UNA ESPECIE EN EXTINCIÓN

Una especie en extinción. Los hombres son una especie en extinción. Lo dijo una mujer que guardaba cola detrás de mi, el día 9, creo, para matricularse en el Aula de Teatro. Está claro que no se refería a nuestra especie en general, sino a los varones en particular. Ella tuvo esa sensación y la expresó así, porque los varones somos una minoría exígua en los centros de formación para mayores, frecuentados, muy mayoritariamente, por mujeres.

La cola se extendía hasta la calle porque el local es muy pequeño, y allí nos tuvieron una hora, bajo el tórrido sol de agosto, que este año toca en septiembre. Yo comencé a notar que me extinguía, por sudoración. Llevaba puesta una bonita camiseta de tirantes, de color azul celeste, para lucir los hombros heredados de mi padre, hombros de estibador, aunque yo no he trabajado en mi vida, me niego a llamar trabajo a fingir que fui director financiero en media docena de empresas donde no había nada que dirigir. Total que la camiseta, por el efecto de la sudoración, comenzó a presentar un pestilente tono pardo, en lugar del azul original. Alguien dijo, hace calor. Yo pensé, que poco original.

Andaba yo dando vueltas a eso de la extinción, y se lo dije ayer a una compañera de Periodismo, cuando volvíamos de tomar café después de haber formalizado la matrícula. Ella argumentó, es verdad eso de que los hombres se extinguen mas rápido que las mujeres. Cuando leo las necrológicas en el periódico se refieren, sobre todo, a hombres, de mujeres, casi no hay.
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Esta mañana, cuando volvía de pagar las tasas de matrícula de Medios, pensaba en lo que me dijo la compañera, lo de las necrológicas, y, antes de dar una interpretación, he recordado que hacer una estimación sociológica de la información periodística, es algo muy arriesgado.

Hay que preguntarse siempre, porqué, antes de dar la respuesta por sabida. La respuesta que daba mi compañera era, se mueren mas hombres que mujeres. La que voy a ensayar yo es, se publican mas esquelas de hombres que de mujeres, porqué... 

Y la respuesta que le doy a ese hecho, mas o menos arriesgada, es que vivimos todavía en una sociedad mayoritariamente patriarcal, donde los hombres ocupan la mayoría de los cargos directivos y de gestión, y siendo la esquela, en buena parte, un anuncio dirigido a quienes se relacionaron con el muerto, fíjense que muchas llevan una coletilla relacionada con la actividad profesional del finado, al ser los varones quienen ocupan puestos directivos, es natural que su presencia en las necrológicas sea mayor. Vean el ejemplo de Botín y Alvarez, si hubieran sido sus esposas, en el caso de que las tuvieren los dos,  las fallecidas, la repercusión pública de esa desaparición habría sido irrelevante. 

Veamos ahora el caso de un varón que no ocupe puesto de dirección alguno. Cuando la familia se plantea si publicar o no una necrológica, el peso del patriarcado influye en su decisión, aún en ausencia de responsabilidades públicas del muerto, porque querrán hacer llegar a los compañeros de dominó o de tute, la ausencia del jugador, que se habrá tirado los últimos diez años de su vida con un puro apagado en la boca en algún local social, sin levantar el culo de la silla, razón por la que mi colega de la cola de teatro, dijo, ahí quería llegar, los hombres son una especie en extinción, no, nena, los hombres mayores están, en su mayoría, calentando una silla mientras juegan al tute, sí, en lugar de procurarse una jubilación activa. Cada uno es libre de perder su tiempo como quiera. 

Respecto a la extinción de los humanos, en general, si se extinguieron los dinosaurios, por demasiado grandes, no podría ocurrir que nos extinguiéramos los humanos, por demasiado pequeños?. A veces pienso que la pequeñez, sobre todo moral, de las mayorías, nos impide enfrentarnos con decisión a quienes en su afán destructivo, podrían terminar por hacer desaparecer la especie actual, tal como la conocemos. No sé. 

En fin. Una especie en extinción.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 16 09 14.