He bajado al quiosco, con un frío de cojones, hay que ver que bajón de temperatura, y en la primera del 'Levante' colgado en el expositor no hay ni rastro
de corrupción.
¿Quiere esto decir que ya no hay nadie en algún despacho oscuro, con las persianas bajadas, fraguando algún negocio turbio? ¿Que ningún juez se halla en estos momentos redactando el borrador de un auto para empapelar conductas corruptas?
No. Mas bien parece que en el cine donde se proyectan estas películas la sala está
vacía. Hoy no hay función.
O tal vez sea que los responsables de los contenidos de 'Levante' han decidido que hay que cambiar de registro, que ya está bien de hablar todos los días de lo mismo y hoy, siguiendo la línea del mensaje de la monarquía, tratan de dar un impulso positivo a la vida del país, o mas bien, a su reflejo periodístico.
Por eso se ocupan de cosas como el eje mediterráneo, una sentencia del TSJ que da cobertura jurídica al valenciano en la enseñanza concertada, o la reforma de los juzgados, cosas todas positivas, alejadas de las noticias recurrentes que envenenan
el ánimo de los lectores.
Es un punto de vista, una estrategia, que nos recuerda que el reflejo periodístico de la realidad es, sobre todo, una narración, un relato indirecto en el que casi nunca están presentes, con sus declaraciones, los protagonistas.
Puestos a recibir la realidad como relato, es mejor acudir al relato de ficción, que es mas verdadero.
(...)
He recurrido al relato de ficción, la columna de Millás, 'Casi me mata', en la última, que me ha inspirado la imagen de la proyección de una película
en una sala vacía, porque de eso va lo que parece un homenaje al cine de Millás, en el que declara su nostalgia por aquellas salas de cine repletas de público, donde varias generaciones han cultivado su memoria cinematográfica y que ahora, a veces, ofrecen un aspecto desolado. Gracias, Millás, por tu columna, en la que tampoco aparece la corrupción como tema cotidiano.
Un buen amigo está escribiendo un libro, una nueva edición, sobre las salas de cine en Valencia, desde los tiempos heroicos de sus comienzos, hasta la actual etapa declinante, y estoy aprendiendo mucho de eso, gracias a que me manda los originales para corregir.
Una cita cinematográfica reconocible apareció estos días en la tele, cuando una profesional de la atención a la salud de la Comunidad de Madrid dijo a la cámara que
una vez culminen las movilizaciones contra el gobierno madrileño y su privatización mafiosa de la sanidad, en vista de que no han cedido ni un milímetro en sus propósitos de hacer oscuros negocios con la sanidad pública, al igual que a Capone lo enchiqueraron por una cuestión de impuestos, porque no le pudieron meter mano por sus vínculos corruptos, ellos, los profesionales sanitarios madrileños, van a comenzar a explorar las vías jurídicas para hacer frente a los abusos de Ignacio González, presidente designado de la Comunidad de Madrid.
En la novela negra, es un axioma aceptado que para determinar quien es el culpable de una fechoría, lo primero es averiguar quien sale beneficiado con ella. En este caso, detrás de la intransigencia de González, están los intereses directos del clan familiar de Aguirre en empresas que esperan, como buitres, para devorar los recursos públicos en su propio beneficio privado.
En este caso, se trataría, no solo de un
asunto corrupto, sino, propiamente, mafioso, de ahí la cita de la profesional sanitaria al referirse a Capone. El cine. Siempre el cine.
La oscuridad de la sala de cine deshabitada que narra Millás, es la metáfora perfecta
de los despachos en los que se ha fraguado, con las persianas bajadas, sin presencia de público, el mayor intento de desvalijar de recursos públicos a la ciudadanía madrileña, desde aquellos otros tiempos, también oscuros, en los que la corrupción no salía en los periódicos, no porque no la hubiera, sino porque estaba prohibido mencionarla.
Ahora, no es el caso, se divulga, hasta que, un día cualquiera, vencidos
por un comprensible cansancio, algunos deciden que ya no es noticia.
En fin. Ya no hay corrupción.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 27-12-12.
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