lunes, 1 de septiembre de 2014

VALOR AÑADIDO

Cuando yo era casi un crío, aún llevaba pantalón de golf, como se llamaba entonces, comenzó mi vida laboral en una consultoría fiscal, donde permanecí unos ocho años. No quiero presumir de trabajador precoz, no es el caso, solo quiero explicar porqué mi memoria tiene una visión extendida de como ha ido evolucionando parte del sistema fiscal en este país.

En aquel tiempo no existía el IVA, sino un impuesto parecido al que se llamó, ITE, Impuesto sobre el tráfico de las empresas. Ese impuesto recibió algunas críticas, porque se dijo que era un impuesto 'en cascada'.Trataré de explicarme, aquel impuesto, predecesor del IVA, gravaba las diferentes fases de producción del producto, de modo que cuando un fabricante facturaba una de esas fases, no se podía desgravar el impuesto soportado en la fase anterior, mientras que con el IVA actual, el productor que interviene en una fase del producto, si se desgrava el impuesto aplicado anteriormente.

Parece un gran progreso esto de la fiscalidad del valor añadido pero, si consideramos que el tipo de gravamen de aquel impuesto tan antiguo y criticado era del seis por ciento, y ahora estamos con un tipo del IVA del 21%, incluso si se considera que aquel 6% debe ser multiplicado por su efecto en cascada, parece que el efecto en el bolsillo del consumidor desde aquellos tiempos arcaicos, hasta la actualidad, no ha mejorado demasiado.
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Hay otro aspecto del asunto, que parece solamente formal, pero a mi me parece interesante. Antes de que se implantara el ITE, predecesor del actual IVA, hubo un impuesto que se llamó, Impuesto sobre Usos y Consumos. Que en plena dictadura llamaran a las cosas por su nombre, es chocante, paradójico. A un impuesto que gravaba el consumo, le llamaban así, Impuesto sobre el Consumo, mientras que al acceder a formas democráticas de gobierno, parece como si se hubiera incluído un peaje en forma de eufemismos. Usamos un eufemismo cuando, en lugar de llamar a las cosas por su nombre, empleamos otras palabras, mas suaves, que tapen la dureza del original, destinadas al público que deseamos domesticar. 

Así, ni el ITE, que se refiere a las empresas, ni el IVA que se refiere al valor del producto final, hablan para nada de consumo, o consumidores, que somos los paganos finales de ese impuesto que, en el caso del IVA, dicen que va a parar, mayoritariamente, a las arcas de la Unión Europea, para atender las necesidades financieras de sus políticas, lo que incluye a la pandilla de sinvergüenzas de Bruselas, que vive como dios a costa nuestra, o al señor Cañete, quien, al parecer, hará negocios privados aprovechando sus conexiones políticas allí.

Entiendo que los Estados necesitan recursos para atender las necesidades sociales de sus ciudadanos. De hecho, yo estudié Económicas con una beca de Promoción Profesional Obrera, con recursos del Ministerio de Trabajo. Ahora veo con una mezcla de tristeza e indignación que los jóvenes que necesitan de una beca lo tienen muy crudo, porque el sistema se está decantando hacia los créditos a estudiantes, para que se endeuden, antes de empezar a trabajar. 

Valor añadido. Este concepto me sugiere que es necesario añadir valor y contundencia a las reclamaciones ciudadanas por las políticas anti sociales que se aplican desde hace años, sin exceder el límite de la no violencia, pero con mucha energía, hasta conseguir, si fuera posible, que se vayan, que dimitan todos los políticos sin excepción de mas de treinta años, por su responsabilidad colectiva, por acción ú omisión, en la degradación de la vida colectiva que estamos sufriendo desde hace años, y que se dejen relevar por una hornada de políticos jóvenes, que tarden en corromperse por lo menos quince años, el tiempo necesario para reconstruir el país y su sistema social, que está en las últimas, por mucho que Rajoy, a quien he visto en la tele con pinta de haber tomado algo para contarrestrar su natural indolencia, presuma de que 'Las reformas han ido bien, y vamos a hacer mas', algo asi.

Ahora va a resultar que los conservadores se han vuelto reformistas, si, pero para atrás, o sea, involucionistas.

En fin. Valor añadido.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN) 1 09 14.

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