Hace unos añitos Paco Umbral escribió algo a lo que llamó Los helechos arborescentes, yo no lo leí, pero ese título me pareció tan poético que no lo he olvidado. En una de sus entrevistas, Umbral, al ver que el entrevistador
se iba por las ramas y no hablaba de su libro, se enfadó, y dijo muy cabreado, que hay de mi libro!, o, yo he venido a hablar de mi libro!, algo así.
Esto demuestra que la sensibilidad poética en el uso del lenguaje no es incompatible con la mala hostia, que se creían.
He bajado al Maravillas antes de sentarme al teclado, y me ha parecido que las hojas de los helechos del jardin urbano
que está en sus proximidades, reflejaban la primera luz del día con un efecto de iridiscencia.
La iridiscencia, en su definición mas simple de Wikipedia es un fenómeno óptico y consiste en la propiedad de ciertas
superficies en las que la luz varía según el ángulo desde el que se observa.
En realidad, mi interés por la iridiscencia
viene de la columna del meteo de hoy en Levante, en la que Aupí describe la luminosidad en el lado francés de los Pirineos, como iridiscente.
....
Lo que yo creo haber visto esta mañana son los helechos, que por cierto no tienen semillas, iluminados
por una luz solar que acababa de nacer. El sol despierta de la noche dormida y se mira en el espejo de la mar en calma,
es esa luz reflejada, iridiscente?, la que ilumina las hojas de los helechos en esta mañana de septiembre.
Entre los materiales que se citan en la definición de Wikipedia mas propicios al efecto de iridiscencia, no se citan los diamantes, un material que, por la complejidad de sus formas obtenidas con el tallado, es el rey de la iridiscencia, aunque en la película Desayuno con diamantes, de Audrey Hepburn, no hay obsequios de diamantes por parte alguna, la he vuelto a ver hace poco en el cable, sino una Hepburn de una existencia muy humilde, que desayuna cada día frente al escaparate de Tiffany's.
Que significado tienen para mi, hoy, los helechos iridiscentes, uno muy importante, convencerme de que, aunque me gusten las mujeres, unas mas que otras, mas que comer con los dedos, además de esa pulsión material, primaria, en mi espíritu
queda sitio para las sensaciones placenteras inmateriales, mas o menos líricas, cómo si no habría escrito en una de mis páginas, aquello...'En el espacio sin tiempo de nuestra infancia vivíamos ajenos a todo aquello que no formaba parte del escenario lúdico de nuestros juegos, hasta que una tarde lluviosa de noviembre, un caballero con polvo en la levita nos
leyó en el barro de las calles los avatares de nuestras vidas adultas y la fecha exacta de su término...'
Pues eso, los helechos iridiscentes, una idea poética, es compatible, que lo sepan, con la animalidad del deseo sexual, mas o menos reprimido, mas o menos expresado.
En fin. Los helechos iridiscentes.
LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 3 09 14.
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