doctora se ensañaba conmigo, me ha aproximado a lo que debe ser esa experiencia que nos da tanto respeto.

En fin. Medios de Comunicación.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 6-11-12.

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