Toda decisión suele tender a alcanzar el fin deseado, o su contrario.
Esta reflexión se me ha ocurrido en un momento de insomnio, advierto que puede estar tocada por la lucidez de la madrugada, o por el absurdo del sueño residual.
En ocasiones, las decisiones tomadas alcanzan un resultado opuesto al esperado, por la concurrencia del 'efecto perverso', un suceso bastante frecuente que consiste en que las consecuencias de la decisión tomada, por inesperadas, nos llevan a un escenario
distinto del que planeamos.
He conocido algún ejecutivo que sentía aversión a la toma de decisiones --el núcleo de la tarea ejecutiva-- porque su experiencia le dictaba que, cuando intentaba aplicar una
solución a un problema, en ocasiones, aún siendo válida esa solución, creaba nuevos problemas que no había previsto y que configuraban un escenario mas complejo que el de partida.
Digo esto como aperitivo de una duda que me corroe y que, por medio de la entrada de hoy, trataré de aclarar.
Toda declaración política que justifica sus acciones en el bienestar futuro de los ciudadanos es deliberadamente falsa. ¿Verdadero o falso?.
(...)
Veamos. Supongamos que Rajoy le pregunta por su política social a un matemático, no a un economista. La pregunta podría ser, ¿Como alcanzar mayor bienestar social?. El matemático, probablemente le diría, pequeños incrementos de bienestar sostenidos en el tiempo permitirán alcanzar, por su acumulación, una base sólida de bienestar social.
Ahora supongamos que un ciudadano le pregunta, al mismo matemático, por la política actual de bienestar social del gobierno de Rajoy. ¿Cree usted que la política actual del Gobierno de Rajoy nos llevará a un escenario de mayor bienestar, en el futuro?
El matemático, probablemente, contestará, un decremento sostenido de bienestar social, es matemáticamente imposible que conduzca a un escenario de mayor bienestar.
Ahora, estamos en condiciones de valorar si las declaraciones de Rajoy y su partido sobre el bienestar futuro de los ciudadanos, son un objetivo sincero, hasta ahora impedido por el efecto perverso de las medidas que toman, o se trata de falsas declaraciones que encubren otros objetivos.
Ustedes me dirán, pero ¿Los políticos mienten, de manera deliberada? Yo les digo que depende, pero, en este caso, no veo grandes diferencias entre la actitud declarativa
de Rajoy y su gobierno, y la del seductor que promete cualquier cosa a la persona seducida, con la intención de llevarla al huerto.
Sospecho que la verdadera intención de las medidas de Rajoy, efecto perverso aparte,
no es alcanzar un horizonte futuro de bienestar social, sino un nuevo marco de relaciones políticas, económicas y ciudadanas, en el que el Estado sea mas estrecho y barato, los salarios mas bajos y nuestro sistema económico, que siempre ha apostado por competir con bajos salarios y menores prestaciones sociales que otros, se encuentre, al final de este doloroso proceso, en mejor situación de competir, situación que, no necesariamente, llevará aparejado ese horizonte de bienestar futuro
que Rajoy y sus secuaces incluyen en todos sus discursos, como si fuéramos niños
a los que se pone un caramelito en la boca.
En consecuencia, la reflexión que procede dejar aquí, con la salvedad ya indicada
de que puede estar marcada por la lucidez o el absurdo, es la siguiente,
'Toda declaración política que justifica sus acciones en el bienestar futuro de los ciudadanos, es deliberadamente falsa.'
Y después de declarar esta proposición tan obvia, me largo, que tengo cita en Crónicos, no sin antes pedirle al señor Rajoy que dimita, con todo su gobierno, y deje paso a otros menos mentirosos, si los hay.
En fin. Tomando decisiones.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 10-12-12.
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